img Tentacion del CEO  /  Capítulo 4 Para ayudar | 26.67%
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Historia

Capítulo 4 Para ayudar

Palabras:1490    |    Actualizado en: 22/12/2023

ta de que en el momento en que el Sr. Quaresma muriera, solo tendría

con las manos en su parte también.

mo podían esos idiotas llevar esa vid

ara ayudar en los estudios de mi hermana y sostener la casa? ¡Iguald

é a la puerta del dormitorio, pero

Encontré al señor Quaresma apoyado

ión irregular. -¡Señor Quaresma! - C

. - Estos dos quieren quitarme la v

- respondí, el esfgmomanómetro o,

os, listo para empezar el screening

me vaya de una vez por todas para q

prensivo. - Terminaré con todo ant

calmarse. Coloqué el dispositivo

esa. Y no había nada más, presión

tas del mueble del baño para cons

se quejó. - Yo no dije eso... Y

erto para poder sacar una sola p

y lo encontré acostado, con los oj

onadas y la cara roja. - ¡Ay dios m

la mano, marqué el número de em

las escaleras para que alguien me e

e al hombre de costado y lo sostu

a la dirección... - Di nuestra ub

Cuál es la emergencia, señora? - Yo

, fui a buscar el medicamento y se

parece un derrame cerebral, pero

n en la puerta mi madre y Flávia,

r favor, es urgente - le advertí, c

- Gracias. Colgué la llamada, e hic

s auxilios. La ambulancia llegó a t

Sabrina, que todavía estaban en cas

didos. Fueron cinco días en los que

CI. Sabrina se esforzó en evitar vis

rabajo, obtuve información sobre su

nos paros cardíacos. El señor Quare

No dijeron nada. No nos dijeron dón

dijo mi madre por teléfono despué

Sabrina es realmente desafortunada

das lo difícil que fue cuando tu pa

. A veces me preguntaba si era po

n cristiana. Porque fue muy malo p

jando con el señor Quaresma, así q

i garganta se apretó más. La noch

ento del señor Quaresma, lloré com

ombre que murió peleando con sus h

lgo mejor para ellos, y la necesi

realmente lo enfermó. - Pobre se

n sabe, tal vez ahora, después de lo

les de las orejas-me quejé. - Sabes

er. - ¡Compasión! Sabrina estuvo aq

lgo así como gente grande, ¿no? -

terrada, todos van a comer a su casa

eral de su padre. - Tengo que colga

. Me senté en el sofá y, sin saber q

demás de mi familia, todavía estab

rde concentrado en enviar mensajes

pude darme para recuperar el orden

hogar. No podía esperar para desh

hábito de mi padre de encariñarse. A

ibió el mensaje de encontrarse conm

uro de la puntualidad del ama de ll

i siquiera se ha quejado de enferme

tener a su segunda hija, Bruna, y du

bre del que ya tenía de baja por mat

ena en lo que hacía. Cumplía órdene

muchos empleados. Sin embargo, m

. Para colmo, cuando le conté a

que sería necesario. Se opuso al d

nifcar nada para él, ni siquiera ve

no arriesgarme. Cortaría el mal de r

ntraran. Lo hizo con calma, segura

ina - dijo cortésmente. Estaba mol

más, en ese momento yo era la señ

gustaba demasiado como para usar

se apellido. -Siéntate, Sara. No fui

me obedeció y se sentó, incómoda, e

ntos años y Sara nunca dejó de ver

por Dios, la mujer era a

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