daleando su bicicleta un tipo a quien por el momento llámese «gato sin dueña», ya
y la buena ropa en el clóset. Aunque más que parecer de escasas monedas, da la impresión de ser un patético suricata que s
ntos voluptuosos. Hay ofertadas tan altas como jirafas y también las que todavía no sobrepasan la inocencia infantil. Incluso se encuentra con ridículas car
s. ¡Ja! Quién lo diría: el menesteroso se pone quisquilloso. Pero como sea, el tipo está harto y se rehúsa a volver al otro bulevar, el
n alguien como mi esposa en este sitio,
a, pues ha llegado al final del
clama ahogadamen
resulta tan descabellado que el gato sin dueña por poco cae de su corcel... «¿Será que esta es una señal
dinoso corre al supuesto favor divino que, dicho sea de pas
a una mujer con turbias intenciones-. ¿Cuá-cuánto cobr
n vivo-. Hermano, por favor, no se confunda que yo soy su herm
do felino-. Dígame su precio que yo se lo p
depreda aquella cara bonita... «Si ese es el rostro, no
ambiente ha despertado la
e respete como su madre
sterona contenida hace del minin
mis hábitos -la monja comi
dura de pata-. ¿Realmente es usted monja?
son inescrutables -la c
uello. La confusión l
en su rostro que es un hombre de familia. No debería estar
lo se la pasa ayunando -se aleja un
monja gimen en respuesta a la inj
imos a pedir limosna en las calles. Yo por ejemplo, llevo todo el día sin probar bocado. Así que enti
la mano y se la lleva consigo, casi a rastras, ante las variadas polillas de aquel bulevar. Unas se indignan y otr
e la calle del pecado le
..? -aun las palabr
l perro irá
o de perros calientes, para comer. El tentempié d
te, el dadivoso sujeto comienza
os labios de los
¿Y usted? -la joven procura
in motivo aparente, e
so? -curiosea la de ojos ve
enido a cenar a la calle a es
trario, estoy segura de que usted hace este tipo d
sa y yo hemos caído en la rutina -suspira desánimo-
en el daño que le haría a su familia; en el daño a su propia salud
una santa -el tipo se levanta de la banca-.
se pone de pie y lo detiene. Ahor
-consulta i
nsolarme con las mismas manos con las que siempre como -pl
icho carnal, no. Ella se da cuenta de que aquel sujet
su problema -se comprome
sorpresa al descoraz
quita las empañadas gafas para c
ue
anos a causa de un necesitado... «Lo haré para qu
el cual se le volverá como la peor de las enfermed
*