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Samantha es una chica pobre, de bajos recursos, pero honrada y con buena actitud ante la vida, aunque tambien es altanera y justiciera, no le gustan las personas con dinero que pisotean a los mas indefensos. Robert Davies es un millonario de nacimiento, un consentido por excelencia, sus padres le han cumplido todos sus caprichos, pero él ha crecido con gustos diferentes a los habituales: no le gustan las mujeres. Samantha y Robert se conocen en una vuelta del destino, y él aprovecha las necesidades de ella le ofrece un trato que alejara a sus padres de inmiscuirse en su vida privada: Un matrimonio falso. Samantha con sus necesidades y un padre con una enfermedad acepta pero lo que no esperaba era que se enamoraría perdidamente de Robert, antes de que él le confesara que era gay.
- Samantha, odio decirte ésto, pero estás despedida.
Dice, Alan, el encargado de la tienda Molly Sweet donde trabaja Samantha desde hace 4 meses.
- Pero Alan, llevo trabajando aquí 4 meses, no puedes echarme así como así, además necesito mucho éste trabajo.
Samantha lo toma de las manos y le ruega.
- Samantha, te aprecio mucho, créeme, pero estamos teniendo problemas ecónomicos muy graves, creo que la tienda cerrará pronto, incluso yo seré despedido.
Alan dice frotando su frente con leve preocupación.
- Pero pensé que la tienda iba bien, hay muchas ventas a diario, a veces se aglomera de tanta gente que no podemos atenderlos a todos.
Alan mira a Samantha y se resigna.
- Bueno, te diré la verdad... ¿Para qué engañarte? El dueño quiere vender el local e invertir todo en la bolsa de Wall Street.
Samantha lo mira atónito.
- ¿Qué? ¿Acaso está loco? Las inversiones son un riesgo, no siempre se gana.
- Lo sé, pero es su tienda, y nosotros somos sólo empleados.
Dice Alan palpando el hombro de ella.
- Tengo demasiados gastos, mi padre ésta muy enfermo, debo pagar el seguro médico y no tengo el dinero, no sé que voy a hacer.
Las lagrimas empiezan a caer sobre las mejillas de Samantha, no pensó que se quedaría sin trabajo justamente ahora.
- Puedo darte algo de lo que tengo ahorrado, tal vez no cubra todo pero sería un anticipo, tu padre necesita estar en el hospital, si vuelve a casa puedo volver a recaer.
Alan toma las manos de Samanta con ternura, ella lo mira no sorprendida ya que desde que conoció a Alan desde que empezó a trabajar en Molly Sweet ha notado su amabilidad y solidaridad con ella.
- Agradezco tu ayuda Alan, pero es tu dinero, lo necesitas, yo sabré conseguir el dinero. No te preocupes.
Samanta se suelta de él y camina hacia donde está su bolso.
- No me desprecies, por favor, te ayudaré con esto, míralo como un préstamo, si quieres, cuando consigas trabajo me vas pagando poco a poco.
- Alan, no es necesario...
De repente Samantha se voltea a verlo y ahí esá está él, detrás de ella. Samantha se sorprende tanto que lo mira fijamente a lo ojos.
- Lo haré, quieras o no. Mañana paso por tu casa y te lo llevo. Por ahora, toma ésto.
Alan va a la caja registradora y saca 5 billetes de 500 dólares y se los da a Samantha.
- Véelo como una compensación por los daños causados.
Alan se ríe mientras se toca el cuello, Samantha lo mira como si fuera un ángel caído del cielo.
- Es mucho dinero Alan.
Samanta se niega a tomarlo bajando la cabeza.
- No creo que al jefe le moleste, ahora que será un nuevo millonario de Nueva York, 500 dólares para él será 1 centavo.
Dice él y ambos empiezan a reír.
- Gracias Alan, debo irme, dile al jefe nuevo millonario que gracias por todo.
Samantha sonríe y camina hacia la puerta. Alan la ve alejarse, suspirando por decirle lo que siente, pero está bien así para él, admirarla de lejos y ser su amigo.
- Si tan sólo pudiera decirte todo lo que siento por ti... Soy un cobarde...
Resopla y cambia el aviso de la tienda a cerrado, necesita decirle a los otros empleados y tiene mucho que hablar con el jefe. Samantha camina hacia la parada de autobús, mientras va pensando en como conseguir el dinero para el seguro, no contando con lo que le había ofrecido Alan, debía encontrar la forma de convencerlo de que no se lo diera, además, él tambien tiene sus gastos y sería arriesgado darle todo a ella, no se lo perdonaría jamás. Samantha llega a la parada de autobús y ve que se acerca un auto convertible y se detiene delante de ella.
- Hey nena, ¿te gustaría dar una vuelta conmigo?
Samantha no hace caso y sigue mirando si viene el autobús.
- Belleza, no hace falta que te hagas la desentendida.
Dice el hombre sonriendo mientras se quita los lentes.
- Entendí lo que diijste, pero no respondí porque no estoy interesada ni en subir en tu auto ni dar una vuelta contigo.
El hombre la mira con desafío.
- Entonces, he encontrado una fiera en mi camino.
Samantha escucha lo que dice y lo mira sin comprender qué busca.
- Me gustan así, fieras, las fáciles son aburridas.
Samantha rara vez se sorprende, siempre le pasan este tipo de cosas, los hombres la halagan, le dicen piropos, es su día a día gracias a su belleza, y no era de extrañarse que anduvieran detrás de ella, tenía los ojos verdes oliva y un cabello largo y rubio despampanante, una silueta perfecta y natural que muchas chicas quisieran tener sin recurrir a cirugías. Samantha nunca en su vida ha hecho ejercicio, su madre murió cuando apenas tenía 4 años, desde entonces han sido ella y su padre contra el mundo, y ahora él estaba luchando contra eso, siendo tan buen padre y sufriendo, no lo merecía, y Samantha se sentía culpable por no ayudarlo como es debido. Debía encontrar otro trabajo pronto.
- Hey, estoy hablando contigo, belleza.
Samantha sale de sus pensamientos y voltea hacia el hombre extraño.
- No estoy interesada. ¿Podrías dejar de molestarme?
Ella camina hacia el otro lado de la parada de autobús.
- ¿Sabes? Eres muy contestona y altanera. Lo que me sorprende más es que... mírate... Debes ser una de esas mujeres pobres con sed de dinero que se hacen las difíciles para que los hombres anden detrás de ellas.
- No me conoces.
Samantha lo mira ya cansándose de sus palabras.
- No, no te conozco, pero es porque tú te estás negando a que te conozca, mujer altanera.
Ella camina hacia él y lo mira de frente.
- Si te molesta tanto como soy, déjame en paz, idiota.
El hombre se queda atónito con sus palabras.
- Eres una mujerzue...
El hombre saca su mano derecha del bolsillo y Samantha está más que lista para bloquear el golpe pero una mano agarra la de él antes que llegue a su cara.
- Ella no quiere ir contigo Evan, déjala en paz.
Samantha se queda mirando al hombre recién llegado, él la mira y voltea a ver a su amigo.
- Es mi problema, Robert. Además... ¿Qué haces aquí?
El hombre misterioso suelta su mano y se acomoda el traje que lleva.
- Venía manejando cuando reconocí tu auto y vi que estabas hablando con la... dama...
Samantha oye algo de escepticismo en la forma que dice dama.
- Además... Conoces mujeres más hermosas. ¿Qué haces molestándola a ella?
Vuelve a mirar a Samantha, pero ésta vez de arriba a abajo.
- No es tu problema, amigo. Yo sé lo que hago.
Dice el hombre llamado Evan.
- Bien, puedo actuar como si no te hubiera visto acosando a una chica que a leguas se ve mucho menor que tú, además... Estás en el centro de Nueva York, ella puede gritar y pedir ayuda y tendrás que responder por tus actos a la prensa, piensa un poco amigo, eres hijo de Arnold Lennox. ¿Crees que a tu padre le gustaría ver otro escándalo de su querido hijo?
Samantha puede notar el poder de persuasión y convencimiento del hombre misterioso llamado Robert. Evan se calma y mira de Robert a Samantha.
- De acuerdo, tienes razón. Perdón por lo de antes.
Evan dice y tiende su mano en señal de disculpa a Samantha.
- No pasa nada.
Ella tiende su mano, mientras Robert los mira y sonríe.
- Debemos irnos, Evan.
- Si, perdón de nuevo.
Evan mira a Samantha y ella suelta una leve sonrisa. Evan camina hacia su auto, lo enciende y se coloca los lentes. Samantha nota que el hombre misterioso sigue parado delante de ella, sin decir nada.
- Perdona a mi amigo, tiene problemas de carácter, sin contar que es muy mujeriego.
Samantha sonríe con su comentario.
- Si, lo noté, pero me pasa a menudo, así que estoy acostumbrada a toparme con hombres como él. Puedo defenderme perfectamente.
- Debes ser muy buena en artes marciales.
Robert se comienza a reír, y Samantha también, ella no puede negarse, él tiene una sonrisa contagiosa. Como una leve brisa que te pega en la cara y refresca la existencia.
- Debo irme.
Él dice y camina hacia su auto, Samantha tiende su mano para estrecharla con la suya pero cuando se da cuenta ya él está en su auto a punto de arrancar.
- Nos vemos, belleza.
Dice Evan y arranca su auto a toda velocidad, Samantha alza su mano despidiéndose de lo que acababa de pasar, se había topado con hombres millonarios, hijos de millonarios, en pleno centro de Nueva York, debían de tener sus propias empresas, Samantha quizo llorar, había querido estudiar Diseño de modas, pero tuvo que pausar su sueño para trabajar, además, era una carrera muy costosa, no tenía oportunidad. Miró que el autobús se detuvo frente de ella y se subió, iba a visitar a su padre al hospital, mañana tendría que conseguir un trabajo.
Un tirano de día, un playboy de noche. Esa es la reputación que precede a Robert Hoffman. Vive la vida como quiere, sin importarle la opinión de los demás. No le importa nadie, es completamente impenitente y no tiene ningún deseo de cambiar. Susana Smith trabaja para Robert como su asistente personal. Lo desprecia a él y a su ética cuestionable, pero soporta toda la basura que le dice, porque necesita el trabajo. Su objetivo final es mucho más importante que el abuso diario y las exigencias que tolera de su desagradable y tirano jefe. Hasta que un día, él le pide algo que nunca esperó. Un nuevo rol con un contrato personal: prometida en lugar de asistente personal.
Zane Levent es el exprometido de mi hermana. Heredero multimillonario y recién salido de prisión. Una mirada es suficiente para reavivar nuestro viejo odio. Ahora, me veo obligada a casarme con él. A vivir con él. A fingir que estoy enamorada de él. Pero él no sabe que nuestras vidas están enredadas en mentiras. No sabe que tengo un acosador. Y ahora, él también es un objetivo. Mi objetivo es sobrevivir. El suyo es hacer de mi vida un infierno.
Kevin Corner es el tipo de hombre que consigue lo que quiere, así que cuando decide que me quiere como niñera de su hijo, me hace una oferta que no puedo rechazar. Es una oportunidad increíble trabajar con niños como siempre quise, pero vivir bajo el mismo techo que este hombre enigmático es más difícil de lo que pensé que sería. Él es el director ejecutivo multimillonario de una empresa de inversiones, y yo me crié en hogares de acogida y uso marcadores Sharpie para pintar las marcas de mis zapatos. No tenemos nada en común... o al menos eso es lo que supongo.
Un accidente fatal dejó a Clara viuda. Su esposo Román había fallecido dejando a Clara embarazada y con incertidumbre. El hermano de Román, Raúl está dispuesto a ayudarla y que su hijo por nacer crezca con un padre. Raúl le propone un matrimonio falso, pero eso no es todo, la primera regla es: No enamorarse. Raúl y Clara viven juntos, pero no revueltos, hasta que Clara sufre otro accidente y queda con amnesia. No recuerda absolutamente nada, sólo que Raúl es su marido y el hombre que ama. Hasta que recobra la memoria y recuerda que Raúl es sólo su marido por contrato, pero cuando recuerda todo ya es demasiado tarde porque Raúl se ha aprovechado de la situación aún odiándola y viéndola como una simple mujer y la esposa de su hermano muerto.
Han pasado tres largos años desde que murió mi esposa, dejándome con nuestra hija recién nacida, y he cometido todos los errores que un padre podría cometer en el camino. No soy perfecto, pero lo estoy dando todo y esforzándome por mi pequeña hija y demostrarle que podemos salir adelante juntos, sólo ella y yo. Hasta que aparece una mujer en nuestra vida para cambiar mi plan de vida solitaria.
Mi negocio siempre ha sido mi bebé, y haré lo que sea necesario para asegurarme de que tenga éxito... incluso si eso significa fingir que estoy enamorado de una mujer que me odia y, además, soy el padre de su bebé.
Se rumoreaba que Fernanda, recién vuelta con su familia, no era más que una violenta pueblerina. Pero Fernanda se limitaba a esbozar una sonrisa despreciativa. Otro rumor sugería que Cristian, normalmente racional, había perdido el juicio, locamente enamorado de Fernanda. Esto la frustró. Podía tolerar los cotilleos sobre sí misma, ¡pero calumniar a su amado era pasarse de la raya! Poco a poco, a medida que salían a la luz las múltiples identidades de Fernanda como célebre diseñadora, experta jugadora, reconocida pintora y exitosa magnate de los negocios, todos se daban cuenta de que eran ellos quienes habían sido engañados.
Durante sus tres años de matrimonio con Colton, Allison ocultó su verdadera identidad y se esforzó de todo corazón para apoyarlo. Sin embargo, fue traicionada y abandonada por su esposo infiel. Desanimada, ella se propuso redescubrir su verdadero yo: una perfumista de talento, el cerebro de una famosa agencia de inteligencia y la heredera de una red secreta de hackers. Al darse cuenta de sus errores, Colton expresó su arrepentimiento: "Sé que metí la pata. Por favor, dame otra oportunidad". Sin embargo, Kellan, un magnate que se suponía que era discapacitado, se levantó de su silla de ruedas, tomó la mano de Allison y se burló desdeñosamente: "¿Quieres que te acepte de nuevo? Sigue soñando".
Fue engañada vil mente por su prometido y su hermanastra. Por lo que se vio obligada a contraer matrimonio forzado con el prometido de su hermanastra, a quien su hermana había rechazado porque estaba atado de por vida en una silla de ruedas de por vida. -No tuve más remedio que aceptar ser su sustituta porque ella está enamorada y embarazada de mi actual ex prometido y no quiere casarse contigo -dijo ella, mientras que el hombre en silla de ruedas se limitó a mirarla con el rostro desprovisto de cualquier emoción. -Supongo que no tengo opción -dijo el hombre fríamente. Cogió un expediente y se lo deslizó sobre la mesa. Ella sacó el documento y se quedó sin aliento cuando se dio cuenta de que era un contrato.
Después de tres años de matrimonio hermético, Eliana nunca había visto a su enigmático esposo hasta que le entregaron los papeles del divorcio y se enteró de que su supuesto esposo estaba cortejando a otra mujer sin importarle cuánto le costara. Ella volvió a la realidad y decidió divorciarse. A partir de entonces, Eliana dio a conocer sus diversos personajes: estimada doctora, legendaria agente secreta, hacker reconocida, célebre diseñadora, experta piloto de carreras y distinguida científica. A medida que se conocieron sus diversos talentos, su exesposo fue consumido por el remordimiento. Desesperado, suplicó: "¡Eliana, dame otra oportunidad! Todas mis propiedades, incluso mi vida, son tuyas".
Hace tres años, la familia Moore se opuso a la decisión de Charles Moore de casarse con su amada mujer y seleccionó a Scarlett Evans como su novia. Pero Charles no la amaba. De hecho, la odiaba. Poco después de la boda, Scarlett recibió una oferta de la universidad de sus sueños y se lanzó sobre ella. Tres años más tarde, la amada mujer de Charles cayó terriblemente enferma. Para cumplir su último deseo, él llamó a Scarlett y le presentó un acuerdo de divorcio. La joven estaba profundamente herida por la abrupta decisión de su esposo, pero ella decidió dejarlo libre y aceptó firmar los papeles. Sin embargo, Charles pareció retrasar el proceso deliberadamente, dejando a Scarlett confundida y frustrada. Ahora, Scarlett estaba atrapada en las consecuencias de la indecisión de Charles. ¿Sería capaz de liberarse de él? ¿Charles eventualmente entraría en razón y enfrentaría sus verdaderos sentimientos?
La mala influencia de la mejor amiga de Mina Manson la lleva a cometer muchos errores una noche donde su vida cambia totalmente ya que debido a una escapada nocturna con su amiga termina drogada y ebria y lo peor de todo en brazos de un extraño. Paolo Scarton, un CEO arrogante de carácter fuerte y dominante quien no se deja impresionar por cualquier mujer y menos si la conoce en un club nocturno, pero extrañamente esa noche sucede algo que él no se esperaba. Conoce a Mina en un club nocturno y esta joven castaña lo impresiona desde el primer momento que la ve. Por desgracia su primera impresión fue todo lo que él imaginaba, Mina estaba drogada esa noche por culpa de su supuesta mejor amiga. Para mala suerte de la joven se mete en problemas con un sujeto, pero afortunadamente Paolo logra salvarla y sacarla de aquel embrollo. Pero ambos terminan teniendo sexo oral en el coche de Paolo y es cuando el CEO se queda impregnado de esa joven a quien la catalogaba como una cualquiera. Pero Mina era diferente y Paolo lo descubre cuando él termina follando con ella una tarde que la secuestra luego de salir de la universidad, ese día se da cuenta de que era virgen, desde entonces, su obsesión por ella se intensifica. Pero se le dificulta poder estar con ella cuando se da cuenta de los padres de la misma son complicados, cuando la mejor amiga de Mina es una envidiosa y cuando su mano derecha se encapricha de su chica.