-¡Hey! Kevin. Levántate.-Mientras abre las cortinas del ventanal grande que daba a la cama, así brindarle luz a la habitación.
Con una resaca inmensa, Kevin Stanford hace su mayor esfuerzo en levantarse de la cama Queen, se tropieza con el cuerpo de dos mujeres desnudas, no estaban muertas, sólo dormían, Kevin le echa un vistazo al resto de la habitación, el desastre era más grande que el de la otra noche.
Kevin con orgullo comenta
-Si, está fue mejor.
Edward lo ve con seriedad.
-Amigo, faltaste a la universidad, ¿No crees que deberías tomarte en serio tu carrera?
-Ay amigo no comiences, suenas como mi mamá.
-Si ella se entera que vas súper mal no se que pasara contigo.
Kevin se tapa los oídos mientras que se levanta poco a poco, su cabeza retumbaba del dolor, se va al baño mientras le dice.
-¿Sabes que es lo mío? Las fiestas, cada día más hago mejor-Comenta con sarcasmo.
-Pues vístete, hay algo que tienes que hacer aún mejor...
-Ya sé-Repite fastidiado-. Sobrio a la fulana reunión de familias.
Edward despierta a los demás y los ayuda a salir, mientras que Kevin se alistaba. La reunión de familias era una costumbre, las madres de Kevin y de Edward eran una sociedad, sostenían una empresa juntas, ambas eran multimillonarias y tenían la idea de que si se reunirán cada quince días tomarían el control de toda la situación incluyendo sus hijos.
Tamara Standford, madre de Kevin, era la más refinada de todas, nació y creció en cuna de oro, metafóricamente hablando, sus padres ya eran millonarios por herencias desde hace décadas. Por lo tanto esto la hacía tener una personalidad más fría y calculadora. Mientras que Samantha Collins, madre de Edward, fue criada por familiares humildes y de clase media, se enamoro en su juventud de un apuesto millonario el cual se casó con ella, obviamente su amor fue prohibido por lo cual los alejo de sus familias. Samantha a pesar de eso, mantenía su personalidad calidad y humana, eso no impidió llevarse muy bien con Tamara, ya que ambas tenían un hogar encima, una familia y muchas cosas por mantener, la vida de una mujer puede ser muy ahogada y más cuando se mantienen estatus. Se conocieron en el colegio cuando sus hijos tuvieron su primera y última pelea. La directora los reunió para solucionar y de ahí surgió esa amistad en ambas partes.
Los padres de Kevin y Edward eran hombres de negocio, siempre ocupados, pero eran obligados a asistir a esta reunión ya que todos debían estar presentes.
Se había pactado a las dos de la tarde, en un restaurante súper fino y elegante, dada la ocasión, la primera en llegar siempre era Samantha, la puntualidad era parte de su personalidad y Tamara llegaba siempre unos minutos antes, esta brecha de tiempo les daba la suficiente privacidad a Samantha y Jhon para dialogar sobre lo fastidiado que estaba él por ir a estas cosas.
-Aun no entiendo porque siempre cedo.
-Es tiempo de calidad en familia-Agrega Samantha.
-Familia y Tamara.-Continua disgustado.
-Ya son muchos años de amistad, amor ya deberías considerarla familia.
Ambos sonríen y se percatan que ya llegaron los Standford, tan regios y elegantes, atraían las miradas de los demás en el lugar solo por el hecho de entrar, a parte que emanaban un olor a perfume extra caro.
-Siempre tan puntuales.
Agrego Tamara.
-Solo faltan nuestros hijos. No deben tardar.-exclama Samantha mirando al reloj.
Kevin y Edward estaban entrando al restaurante.
-Lamentamos la tardanza, el tráfico está de locos.-se excusa Kevin.
Tamara lo ve con recelo, Kevin se sienta justo al lado de ella, se inclina y le dice con susurros furiosos
-Apestas a alcohol.
Kevin solo la mira e intenta disimular.
-Estuve estudiando toda la noche madre, una copita para despertar.
-¿Una copita? -pregunto con sarcasmo.
Kevin comenzó a mirar a Edward para que lo ayudase a salir de esta situación.
-Han Sido época de exámenes difíciles ...
Tamara sigue oliendo un poco más cerca.
-Pues no les creo nada.
Samantha intento desviar el tema tan incómodo y halago el vestuario de Tamara, eso siempre la hacía distraer sencillo. Salvó que está vez no sucedió. Tamara estaba tan enfadada. Kevin apestaba demasiado.
-Samantha ¿A caso no te pega el olor? Siento que estoy ebria solo con respirar cerca de mi hijo.
-Mamá, esto es vergonzoso...-interrumpe Kevin.
-¿VERGONZOSO PARA TI?.
Los demás en sus mesas giraron disimuladamente a la mesa donde estaba Tamara y el resto, el esposo de Tamara llama al camarero para pedir la comida y así intentar calmar la situación.
-Samantha es amiga de años, te vió crecer y ¿tú sientes vergüenza?, Estoy decepcionada.
Jhon quedó mudo ante toda situación, miro a su hijo que intentaba una vez más por desviar el tema.
-Esta semana son los exámenes finales y...-Es interrumpido por Tamara.
-Tienes toda la razón. ¿Que mejor forma de saber si todo el dinero que gasto en la universidad vale la pena que llamando yo misma al director?.
-¿QUÉ DIABLOS?-grito Kevin-Mama tengo veintitrés años, soy adulto, no puedes hacerme esto, tratarme como un niño.
-Tienes razón, eres un adulto. Llama tú y ponlo en altavoz.
Edward ya no sabía cómo ayudar a Kevin, y Kevin solo estaba sudoroso. Pensaba que era una estupidez hacer todo esto pero su dinero, sus reglas.
Kevin levanto el teléfono, lo desbloqueó y marco el número de la universidad. Sabía que iba muy mal en la universidad, casi nunca asistía, las tareas las hacía Edward, pero por inasistencia también era difícil aprobar.
Kevin sentía los latidos de su corazón bombeando sangre hasta supurar sus oídos, le sudaban las manos.
Jhon y el esposo de Tamara, Carlos pedían al camarero su almuerzo, no querían ver todo el desastre que se avecina.
Samantha veía con nostalgia a Kevin ya que también lo vió crecer y era un poco triste la situación. Aunque confiaba que todo esto fuese un regaño innecesario porque él era responsable.
La secretaria de la universidad le contesta y Kevin cierra los ojos mientras pregunta por su situación académica.
Tarda unos segundos buscándole y luego le confirman que está por perder el semestre. Tendrá que repetirlo.
Tamara se levanta de la mesa y se marcha, Kevin la sigue, los demás se quedan ahí ya que consideran que fue un tema más personal.
-¿En serio está por perder el semestre? -le pregunta Samantha a Edward.
Él asiente con tristeza.
Afuera del restaurante su madre le dice antes de subirse al auto.
-Pensé que al menos en eso serías responsable, pero eres igual a tu padre, despegado con todo y con todos.
-Madre déjame que te demuestre que si puedo.
-No. Ya es tarde Kevin, desperdicio de dinero, tiempo y esfuerzo. ¿Sabes cuántas personas darían lo que fuese por un día en tus zapatos? Solo eres un alcohólico y fiestero, el cliché de los niños ricos.
Kevin le rogaba por qué no se fuera.
-Aun no tengo el castigo claro para ti, pero te lo haré saber en cuanto lo tenga. A partir de ahora estás por tu cuenta.
Le dice al chófer que acelere y se marcha.
Kevin queda muy decepcionado por lo que acabo de pasar. ¿Era tan importante una universidad? Tenía la posibilidad de construir empresas, ¿Qué importaba un título?. Bueno eso en voz alta sonaría muy inmaduro, pero estaba seguro de que solo era una forma de que su madre lo controlara. Siempre lo hacía.
Edward salió del restaurante para ver cómo estaba su amigo.
-No te prometo, Kevin, te ayudaré a estudiar. Lo puedes recuperar...
Kevin lo miro con enojo y se marchó también. Edward entro al restaurante y se despidió de sus padres, para poder seguirle el paso a Kevin, era su amigo y lo necesitaba. Al final dicha reunión termino siendo una cita para los padres de Edward.
Kevin caminaba muy enojado por la calle, Edward corrió hasta llegar a él.
-Oye.. Podemos arreglar eso.
-¿Cómo? Ella jamás me había hablado así... ¿Cree que no tengo el control de lo que hago? No estudio porque no me parece importante.
-¿Y que hay de las fiestas?
-Bueno... Es diferente.
Edward se ríe, lo de tiene un momento en el medio de la multitud.
-Kevin, solo habla con tu madre, demuestra que si puedes con las responsabilidades, te conozco desde siempre hermano, pero si soy honesto contigo jamás te he visto luchar por algo que no sea acostarte con una chica en una noche.
Kevin abre la boca en forma de sorpresa.
-No me digas que no, no voy a perseguirte para decirte que es lo que tienes que hacer pero... Tal vez tú mamá tiene razón, debes hacerte un hombre funcional y no solo de fiestas.
-De pronto tu eres el estable y yo no.-Concluyo molesto Kevin.
-Sabes que no se trata de eso, debo irme Kevin, hablamos mañana, solo intenta asistir a la universidad solo una vez ¿Quieres?.
Kevin y Edward terminan la conversación, Kevin seguía pensando en su mente ¿Que había de malo solo vivir de fiestas? Podría montar un club nocturno y así hacia lo que mejor le salía. Sonaba como buena idea, mañana llamaría a su madre y se lo contaría o mejor aún, la visitaría. Es su madre. Jamás le diría que no a algo.