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¿Qué pasa cuando tienes sexo con la persona que más odias en todo el mundo? ¿Y con la que menos esperar tener un encuentro tan íntimo? Cuando sus padres envían a una chica de ciudad que es sumamente revoltosa es todos sus sentidos, a una granja para corregir su actitud. Abigail Brown conoce a Zeth Grey, un granjero atractivo y sexy que parece odiarla, hasta la médula. Pero como dice el dicho, del amor al odio solo hay un paso. Lo peor llega a lo peor cuando los dos comparten una noche íntima, lo que lleva a que Abigail quede embarazada. Debido a algunos malentendidos, Abigail se queda sola sin nadie a quien acudir; tuvo que luchar para llegar a fin de mes y mantener a su hijo como madre soltera. Decidida a darle a su hijo la vida que se merece, se postula para una compañía multimillonaria como asistente personal del director ejecutivo. Sin embargo el destino le gusta jugarle broma a las personas ¿Qué pasa si su nuevo jefe es el granjero sexy que conoció hace cuatro años y que también es el padre de su hijo?
-Papá, no puedes hacerme esto, por favor.
-Celeste -suspiró Thomas-. ¿Cuántas veces tenemos que decirte que esto es por tu propio bien?
-¿¡Arrojarme a una granja con un montón de campesinos que apenas conozco es lo mejor para mí!? -Celeste exclamó, su voz subiendo una octava.
-Celeste Brown -dijo Catalina, la madre de Celeste, en tono de advertencia. Rara vez usaba el nombre completo de la chica, pero cuando lo hacía, a Celeste le temblaban las piernas.
Sin embargo, esta vez, Celeste levantó la barbilla en el aire y se mantuvo firme.
-¿Qué? ¡Solo estoy diciendo la verdad!
Thomas suspiró y masajeó el puente de su nariz: -Escabullirse para ir de fiesta con un montón de adolescentes hormonales desvergonzados y sin educación ¿Todavía crees que no mereces este castigo?
-¡Era mi cumpleaños! -ella reprochó. Un cumpleaños que su familia ni siquiera se molestó en celebrar o incluso recordar.
-¡Incluso si! -la voz de su padre retumbó-. Has estado actuando demasiado fuera de lugar en estos días: tu promedió estudiantil ha estado cayendo, tu tarjeta de crédito se ha agotado y ni siquiera te uniste a la reunión anual de ayer.
Celeste se retorció incómoda bajo la mirada de su padre. Es cierto que ha estado más malcriada que de costumbre estos días, ¡Pero todo fue por razones válidas!
Su padre continuó: -Entonces, será mejor para ti ir a la granja de nuestro amigo por un par de semanas. Conoces a los Grey, ¿Verdad? Estoy enviándote allí para que puedas arreglar tu mierda antes de que comience el nuevo semestre.
-Pero.. .. -trató de argumentar; sin embargo, su padre ya había golpeado el suelo con su bastón y se alejó de ella.
-Te vas, y eso es definitivo -gruño su madre mirándola con ojos estoicos.
*****
-¿De verdad tienes que irte? -preguntó Daniela, la mejor amiga de Celeste.
Celeste suspiró.
-No puedo convencer a mis padres de lo contrario. Y tal vez realmente merezca esto. Salí de fiesta, mi promedio estudiantil ha estado cayendo como la mierda y ya no tengo dinero en mi tarjeta de crédito ¡Awwww!
Celeste revolvió su cabello con desesperación. Aunque odiara admitirlo no tenia otra opción, sabia que si no iba su padre era capaz de dejarla sin dinero todo el verano incluyendo el semestre enteró.
Daniela se acercó a su amiga y le dio unas palmaditas en la espalda.
-¡Pero era tu cumpleaños ese día! Y tú promedió ha estado cayendo porque tus compañeros de grupo no te ayudaron en tu proyecto final.
-Sí, y tuviste que pagar mi matrícula, por lo que, por cierto, todavía estoy muy agradecido -dijo Ian, el novio de Daniela.
Celeste sonrió y negó con la cabeza. -No, está bien. Mis padres tienen demasiado dinero de todos modos. Es mejor usarlo para una mejor causa.
Ian sonrió agradecido mientras arreglaba las maletas de Celeste.
-¿Cuánto tiempo te vas a quedar allí? -pregunto Daniela.
-Seis semanas -dijo Celeste.
Los ojos de Daniela se abrieron con sorpresa.
-¿Seis semanas? Entonces, ¿Por qué tienes tantas bolsas? -inquirio, señalando las seis bolsas grandes en el suelo.
Celeste sonrió tímidamente y dijo: -Tengo un montón de cosas esenciales para el cuidado de la piel.
Daniela e Ian se rieron para sus adentros.
-Honestamente, me sorprendería más si tuvieras maletas menores -comento Daniela y todos rompieron a reír como locos.
Mas tarde.
-Pasajeros del vuelo 0306, diríjanse a la puerta de embarque en 15 minutos -dijo el intercomunicador.
Celeste se puso de puntillas y miró a su alrededor para buscar a dos personas, pero fue en vano.
-¿Tus padres no te van a despedir? -preguntó Daniela.
-Dijeron que lo harían -dijo en voz baja, mirando su teléfono. En ese momento, apareció un mensaje de texto, y era de su madre.
"No podemos ir. Estamos ocupado en el trabajo", decía.
Celeste suspiró decepcionada mientras apagaba su teléfono y lo volvía a colocar en su bolsillo delantero. Daniela y lan se miraron a sabiendas antes de animar a su amiga.
-Está bien, Celeste. Estoy seguro de que tienen sus razones. Y además, estamos aquí, ¿Verdad?
Celeste sonrió, agradecida por sus amigos.
-Sí. Gracias, chicos. ¿Para qué están los amigos?
-Voy a dejar tus maletas en el mostrador de equipajes -dijo Ian, dejando solos a las dos amigas.
Daniela se aferró al hombro de Celeste y sonrió antes de agregar: -Simplemente disfruta de tu tiempo allí, Celeste. Diviértete -aconsejó.
Celeste levantó una ceja.
-Voy a una granja. ¿Cómo podría divertirme?
-No lo sé -se encogió de hombros-. Planta un poco de arroz, desmalezar un poco de hierba, o tal vez conocer a un agricultor sexy y comenzar un amor de verano.
Celeste se rió entre dientes.
-Sí, si veo a un hombre guapo con abdominales marcados, vestido únicamente con calzoncillos Calvin Klein y un sombrero de vaquero, entonces podría divertirme un poco.
-Todo es posible.
-Última llamada para pasajeros del vuelo 0306. Diríjase a la puerta de embarque. Gracias.
-Tengo que irme ahora -dijo Celeste suavemente, abrazando a su mejor amiga de cinco años.
-Nos vemos en seis semanas -dijo Daniela.
-Nos vemos en seis semanas.
Celeste abordó el vuelo y, afortunadamente, fue un viaje tranquilo. ella salió del avión, tomó sus maletas y comenzó a deambular por las afueras del aeropuerto.
Mientras miraba a su alrededor, ya vio lo diferente que es el lugar de la ciudad. Mientras que la ciudad estaba cubierta de edificios altos y gente bulliciosa, este lugar estaba cubierto de hierba, vacas y ancianos con bicicletas. Ya estaba molesta solo con la vista del lugar en el que se quedará durante las próximas seis semanas. Suspiró con frustración al darse cuenta de que sus padres ni siquiera le dijeron quien la recogía.
La gente miraba a Celeste mientras pasaba. Quiero decir ¿Quién no lo haría? Estaba vestida con ropa de marca y se pavoneaba con confianza. Sin mencionar su aspecto deslumbrante y hermoso, seguramente será el centro de atención donde quiera que vaya.
Sacó su teléfono, pero vio que no tenía señal. Empezó a caminar con la esperanza de conseguir una conexión hasta que chocó contra una superficie dura.
-¡Oye! -chillo ella disgustada.
Cuando se dio la vuelta, vio a un hombre alto y joven con un sombrero de vaquero que cubría más de la mitad de su rostro. Solo se veían sus labios y su afilada mandíbula.
-Mira por dónde vas -dijo Celeste al chico en un tono condescendiente.
El tipo, que parecía un granjero con su sombrero de vaquero, botas de vaquero, una camiseta sin mangas y una camisa a cuadros, miró a Celeste de arriba abajo.
Celeste cubrió su cuerpo y se alejó del extraño.
-¿Eres, quizás, Celeste Brown? -dijo con voz profunda. Si Celeste no pensara que era un asqueroso, entonces podría haber dicho que su voz es atractiva.
Celeste dio otro paso atrás.
-¿Quién eres? ¿Cómo diablos sabes mi nombre? No tengo miedo de llamar a la policía, ¿Sabes?
El hombre se burló. No ha hablado con Celeste por más de diez minutos, pero ya no le gusta su actitud. Sin embargo, era bueno que fuera hermosa. "Parece ser su única cualidad redentora" pensó él.
-Por favor -murmuró en voz baja-. YO fui el asignado para llevarte a la granja de Grey.
El rostro de Celeste se sonrojó y se sintió un poco avergonzado por sus suposiciones, pero ella rápidamente cepilló la vergüenza y alzó la barbilla.
-Bueno, ¿Por qué no lo dijiste? -preguntó descaradamente.
-Si me dejas hablar, entonces ya lo habrías sabido.
Celeste frunció el ceño. Ya puede sentir que no podría llevarse bien con este chico. No le gustó su tono, era como si la estuviera mirando desde arriba.
-¿Dónde está el auto? -preguntó ella, cruzando sus brazos.
El hombre suspiró antes de señalar un camión destartalado lleno de plantas y flores.
Los ojos de Celeste casi se salen de sus órbitas y su boca se abrió formando una perfecta "o"
-Iremos sobre... ¿eso? ¿Puede eso siquiera moverse? -preguntó, con desdén evidente en su voz.
El hombre chasqueó la lengua y decidió ignorar su comentario.
-¿Donde están tus maletas?"
Celeste señaló dónde estaban sus maletas.
-¿Todos esos? -se quejó él viendo todo el montón de maletas, era como si ella hubiera venido a quedarse todo un año y no seis semanas.
Celeste asintió con la cabeza con entusiasmo y agrego: -Sí, entonces, ¿Puedes mover algunas de esas macetas para que podamos colocar mis maletas en el camión?
El hombre se mordió el labio y reprimió la molestia que estaba sintiendo. "Es solo su primer día aquí, así que voy a darle un poco de flexibilidad', pensó.
Cargó todas sus bolsas y las colocó en la parte trasera de la camioneta.
-No los ensucies, ¿De acuerdo? -ella exigió.
Después de arreglar su equipaje, los dos finalmente entraron al camión.
-Sabes que nunca obtuve tu nombre -dijo Celeste, creyendo que era necesario saber su nombre si acaso algo le pasaba, asi ya tenia a quien echarle la culpa.
El hombre suspiró y encendió el motor de la camioneta, ignorando su pregunta.
-Oye -chasqueó los dedos delante de su cara-. Te estoy haciendo una pregunta.
-Zeth -dijo rápidamente.
-Mmm, Zeth.
Un nombre bastante sexy, pensó.
-¿Y cuántos años tienes?
Zeth presionó los frenos, causando que el cuerpo de Celeste se agitara hacia adelante.
-¡Mierda! -gritó con horror.
-Cinturón de seguridad -simplemente dijo antes de conducir una vez más.
Celeste miró a Zeth mientras le colocaba bruscamente el cinturón de seguridad.
¡Qué suerte tengo! ¿Por qué este granjero grosero y molesto tenía que ser el que me recogiera? Definitivamente voy a decirle esto a los Grey una vez que llegue a su villa.
Todavía estaba mirando a Zeth cuando él de repente se quitó el sombrero de vaquero, revelando la cara debajo de ella.
Los ojos de Adriel se abrieron mientras miraba al hombre frente a ella.
Bien.
El granjero grosero también es irritantemente y jodidamente atractivo.
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