/0/8848/coverbig.jpg?v=d74d3be65f510336bc706a0c7f8ceca6)
Anastasia White es una mujer de veinte años que viajó a estudiar arte y decoración en Europa cuando tenía quince años. Solía ser justa y noble, pero la soledad la había secado, convirtiéndola en una mujer rebelde e impulsiva. Daba la vida por su padre, el señor Emiliano White, quien enviudó y para sacarla de la tristeza en la que se había sumido; la obligó a irse a estudiar al extranjero. Llevaba seis años sin verlo, así que se decidió a regresar sin aviso alguno. Estaba cansada de su vida monótona y aburrida, no conseguía sentirse a gusto en un país extraño, ni encontrar una pareja estable. Al llegar al aeropuerto mantuvo una pelea acalorada con un extraño que pretendía llevarse su equipaje, por coincidencias tenían el mismo modelo de valija. Luego de resolver el inconveniente, se apresuró a tomar un taxi en dirección a su enorme mansión. La primera impresión que tuvo al bajarse del coche, fue que todo lucia descuidado. Entró sin hacer ruido y se sorprendió que no se hubiese cruzado con nadie. Su padre era el hombre más adinerado del condado, en la mansión solían abundar los empleados, pero ahora todo era soledad. Se dirigió hasta la cocina y allí encontró a dos cocineras, eran hermanas y llevaban años sirviendo para su familia. Las interrogó sobre el paradero de su padre y una de ella señaló el jardín. Ella se fue de prisa para sorprenderlo y lo despertó, el padre se enfureció al verla allí y le reclamó por haberse regresado. Sin embargo, le dio un frío abrazo y se desapareció por el pasillo. Estaba feliz por sentirse en casa, se dirigió al estacionamiento donde estaban los autos de colección de su madre que aún eran conservados en perfecto estado. Eligió el convertible de color rojo que tanto adoraba y decidió dar un paseo por toda la zona. Eso sirvió para que un hombre adinerado se enterará de su regreso y en la tarde envío a un abogado. Maximiliano García, así se llamaba aquel hombre a quien ella recordaba un poco. Lo invitó a pasar y le mencionó que su jefe Jhon Anderson Uriana le invitaba a cordialmente a su casa para charlar. Anastasia no vio inconveniente alguno y asistió. Apenas ingresó, le hirvió la sangre porque era el mismo hombre del aeropuerto que la recibió de forma tosca y primitiva. Le explicó que la razón por la que la había enviado a buscar era porque la exigía en matrimonio. Anastasia se negó y dijo que jamás iba a casarse con un hombre como él, incluso lo abofeteó. De modo calmado le explicó que él era la única solución a todos los problemas que tenía la familia White Nariño. Pues el padre de Anastasia, Emiliano White, había adquirido una horrible adicción al alcohol que lo estaba acabando poco a poco. Y solo tenía dos opciones casarse con él para poder pagarle un tratamiento en un sanatorio o verlo morir poco a poco. Anastasia se reveló y dijo que su padre tenía el dinero suficiente para pagarse su propio tratamiento, entonces Jhon Anderson procedió a mostrarle todos los documentos de las propiedades de la familia White Nariño, ahora a su nombre, le explicó que había pagado las hipotecas al banco para saldar las deudas de su padre y conservar las propiedades. Anastasia presa del dolor, no podía creer lo que aquel hombre le explicaba, después procedió a acercarle un contrato de matrimonio que lo había preparado con anterioridad y que solo debía firmar. Ella amaba su libertad, pero más amaba a su padre. Y si la solución era unirse en matrimonio con un ser egoísta y engreído, lo iba a hacer. Sin pensarlo mucho, acepta y se casa con Jhon bajo una ceremonia lujosa, con cientos de invitados importantes. Su padre es recluido en una de las mejores clínicas y en ella solo surge el odio al estar cerca de todas las propiedades de su familia y jura que volverá a recuperarlas. Jhon la obliga a cumplir con cada condición establecida en el contrato matrimonial, entre esas tener intimidad, sin protección, porque él deseaba tener un heredero muy pronto. Ella no sentía afecto ninguno por ese hombre, pero se entregaba a él cuando lo exigía. Ella no desea quedarse en casa y consigue que su esposo acepte que trabaje en una empresa internacional en la que se destaca por sus habilidades, poco tiempo después Jhon se muere de celos por las atenciones de uno de los jefes y le exige que se retire. Ella se opone, pero al descubrir que se ha quedado embarazada y que su salud ha empeorado, acepta renunciar, Jhon empieza a desvelarse por ella y por su embarazo. Se percata que empieza a tener sentimientos amorosos por Jhon gracias a la delicadeza de sus cuidados, pero teme confesarle que se ha enamorado de él y le demuestra todo lo contrario. Una vez que están en la espera del bebé, la conciencia empieza a pesarle a Jhon y es él quién propone romper aquella relación para que ella pueda ser feliz con otra persona. Con excepción de que él se quedará con la custodia completa del niño. Esto le parte el corazón a Anastasia y decide huir antes de que el bebé nazca, pues Jhon tenía otro hijo y ella dedujo que de la misma
Ansiosa esperaba a que el avión aterrizará y mientras tanto mantenía sus ojos cerrados. Sentía la ilusión con la que latía su corazón por regresar a su país después de seis largos años de ausencia.
Apenas puso uno de sus pies en las escalinatas para descender, el sol golpeó su rostro y un aire frío le recorrió las piernas.
Bajó a toda prisa, sabía que nadie le estaba esperando en el aeropuerto porque no había anunciado su regreso. Deseaba sorprender a su padre.
Se ubicó de primera a esperar su equipaje, apenas vio el color verde oliva acercándose, corrió y bajó la maleta de la banda transportadora. Quería salir de allí corriendo lo más pronto posible, pero un gran zapato se atravesó en su camino y entonces reacciono ante la figura de un gran hombre que la detuvo bruscamente:
-¡Ladrona! -dijo con voz masculina y repugnante. Anastasia se quedó perpleja y ese hombre estiro su mano para arrebatarle el equipaje.
Pero ella no se iba a dejar robar por ese tipo por más astuto que fuese. -¡Suelta mi equipaje o tendré que empezar a gritar! -amenazó con firmeza.
-Si quieres hacer un escándalo, ¡Hazlo! -le dijo y la sujetó del cuello. Era diez veces más alto que ella, su reacción fue soltar el equipaje y enterrar las uñas en sus brazos.
Anastasia empezó a gritar con desespero, porque alcanzó a ver a varios oficiales de la policía. Ellos se acercaron y le exigieron a aquel hombre que la soltara, él lo hizo, pero no dejaba de decir que le quería robar sus pertenencias. Sin meditarlo, ella le soltó una bofetada y él la observó con odio. -¡No es su equipaje! -advirtió el hombre con cara de furia.
-¡Si es mío! Usted es quien pretende robarse mis cosas. ¡Arréstelo, señor oficial! -dijo Anastasia señalándolo.
-¡Están obstruyendo el orden público! Acompáñenme por favor.
Pero aquel hombre se acercó y le comentó algo casi al oído. Luego el oficial se giró y le exigió a la chica abrir la maleta.
Ella pensó que solo así, ese hombre tosco dejaría de proferir injurias. Agarró la cremallera y la corrió por completo, se veía en su rostro una completa seguridad de que sus bikinis explotarían en la cara de aquel majadero. ¡Pero no!
-¡No es mi equipaje! -dijo ella avergonzada por completo. Entonces giró su cuerpo e intentó correr para zafarse de esa situación tan vergonzosa, pero aquel hombre con una agilidad impresionante la agarró del brazo y mencionó:
-Este condado no es muy grande, así que te buscaré y me vengaré personalmente por su ofensivo trato hacia mi persona. -Ella tiró con fuerza de su brazo para sacarlo de su agarre, pero solo estaba consiguiendo hacerse daño.
Entonces un hombre vestido de traje al que Anastasia no le tomó importancia se acercó, solo divisó que llevaba un portafolio en su mano, por ende, debería ser algún tipo de abogado. Con un aparente trato educado y amistoso le pidió a aquel hombre enfurecido que la soltara. Así lo hizo, pero no le quitaba la mirada fiera de su rostro, parecía que le quería hacer daño.
Ella desapareció del lugar y fue por su verdadero equipaje. Ahora estaba alterada y la emoción de estar de vuelta se le había desaparecido. -¡Cretino! Solo espero que la vida jamás lo vuelva a cruzar en mi camino. -No sabía lo que decía, o mejor dicho no tenía ni la menor idea de con quién se había cruzado, la bella e imponente Anastasia White.
Abrumada por la situación que había terminado de experimentar, tomó un taxi que la llevará a casa de su familia, en repetidas oportunidades le indicaba al conductor que acelerará porque llevaba prisa.
Una vez que llegó a su destino, Anastasia no podía dejar de observar lo descuidada que estaba la mansión de su padre, los árboles estaban sin podar, las orquídeas que tanto cuidaba su madre estaban llenas de maleza y enredaderas. La pintura de las paredes, que siempre había lucido impoluta, ahora estaba manchada y agrietada.
-De seguro que los empleados de mi padre ya no quieren trabajar, ¡qué aspecto tan abandonado tiene esta casa! -dijo quedándose paralizada intentando digerir la impresión de descuido que estaba percibiendo.
Entró sin que nadie se percatara, no había ni un perro en todos los alrededores. Una vez en la sala bajó la maleta con cuidado al ver la figura de su padre Emiliano White, plácidamente dormido en una vieja mecedora.
Sus ojos se le aguaron y sintió que se le partía el corazón, aunque a diario mantenían largas charlas, nunca lo había visto en fotografías actuales, siempre le enviaba viejas fotos con la excusa de que el teléfono no tomaba fotos bonitas.
Se veía pálido, ojeroso y desnutrido, tal parecía que estaba padeciendo de alguna enfermedad delicada. Recordó cuanto odiaba que le despertarán mientras dormía. Así que se dirigió hasta la cocina.
Apenas cruzó la puerta una de las empleadas de la casa llamada Malena, dejó caer una cacerola y se hizo añicos.
-¡Virgen Purísima! Es Anastasia. -Ella sonrió y le ofreció sus brazos abiertos de par en par para recibirla con un gran abrazo.
-Sí, soy yo. Me he decidido a regresar a mi casa. ¡Los echaba mucho de menos! -Ambas dieron saltitos de alegría.
Malena había sido la nana de Anastasia, por eso guardaba tanto cariño por ella.
-Ella es mi hermana Francia, no sé si la recuerdas, ahora trabaja conmigo en esta enorme mansión. -explicó la mujer mientras exigía a la otra empleada que se acercara para que saludara a la hija del patrón.
-¡Qué alegría encontrar con quién charlar a esta hora! Por favor díganme qué ha pasado en esta casa. Todo luce deteriorado y olvidado. ¿Qué me dicen de mi padre? Acabo de verlo y apenas pude reconocerlo. ¿Está enfermo? -Las empleadas algo nerviosas guardaban silencio, compartiéndose miradas de complicidad.
-Será mejor que tu padre te explique todo. Pero él no está enfermo. ¡No, que nosotros sepamos! -Ella sospechaba que algo le estaban ocultando, las miradas furtivas y cómplices que se dirigían evidenciaban un misterio, que ella misma se tomaría la molestia de indagar.
Con tan solo veintiún años era una mujer perspicaz, detallista y simpática. Era pequeña, con curvas pronunciadas, a la que Europa había moldeado a su antojo. Lucía glamorosa y con clase, para el viaje había elegido un vestido de algodón que se ajustaba a su figura y unos tacones que le hacían verse elegante.
Sus ojos claros, al igual que su dentadura, eran el atractivo que robaba la atención de su rostro. Su piel era tersa y sin alguna mancha, la enorme melena de color castaño claro descansaba en su espalda baja.
Aún no podía creer que esa mansión ya no era la misma de la que ella se había despedido con tanta melancolía unos años atrás. Era probable que todo se debiera a que su padre había querido conservar todo, como lo había dejado su difunta esposa.
Luego de muchas interrogantes para las que no encontraba respuesta, escucho a su padre Emiliano White bostezar con fatiga.
Se apresuró a presentarse ante él, pero la expresión del mismo, en vez de asombro, era de incomodidad
-¿Por qué te viniste? No deseaba que regresaras tan pronto. Mi deseo era que siguieras estudiando; para eso te enviaba constantemente el dinero que necesitabas. ¿Qué haces aquí? -Anastasia se sintió abrumada y quiso llorar, pero decidió lanzarse a los brazos de su amado padre.
-¡Te echaba de menos! Sabes... ya fue suficiente tiempo fuera de casa, odio mi carrera y no quiero continuar -respondió ella enterrando su rostro en el cuello de su padre como una niña mimada.
-¡Vale! No llores, me pondré contento de tenerte conmigo -dijo él y se separó de ella para desaparecerse por el pasillo. De inmediato pensó que ese no era el mismo hombre del que varios años atrás había llorado sujetándose de una pierna para que no la enviara lejos. ¡Algo grave estaba pasando!
Ibiza fue invitada a un evento importante de la empresa para la que trabaja y allí se encontró con una desafortunada situación. Sin que se dieran cuenta le suministraron un fuerte afrodisiaco, el cual la hizo pasar la noche con un hombre supuestamente desconocido. Sin embargo, aquel hombre resultó ser uno de los hijos de su jefe, pero todo se tornó complicado cuando producto de esa noche ella quedó embarazada. ¿Qué sucederá cuando un padre rechace a su bebé sin haber nacido y encima de eso pretende que lo aborten? Esa es una buena pregunta si resulta que años después regresas en busca de perdón para enmendar el error que jamás debió de haber sucedido.
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
"Durante su trabajo de medio tiempo en un bar clandestino, Wendy se emborrachó accidentalmente. Cuando se despertó, se dio cuenta de que la habían confundido con una prostituta y que había perdido su virginidad. Después de tener una aventura de una noche con Charlie, un hombre increíblemente guapo, Wendy tiró doscientos dólares para defender su dignidad. Sin embargo, el comportamiento arrogante de Wendy molestó a Charlie, quien, en venganza, volvió a llevarla a la cama. ""¿Qué quieres?"", dijo Wendy molesta. ""Asumir la responsabilidad de lo que te hice"", respondió Charlie sonriente. ""¿Pero cómo?"", Wendy continuó. ""Al seguir acostándome contigo""."
Jacob Morgan se ve obligado a contraer matrimonio por obligación su única intención es salvar su compañía de la bancarrota asumiendo el liderazgo de las empresas Morgan, puesto que es batallado por su primo Derek, a regañadientes acepta un encuentro orquestado por su madre con Natalia Redmond de inmediato queda prendado por la belleza de la dulce e inocente chica, pero rápidamente se da cuenta que sus exigencias no serán bien recibidas por la joven cuyo carácter obstinado se convierte en la horma de su zapato, lo que ignora Jacob es que Natalia oculta sus verdaderas intenciones al aceptar el matrimonio. Muchos secretos, muchas intrigas y muchos obstáculos. ¿Qué pasará cuando Jacob descubra la verdadera razón por la que Natalia acepta ser su esposa? REGISTRADA EN SAFECREATIVE BAJO EL NUMERO 2503131157738. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. PROHIBIDA LA REPRODUCCION TOTAL O PARCIAL DE LA PRESENTE OBRA POR CUALQUIER MEDIO O SU ADAPTACION SIN LA AUTORIZACION EXPRESA DE LA AUTORA.
Madison siempre había creído que se casaría con Colten. Pasó su juventud admirándolo, soñando con su futura vida juntos. Pero Colten siempre le fue indiferente, y cuando la abandonó en el momento en que más lo necesitaba, por fin se dio cuenta de que él nunca la había amado. Con la determinación de empezar de nueno y sed de venganza, Madison se marchó. Tenía por delante un sinfín de posibilidades, pero Colten ya no formaba parte de su vida. El hombre, por su parte, corrió a buscarla presa del pánico al darse cuenta de ello. "Madison, por favor, vuelve conmigo. Te lo daré todo". Sin embargo, fue su poderoso tío quien abrió la puerta y le dijo: "Ella es mi mujer ahora".
Después de tres años de matrimonio hermético, Eliana nunca había visto a su enigmático esposo hasta que le entregaron los papeles del divorcio y se enteró de que su supuesto esposo estaba cortejando a otra mujer sin importarle cuánto le costara. Ella volvió a la realidad y decidió divorciarse. A partir de entonces, Eliana dio a conocer sus diversos personajes: estimada doctora, legendaria agente secreta, hacker reconocida, célebre diseñadora, experta piloto de carreras y distinguida científica. A medida que se conocieron sus diversos talentos, su exesposo fue consumido por el remordimiento. Desesperado, suplicó: "¡Eliana, dame otra oportunidad! Todas mis propiedades, incluso mi vida, son tuyas".