-Llegando a la universidad allí estaban mis amigas, Renata y Kamila, cómplices y conocedoras de toda mi vida, ellas me reciben con un fuerte abrazo, el mismo que aprecio todos los días, las tres decidimos bajar al cafetín mientras no entrabamos a clases, cuando bajamos las escaleras justo frente a nosotras estaba el chico más guapo y apuesto que hubieran visto mis ojos.
-De pronto aquella voz varonil susurro a lo lejos, ¡Hey! A lo que le doy un empujón a Renata y le digo oye guapa es contigo, ve te están llamando, ella se dirige hacia aquel chico, ¿Dime me llamabas?, no solo estoy llamando a tu amiga replico aquella dulce voz, por favor ¿Podrías decirle que venga? Con cuál de las dos te gustaría hablar le pregunto Renata.
-Podrías decirle a la del lunar en la mejilla, a ella por favor, muy bien dijo Renata, Vero, ven que la cosa es contigo.
-Para mi mayor sorpresa jamás pensé que un chico tan guapo me estuviera llamando a mí, quizá sea para que lo ayude en algo pensé y solo voltee y me dirigí hacia a él con tono arrogante, ¿Cuéntame que quieres conmigo, para que soy buena?
-Hola mi nombre es Leonardo y desde hace mucho tiempo vengo fijando mi mirada en ti, sorprendida le dije ¿En mí? Ni siquiera sabes quién soy, como para que estés hablando de esa manera.
-Mordiendo la comisura de sus labios le dijo, estas completamente equivocada Verónica Altamirano, se perfectamente quien eres, y me gustas muchísimo, ¿Aceptarías salir conmigo a comer un helado y así conocernos mejor?
-No pienso ir contigo a ningún lado, ni a la vuelta de la esquina mucho menos cuando no te conozco.
-Wow pero que odiosa eres replico Leonardo.
-Leonardo solo me miraba fijamente y eso aceleraba mis nervios por alguna razón, por lo que me di media vuelta y lo deje allí hablando solo.
-Renata y Kamila no paraban de hacer preguntas y yo solo pensaba en Leonardo.
-Ya basta, que tanta pregunta hacen, el solo quería saber un poco más de mí.
-Uy ya sabemos quién será la próxima comprometida y camino al altar dijo Kamila.
- ¿Qué? Sin duda alguna te estas volviendo loca kami.
-Poco a poco los días pasaban y Leonardo seguía aún más enamorado de Verónica, todos los días la frecuentaba al entrar o al salir de clases.
- Cierto día cuando verónica iba en dirección hacia su salón, Leonardo la detuvo por un momento, tenemos que hablar, por favor bríndame la oportunidad de conocerte mejor, te lo ruego por favor veras que no te arrepentirás.
- Verónica al ver a Leonardo quien estaba de rodillas justo frente a sus ojos, solo dijo ven levántate, está bien lo pensare y a la salida estaré aquí en este mismo lugar con una respuesta.
- Me despido de Leonardo y desde ese preciso instante no sé por qué pero nuca preste atención a la clase que esforzadamente dictaba mi profesora, no tenía cabeza para otra cosa que no fuera pensar en Leonardo.
- Pasaron las horas y entramos a 4 materias diferentes durante toda la mañana. Hasta que al fin terminamos, sentía miedo y a la vez unos nervios terribles al saber que justo a la salida estaría el chico más apuesto y lindo esperando a que yo le diera una respuesta.
- Al salir justo allí estaba Leonardo esperando por mí, no pude concentrarme en ninguna asignatura así que decidí salir antes a esperar para que me des tu respuesta.
- Tumbada de los nervios sonreí y le dije; está bien acepto conocerte mejor, pero con una condición; solo nos conoceremos no quiero ningún tipo de compromisos con nadie ok.
- Ok está bien respetare tu decisión, nada de compromisos solo quiero ser tu amigo, ahora bien ya que somos amigos ¿Me permites acompañarte hasta tu casa?
- Sorprendida y vuelta un manojo de nervios le dije nooooo, estás loco mi papa me mataría si me ve llegar con alguien a casa.
- Por Dios, ya eres una mujer hecha, derecha y mayor de edad, ¿Cuál es el problema que un amigo te acompañe hasta tu casa?
- Pues, comprenderás; nunca he tenido novio mi padre desde siempre ha sido muy pero muy celoso conmigo así que jamás he experimentado lo que sea tener un novio, para mi padre siempre he sido su querida princesa a pesar de que ya no soy tan pequeña ni soy la misma niña de ayer.
-Bueno, está bien entonces al menos ¿Puedo acompañarte hasta la cuadra de tu casa?
-Sí, claro está bien, no le veo el más mínimo problema respondí sin dudarlo. Camino a la casa Leonardo no quiso perder el tiempo y se atrevió a robarme un beso, beso al cual correspondí sin querer, aunque había sido mi primer beso jamás pensé que podía gustarme tanto aquel tan inesperado beso.
-Asombrada por el atrevimiento de mi amado le di un empujón, ¿Qué es lo que te pasa? Fui muy clara al decirte que no quería ningún tipo de compromisos, sobrepasaste el límite de nuestra amistad.
-Disculpa ¡Lo siento mucho! Solo me deje llevar por el momento a solas y quería probar el delicioso sabor de tus delicados labios.
- Puedes dejarme aquí e irte no quiero que alguien cercano nos vaya a ver juntos y vayan con el chisme a mi papa.
- Leonardo entristecido y lleno de culpa se marchó de aquel lugar sin decir una sola palabra.
- Continúe mi camino a casa y solo podía pensar en los labios de Leonardo de pronto aquel beso me había gustado tanto, mucho más significativo de lo que yo creía podía ser un beso.
- ¿Sera que me estoy enamorando?, No Verónica no puedes enamorarte recuerda el dicho del que se enamora pierde así que nada de hacerte ilusiones y perder tu tiempo en boberías.
- Llegue a casa y estaba mi papá y hermanos, entre con la sonrisa más agradable que hacía tiempo no se reflejaba en mi rostro, uju replico mi papá; ¿Algo te ha pasado o de dónde vienes que traes esa sonrisa?
- No papi solo vengo de la universidad, las muchachas acaban de irse, me dejaron en la puerta y se marcharon.
- Cuidadito con algo por allí Verónica no quiero sorpresas mucho menos en estos momentos cuando te quiero entregada en cuerpo y alma a los estudios, no tienes nada más que pensar que en tus estudios, para todo lo demás aún hay tiempo.
- Tranquilo papi, se perfectamente a lo que te refieres, no te defraudare lo prometo.