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Aurora había crecido en un ambiente lleno de Astronomía y Astrología, así fue el porqué de su nombre, como una aurora Boreal del polo norte o aquella aurora Austral en el sur, aquella explosión de color que enamoraba a muchos, era enigmática y así resultaba ser su personalidad, había nacido en Abril, a finales de ese, cada 30 le celebraban una vuelta al sol más, odiaba ese tipo de atención, prefería mil veces estar en su sillón mirando una película mientras comía un trozo de pizza de peperonni, su favorita. Desde que era muy joven había regido su vida al zodiaco, de él dependía lo que pasaría en su vida amorosa, laboral y hasta la familiar. Cuando a su vida llega Eris con su escepticismo en temas como aquellos, un Aries bastante complicado, con una personalidad que lograra sacarla de sus casillas, donde un encuentro bastante casual los une, pero la vida es tan rebelde que decide ponerlos en el mismo camino, nuevamente y aun cuando su compatibilidad estaba en los últimos rankings en el amor. Surge una combinación extraña que podrá tener buenos resultados, tal vez, si sus familias lo permiten...