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Laura a vivido toda su vida engañada al descubrir la verdad se va de la casa y en su atracción conoce a Mateo un hombre elegante y maduro que le pondrá su mundo al revés, el cual tendrá sentimientos por ella, pero Laura duda que el sienta amor por ella. Ellos tendrán que pasar por tentaciones y sobre todo por las envidias de las personas que trataran de separarlos, aunque no lo consigan ellos lucharan contra todo para que su amor sobreviva, pero no se imaginan que su relación se verá afectada por un engaño el cual hará que ellos terminen con su relación.
-Laura, no te desanimes, ya verás que muy pronto encontrarás un trabajo -lleva Mónica una de su mano a mi espalda para darme ánimos.
-Lo sé, Mónica, estar sin dinero y no aportar nada para la casa me tiene mal -le respondo mientras me siento en el sofá.
Veo salir de la cocina a Julia comiendo unas palomitas, camina hasta donde estoy y se para frente a mí
-Por eso no te preocupes -menciona mientras va tragando lo que está comiendo-. En el transcurso del día vi en el periódico un anuncio donde necesitan a una asistente ¿Y qué crees? -siento una gran energía positiva y me imagino que puede ser-. Llamé, así que mañana a las 7 a.m. tienes una entrevista.
-¡De verdad! -Me levanto de un salto por la noticia que me acaba de dar mi amiga Julia.
Estoy sudando de la emoción y por los gritos, Gabriela baja corriendo por las escaleras y me da un beso en las mejillas. Gabriela es la hija de Mónica, tiene cinco años. Es muy tierna e inteligente, puedo asegurar que es la luz que ilumina mis días.
-Tía Laura. No estés triste -me mira con esos ojitos tiernos-. Abrazo de oso -todas nos abrazamos, es como algo entre nosotras que nos encanta hacer cuando hay felicidad o tristeza.
Este abrazo no es como cualquiera porque me da fuerza para continuar, doy gracias por pertenecer a su familia y que no me hayan rechazado como las demás personas. Entre lágrimas, Mónica y Julia van en busca de sus bolsos.
-Laura -me miran mis amigas-. ¿Puedes cuidar a Gabriela mientras Julia y yo hacemos la compra? -me preguntan mientras se abrigan.
-Sí, no se preocupen.
-¿Tía, podemos jugar a las muñecas? -pregunta brincando sobre el sofá.
-Claro princesa, todo lo que tú quieras-le hago cosquillas por todas partes.
Gabriela es una niña que a su corta edad sabe más que los adultos. Después de terminar el juego de las muñecas con Gabriela, noto que hace una linda tarde, así que invito al parque a mi pequeña princesa. Cuando estamos juntas nos encanta disfrutar de la naturaleza y jugar las escondidas. Tenemos muchas cosas en común, la quiero como una hija, ojalá un día encuentre al amor de mi vida y poder tener una niña tan tierna como ella.
Se hace de noche, así que decidimos volver a casa porque quiero dormir temprano. Del parque a la casa no hay mucho tramo, así que llegamos en pocos minutos. Estando en casa subo a mi habitación y al entrar el silencio abunda y el frío me acompaña.
Al acostarme en la cama el sueño se apodera de mí, duermo como un bebe. El sonido de la alarma me despierta, debo apurarme, no quiero dar una mala impresión, porque para mí lo más importante es la puntualidad y ser responsable, eso es una buena carta de presentación. Corro a darme una ducha y logro hacerlo lo más rápido posible.
Tampoco suelo vestirme elegante, toda mi vida me ha gustado la ropa sencilla, así que esta vez haré una excepción. Busco en el clóset, encuentro una camisa manga larga celeste y unos pantalones de tela color marrón y en lo que me lo voy poniendo observo en el espejo y me gusta más mi cabello suelto que recogido.
Genial, estoy lista para asistir a la entrevista, sé que las empresas Quark Industries son prestigiosas por su comercio en el mercado.
Me miro por última vez en el espejo, creo que estoy lista, no necesito usar mucho maquillaje porque mi belleza es natural. Miro el reloj y me sorprendo al ver que faltan poco para las siete. Voy a llegar tarde si no salgo ahora mismo. Mis amigas habían pedido un taxi por mí, mientras me despido de ellas le doy la dirección al taxista y este en pocos minutos me deja frente a la empresa.
Al bajar del taxi admiró la arquitectura del edificio y más cuando me abro paso por la instalación, tiene color neutro por dentro, muy moderno, me gusta. Voy directo donde está la recepcionista.
-Buenos días. Me llamo Laura, vengo una entrevista- le dedico mi mejor sonrisa.
Me observa de arriba abajo, como para saber cuál es mi estatus social.
-Espere un momento, mientras la anuncio ante el jefe -toma el teléfono, marca un número y espera a que le respondan.
Le dan unas indicaciones y ella solo asiente como si él pudiese observarla. Al colgar, me explica que debo hacer.
-Disculpe, el señor en estos momentos no la puede atender, está en una junta. Si gusta lo puede esperar en su oficina -me dice mientras está escribiendo en el computador.
-Me puede indicar donde está la oficina de su jefe.
-Claro que sí. El segundo piso, la segunda puerta a la derecha.
-Gracias -doy media vuelta y tomo el ascensor, sigo las instrucciones que me acaba de dar la señorita, no paso ni cinco minutos y ya estoy en el segundo piso.
Salgo del ascensor y camino por los pasillos. Al no haber nadie allí, todo está en total silencio. Abro la puerta y para mi sorpresa veo un hombre de espalda teniendo sexo en su escritorio con una chica, aunque están tan concentrados que ni se dan de cuenta que estoy ahí. Con una mano me tapo la boca y cierro los ojos, jamás en mi vida había visto esto.
-Katherine eres mi juguete favorito, bebé grita mi nombre -le pide el joven, que no está para nada mal.
Creo que lo mejor es tocar la puerta para anunciar mi presencia.
-Disculpen por interrumpir, considero que es mejor que me retiré, ya vi suficiente.
El hombre me mira sobre sus hombros y maldice en voz baja, rápidamente se separa de la chica para subirse los pantalones. Sin dar la vuelta, le dice a la chica que se retire y se gira sobre sus talones para mirarme, mientras que ella se arregla el vestido color negro que lleva puesto.
Cuando la chica pasa al lado mío me empuja con su hombro, se nota que está furiosa por lo que acaba de pasar, que culpa tengo yo. Todos últimamente están locos. Estoy al pensar que esto es un manicomio y no una empresa.
-¿Quién carajos eres? Y lo más importante...-se toca las sienes-. ¿Por qué entras a mi oficina de esa manera? -se nota que está muy enfadado.
Toma un suspiro y me sigue diciendo más cosas.
-¡Dime! ¿Acaso no te enseñaron a tocar antes de entrar? -ahora me grita.
-Si me enseñaron modales que por lo que veo con usted no fue así -le respondo sacada de onda, por lo que acaba de decir-. Además, ¿Quién es usted para hablarme de esa manera? Fue la recepcionista quien me dijo que podía esperar en la oficina porque estaba en una reunión y toqué la puta puerta, pero como el señor estaba follando con una mujer que parece una cualquiera, la cabeza del pene no lo deja escuchar más que los gemidos de la joven.
Me está observando como si estuviera analizando cada movimiento que hago y no dice nada, se regresa a su escritorio y se sienta en su silla, al parecer está impresionado por lo que le acabo de decir, ya que no se inmuta en moverse ni para correrme.
-Si eso es todo, me tengo que ir -al darme la vuelta la chica que estaba con él se asoma por la puerta.
-No vas a ningún lado sin mi permiso -anuncia, aunque no sé por qué él piensa que puede decidir sobre mí y lo que debo o no hacer.
-¿Amor, te espero en casa?
-Te acabo de decir que te fueras y yo te llamo -le grita por el enojo que siente.
El día de su boda, Khloe fue inculpada de un delito que no había cometido por su hermana y su novio. Fue condenada a tres años de prisión, donde soportó mucho sufrimiento. Cuando finalmente liberaron a Khloe, su malvada hermana utilizó a su madre para obligarla a mantener una relación indecente con un anciano. El destino quiso que Khloe se cruzara en su camino con Henrik, un elegante y despiadado mafioso, así cambió el curso de su vida. A pesar de su frialdad, Henrik quería a Khloe como nadie. La ayudó a vengarse de sus enemigos y evitó que volviera a sufrir acoso.
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