Después de 2 años prácticamente encerrada en el pequeño apartamento de sus padres en Brooklyn, tuvo una revelación. No quería ser como sus padres, ni siquiera quería estar con sus padres. Su luz volvió, pero también apareció algo que hasta ahora su inocencia no conocía, la ambición.
Quería algo, aun no sabía qué, pero quería estar preparada cuando lo decidiera.
Y si hablamos de ambición, al otro lado del mundo tenemos al rey.
Zaid, ha vivido en las sombras de lo insano e ilegal por mucho tiempo. Y lo que para muchos fue una catástrofe, para él fue el impulso que necesitaba para hacerse notar, pero solo fue un salto, necesitaba más y haría lo que fuera para conseguir lo que siempre le negaron.
Siendo prácticamente un hijo bastardo, sus oportunidades eran pocas, sin embargo, en la adolescencia vio una oportunidad de aplicar algo para lo que era muy bueno, y le daría lo que necesitaba, el chantaje.
Gracias a él consiguió mucho de su padre, migajas, considerando lo que realmente le correspondía, pero era mejor que nada. Y él supo manejar esa oportunidad muy bien.
Aun así, su más grande anhelo era que su empresa creciera tanto que consumiera a la de su padre y hermanos, quería demostrar que las migajas que le dieron para que se largara de sus vidas, los iba a destruir.
De seguro su padre nunca pensó que vendría una pandemia mundial, un par de años después de darle la fábrica en ruinas a Zaid. De haber sabido lo lucrativa que se volvería jamás lo habría hecho.
Para llegar a donde quería, Zaid necesitaba muchas cosas, pero tenía claro que con la persona adecuada a su lado podría codearse con la elite de Marruecos.
Si buscara una compañera cualquiera sabía que no tendría problema para desenvolverse con gran parte del mundo, pero a él no le interesaba todo el mundo, él quería tener Marruecos en la palma de su mano. Y para eso, al menos al comienzo, necesitaba contactos con el sector más conservador de la monarquía.
Sin embargo, aunque claramente él buscaba un matrimonio arreglado, necesitaba a una esposa no solo hermosa, inteligente y llamativa, quería que fuera su par en la vida.
Para su fortuna, su tía era considerada una de las mejores casamenteras de Marruecos, y reconocida en muchos otros países, incluso en Estados Unidos, había coordinado uniones que se convirtieron en todo un éxito.
Y aunque ella no estaba muy de acuerdo con la otra forma en la que Zaid se ganaba la vida, miraba a otro lado, porque eso beneficiaba a toda la familia de una forma u otra.
No importaba lo que Zaid buscara, ella no descansaría hasta encontrar a la chica con la misma, o incluso más ambición que su sobrino.
Al final el dinero lo puede todo, ¿no?