/0/6660/coverbig.jpg?v=df799fe645f7079c5478121c08e496a0)
Johana tenía una vida aparentemente normal cómo cualquier chica de su edad, hasta que apareció Julián a complicarle toda su existencia. Ahora lo único que ella quiere es que él la dejé en paz, pero resulta complicado poder tener ése simple deseo cuándo su enemigo de Royal Diamonds aparece en la puerta de su casa vestido de traje. Julián siempre ha tenido a la chica que desea pero se encuentra con un reto imposible de descifrar: Johana. La chica qué sin importar cuánto lo intente, simplemente no cae a sus encantos. Para su mala suerte, ella parece reacia a dejarse llevar por ésa Dura Atracción que los consume a ambos. Es más, aborrece la simple mención y siempre lo trata de "idiota". Nuevas circunstancias harán que Julián tenga la oportunidad perfecta para seducir a Johana, pero, ¿Lo logrará o será a la única chica que nunca podrá tener?
Sabía con certeza de que había un problema cuando observé a Julián Navarro en la puerta de mi casa. Su sonrisa maliciosa me lo terminó de confirmar, lo que hizo que mi cuerpo se pusiera tenso por lo que pudiera ocurrir. «¿Acaso se había enterado sobre la cena que iba a realizar mi madre y pensaba arruinarla para fastidiar mi vida todavía más?»
Lo miré con el ceño fruncido.
Su sonrisa crece todavía más con mi escrutinio, haciendo que mi teoría se hiciera más acertada conforme nos mirábamos mutuamente. Siendo el capitán del equipo de fútbol de Royal Diamonds, su ego era demasiado grande para no odiarlo. Aunque si era sincera conmigo misma, una parte de que fuera tan egocéntrico era debido a su aspecto físico. Odiaba tener que admitir que era demasiado sexi como para no reaccionar de forma inapropiada cuando lo veías caminar hacia a ti. Sobre todo, cuando mostraban esa sonrisa maliciosa que siempre desarmaba a cualquier corazón. Era un arma letal.
Las chicas de la Academia les gustaba alardear demasiado y decían que besaba delicioso.
Obviamente mentían. Dios no podía ser tan considerado con una persona como él. Tenía que tener un defecto, nadie podía ser tan perfecto como Julián nos hacía creer a todos.
Sin embargo, no pude evitar echarles un pequeño vistazo superficial al atuendo que llevaba en ése momento. "¿Por qué siquiera estaba tan formal?», pensé mientras observé el traje de tres piezas color gris con una camisa negra y una corbata de color azul con rallas verticales de color blanco y negro. En su mano izquierda, un reloj platinado que rodeaba su muñeca.
-¿Has terminado de mirar, nena?
«Idiota, ¿Por qué tenía sonar tan erótica su voz?».
Si no fuera porque estaba completamente sana de mis facultades mentales. Esa forma de llamarme me hubiera hecho derretir completamente.
Levanté la vista.
-¿Qué estás haciendo aquí?
En su mirada apareció un brillo malicioso.
-¿No piensas invitarme a entrar?
«Tan gracioso...»
-No.
Creí que se iría con mi negativa, pero al contrario de eso, Julián cruzó sus brazos y se apoyó en el umbral de la puerta. El mundo podía destruirse y él parecía no preocuparse al respecto.
-Me hieres-dijo simulando una expresión herida y colocó un mano en su mano.
-Lo dudo.
Mordió su labio.
-¿Y un beso de bienvenida?
Idiota.
-No lo preguntaré de nuevo, ¿Por qué estás aquí?
- ¿Vas a salir?
-No.
- ¿Entonces así es como recibes a todas tus visitas? -cuestionó mientras sus ojos azules bajaban lentamente sobre mi cuerpo. El vestido azul que había elegido para la cena era de manga larga y que estaba cubierto de encaje. Lo revelador del vestido era su altura. Me llegaba a las piernas y por lo tanto están descubierta a que cualquiera las mirara. Como el idiota de enfrente. Su mirada hambrienta me hacía tener ganas de ir a mi habitación para ir cambiarme; pero no iba a dejar que Julián me intimidara de esa manera.
Tomando un respiro, uno muy largo para evitar cometer homicidio, intenté tranquilizarme.
-No estoy para juegos, Julián. Al menos no está noche, así que te sugiero que te largues de mi casa. Ahora.
Julián me quedó observando intensamente cuando dije su nombre, y eso era porque nunca lo llamaba de esa manera. Siempre era por un insulto o algo parecido, pero nunca su nombre. Pero, ¿qué esperaba realmente? Ahora no tenía tiempo para sus juegos. El novio de mi madre y su hijo iban a llegar, y no podía dejar que la cena se arruinará solo por estar peleando con él. Tenía que irse. Ya.
-Entiendo...-esa despreocupación de su parte fue lo que me hizo explotar por fin.
-¡Pues vete!
-No puedo, Johana, aunque quisiera irme de tu casa. Realmente no puedo.
Iba a replicarle, pero me detuve por un segundo.
Sus palabras me dejaron pensando pues Julián las había pronunciado como si tuvieran un significado oculto y ese aturdimiento de mi parte fue lo que hizo que se despegara de la pared para poder dar un paso en mi dirección.
«¡Qué rayos!», pensé al tenerlo cerca de mí. En forma instintiva, retrocedí un paso.
Lo que hizo que Julián entrará a mi casa.
Estaba por hacer que saliera de nuevo. Pero cuando levanté la vista, no pude hacer nada. Su cercanía me permitió olerlo. «Era tan tonta», pensé mientras intentaba regular los latidos de mi corazón y como si necesitará una evidencia de la estupidez que se había gobernado de mi cuerpo, dejé que Julián colocará una mano en mi cadera.
Su mirada azulada chocó con la mía para después empezar a bajar hacia mis labios. Los cuales se encontraban entreabiertos, como si estuvieran dándole una invitación. Sabía que debía empujarlo, pero no hice nada de eso. Me di el permiso de que mi vista también bajará sobre sus labios carnosos. Esos qué enloquecían a todas las chicas. A excepción de mis amigas y mi misma, claro. «¿A qué sabría realmente...?»
-¿Cariño, he escuchado que tocaron el timbre? -preguntó mi madre, y eso me ayudó a despertar del embrujo que Julián me había sometido en contra de mi voluntad.
-Vete-pedí en voz baja, empujando a Julián. Pero ya era demasiado tarde.
-Johana, ¿Qué haces? -cuestionó mi madre, bajando por las escaleras-. ¿Por qué no dejas pasar a Julián?
«Espera, ¿qué?»
Volteé a ver mi madre, sorprendida. «¿Lo había llamado por su nombre? Pero, ¿cómo es posible que lo conociera?». Fue como si alguien me abofeteará en el rostro para hacerme comprender de golpe. No puedo, Johana, aunque quisiera irme de tu casa. Realmente no puedo. De pronto, entendí el significado de las palabras de Julián.
En cámara lenta, volví a ver a Julián. Y lo encontré sonriendo burlonamente.
«Él era...Oh por Dios. No podía ser posible»
-No se preocupe, Señora Williams-saludó, cerrando la puerta detrás de él-, acabo de llegar y su hija me ha dado una inigualable bienvenida.
Mi madre se colocó a nuestro lado, para presentarnos.
-Johana, hija. -dijo ella sin darse cuenta de mi aturdimiento, y señaló al imbécil que no dejaba la sonrisa de su rostro-. Él es Julián, el hijo de Horacio.
«No, no, no». Esto no podía estar pasándome. Era irreal y tan injusto. ¿Cómo es que era posible tanta morbosa coincidencia? Sin embargo, cuando él dio pasos en mi dirección y tomó mi mano helada para estrecharla entre las suyas, fue que la realización se hizo en mí. «Él era el hijo de Horacio, y, por lo tanto, mi...»
Sacudí la cabeza para borrar esa cosa de mi mente. No podía ser cierto, lo sabía. Estaba teniendo una pesadilla. Una horrible y cruel, pero pesadilla al y al cabo.
De un momento a otro, Julián se acercó y sentí sus manos en mi rostro.
-¿Estás bien, hermanita? -cuestionó serio, pero con una mirada maliciosa-, te ves un poco pálida.
Él era un maldito. Sabía que no estaba preocupado en absoluto por mí y solo buscaba la manera de seguir burlándose de mi situación.
-Ay...que tierno-soltó mi madre, emocionada-, me gusta mucho que ya se preocupen el uno por el otro.
Quise vomitar.
-Claro que sí, somos muy amigos en el colegio, ¿no es cierto, Johana?
Asentí como autómata mientras me alejaba de su cuerpo. Necesitaba distancia. Kilómetros, en realidad.
-Julián, querido, ¿Y tu padre?
-Me dijo que se le había olvidado algo-contestó, sin dejar de mirarme-, pero no te preocupes, dijo que no tardaba en regresar.
Sentí que el piso se abría debajo de mí y me caía en la profunda oscuridad. Ellos conversaban tan contentos, como si ya lo hubieran hecho múltiple de veces. Pude ver como mi vida tranquila se derrumbaba delante de mis ojos, y de pronto tuve ganas de gritar todo lo que pensaba hasta que levante la vista, y observe la sonrisa de Julián, y sentí como mi ira aumentó en gran medida. Lo odiaba demasiado que no me dejaba pensar con claridad. Y él parecía darse cuenta de mis pensamientos homicidas porque su sonrisa creció todavía más.
Con una mueca en el rostro, desvié la vista para ver a mi madre y me di cuenta que me observaba. Sin desear que viera mi inconformidad en todo, le sonreí y ella lo hizo de vuelta sin darse cuenta de nada. «Oh mamá, ¿Qué has hecho?»
Esto es un desastre.
Y después pasó lo que tanto había temido desde que mi madre me presento con Julián, el timbre sonó fuerte y claro. El novio de mi madre había llegado. Sin demorarse, ella abrió la puerta, mostrando una sonrisa radiante al hombre que tenía una similitud parecía a Julián. «Si tan siquiera lo hubiera visto una vez, me hubiera dado cuenta de todo antes de que me golpeará en la cara de esta forma tan abrupta». Pero como mi madre siempre decía, los hubieras no existían.
Estaba tan concentrada en la pareja de enfrente que no me había dado cuenta cuando Julián había retrocedido hasta colocarse detrás de mí.
-Le propondrá matrimonio-susurró él en mi oído-, para eso es la cena.
Justo ahí, fui consciente de él. Su aroma, su calor, todo. Sabía que era un error permitir que se acercará. Pero no me aleje y él tampoco parecía deseoso de que lo hiciera. En un momento de total estupidez, cerré mis ojos mientras dejaba caer mi cabeza en su pecho. Su aliento en mi cuello me hizo estremecer de una manera que no debía ser permitida, pero nada como su agarre en mi cintura para dejarme completamente embriagada de pura y total lujuria. Esta era una de las razones del porque lo odiaba de esta manera, me hacía desearlo sin ni siquiera proponérselo. Era una total locura, pero una muy cierta.
-Serás mi pequeña hermana, Johana-continuó diciendo con voz ronca-, y créeme no dejare que nadie te haga daño.
- ¿Qué?
Escuche como tragaba duro por el jadeo entrecortado que había soltado, y eso hizo cosas a mi cuerpo que no debían ser permitidas.
-Se le olvido el anillo de compromiso, y es por eso que tuvo que regresar.
Joana tuvo una noche pasión. Y por más que intenté olvidar a ese hombre de ojos verdes, simplemente no lo puede olvidar. Revive esos momentos cada noche. Como si fuera un demonio sexual. Sin embargo, el recuerdo de esa noche, las fantasías en sus sueños es nada comparado a la realidad. ¿Qué hará Joana cuando vea que su incubo está más cerca de ella de lo que piensa? ¿Correrá, o hará lo mismo que la vez anterior, caer en sus brazos?
Michí piensa que es una frustración ser virgen. Pero aunque deseo quitársela de una vez por todas, ella no puede. ¿Por qué? Éso es muy fácil. Ella no siente atracción por cualquier chico, es más no puede sentir líbido suficiente. Es cómo si solo esperará por el indicado. Sin embargo, ella no desea a cualquier chico. Ella desea que el indicado verdadero la haga arder en deseo y que se le dilaten las pupilas con solo verlo. Qué con un toque suyo, sea capaz de estremecer todo su cuerpo... Preguntarás, con lo pervertida y mente sucia que tiene, ¿Ya ha podido encontrar a ese alguien? Pues la verdad es que no. Por eso, Michí piensa que está realmente jodida porque su cuerpo no colabora con sus deseos más primitivos. Lo que Michí no sabe es que en este último año en Royal Diamond, todo va a cambiar. Y un nuevo hombre está a punto de llegar y le hará tener todo lo que ella desea, para su mala suerte, ése hombre no es cualquier persona, es alguien prohibido, alguien que no debe de mirar. Es alguien siete años mayor. Es su maestro: Dylan Colton.
"Tania y yo no queremos dejar de ser novios, queremos seguir juntos y ambos sabemos que tenemos necesidades fisiológicas que necesitamos satisfacer. Es por eso que tener una relación abierta es la solución perfecta para nosotros" Dario nunca imagino que esas palabras por parte de Aless, su mejor amigo, lo iban a cambiar todo.
-¡Te odio! Él me observó sin emoción. -Bien. -Nunca te querré como tú quieres Sonrió con crueldad. -Lo veremos.
Segunda parte de DURA ATRACCIÓN. ¿Qué harías si ves al chico que rompió tu corazón, ocho años después? Pregunta fácil para unos, pregunta difícil para otros pero, ¿Qué hará Jacky cuando vea a su primer amor? ¿Le dará otra oportunidad o decidirá que es momento de dejarlo ir de una vez por todas? Después de todo, ella ya no es la chica que una vez fue. Ella ha cambiado. Ha madurado.
¿Cuánto estás dispuesto a luchar por el amor de tu esposo? Delyla creyó qué jamás iba hacerse esa pregunta, hasta que se dio cuenta de que su esposo la engañaba. Llena de dolor y deseos de entumecerse decide emprender un nuevo camino. Uno donde encuentra la pasión, deseo y...amor.
Brit Su, una chica con un gran objetivo en su vida: conocer a sus padres biológicos y la razón por la cual la abandonaron. Ella es trabajadora, soñadora y su pasión es ayudar a los demás, se embarca en un viaje a Shanghai su tierra natal para realizar unos proyectos En el transcurso de su viaje se encuentra con Daniel Ye, un joven CEO que ve la vida en blanco y negro, el cual no cree en el amor, pero en cuanto ve a Brit queda en un estado complicado que ni él sabe si es atraccion o amor. ella lo hará ver la vida de otra manera y colores. Lo de más lo tendréis que descubrir.....
Dorian Borges es un empresario bastante reservado, al punto de que algunas personas creían que no le gustaban las mujeres incluyendo su secretaria de repuesto. Pero estaban muy equivocados, este hombre era un amante del sexo morboso. Follar era su pasión, y aunque nadie lo pillara con una mujer en las noticias, no quería decir que no se llevara a la cama a muchas. Y una de estas era su secretaria de repuesto, luego de que su actual asistente dimitiera, él contrato a una mujer nueva que con solo verla una vez supo que tendría sexo con ella en la oficina. Puesto que su mayor fantasía era follar con una secretaria en su despacho, pero como su antigua asistente tenía 8 meses de embarazo nunca logro hacerlo. Pero ahora era distinto con Catrina Hans, Dorian seducía a su secretaria a cualquier hora, hasta conseguir que ella le abriera las piernas para poder comerle el coño... él no creía en el amor, solo le gustaba tener sexo sin compromiso, pero todos terminan bebiendo una sopa de su propio chocolate. Cada capítulo es muy caliente hasta el punto que te humedecerás... ¡que te diviertas!
-Nuestro amor nos llevará a terminar como Romeo y Julieta. - ¿Juntos? - ¡No! Muertos. -Tú siempre tan romántica. -Y tú, tan estúpido. -Ya hablo doña perfecta. -Aunque te cueste reconocerlo, así que no pienso seguir perdiendo mi tiempo contigo. Me retiro antes de que se me pegue lo malo, con permiso joven Sanz. -Hasta nunca B-R-U-J-A fea. Espero que choques en tu escoba voladora y te destroces el rostro para no volverte a ver la cara de mustia amargada que tienes. -Qué tus buenos deseos se te multipliquen insecto -grito la chica al salir corriendo de la casa para tratar de llegar lo más pronto a la parada y alcanzar el último autobús que la llevaría de regreso a la Universidad de Barcelona, donde estudiaba. Esto era tan solo una pequeña pelea a la que se tenía que enfrentar cada vez que se encontraban en la residencia de la familia Sanz o donde coincidieran, en donde había sido contratada como niñera del menor de los hijos de la familia. - ¿Podrás algún día dejar tranquila a "Mi Vale"? Sigue por ese camino y me voy a asegurar que papá te quite todas las tarjetas, congelé todas tus cuentas y de pasada te ponga a trabajar para que dejes de estar molestando a mi chica. - ¡Mocoso! Nadie pregunto tu opinión, ¡Cuidado y abres la boca o me desquitaré contigo! Deberías de estar de mi lado y no de un espantapájaros como ese que no es parte de tu familia y a duras penas conoces. -Mira, quien habla, el chico más estúpido que puede existir en toda la ciudad, si no fuera por tu cara bonita, nadie se fijaría en ti. Te aseguro que en esa cabeza no hay ni gota de masa encefálica de la cual puedas presumir como ella. - ¡Basta! Lárgate a tú cuarto o voy a acabar contigo en menos de un segundo. - ¡Huy! Ya se enojó el niño bonito. Te estaré vigilando, no vuelvas a molestar a Vale. Si ella se marcha por tu culpa, me aseguraré de cumplir todo lo que te he dicho y sabes que no bromeo HER-MA-NI-TO. ¿Quién se atrevía a desafiarlo de esa manera? ¡Claro!, otro Sanz, uno que por lo menos conocía el amor y respeto a las personas sin importar su clase social o personalidad. Para este chico todas las personas eran iguales, hasta que demostraran lo contrario.
Belinda pensó que, tras el divorcio, separarían sus caminos para siempre: él podría vivir su vida como quiera, mientras ella podría dedicarse a disfrutar el resto de la suya. Sin embargo, el destino tenía otros planes. "Cariño mío, estaba equivocado. ¿Podrías volver conmigo?". El hombre arrogante, al que una vez ella amó profundamente, bajó humildemente la cabeza. "Te ruego". Belinda apartó con frialdad el ramo de flores que él le había regalado y respondió fríamente: "Es demasiado tarde".
Charles tenía novias diferentes cada día del año, nunca salía con la misma chica. Su nombre había sido vinculado a innumerables mujeres. Autumn, por su parte, se vio obligada a casarse con Charles sustituyendo a su hermana, quien se había escapado. Su único deseo era divorciarse después de un año. Ninguno de los dos había esperado que se enamoraran el uno del otro. Tampoco esperaban que el mundo entero los desafiara. Una ex novia quien causa problemas cada dos por tres. Una hermana fugitiva quien regresa con la intención de recuperar a Charles. Una suegra que siempre se entromete en sus momentos íntimos. ¿Te gustaría leer más? ¡No dudes! ¡Vamos allá!
En opinión de todos, William se había casado con Renee bajo la presión. Ahora que su verdadero amor había vuelto embarazada, no podían esperar a que abandonara a Renee. Sorprendentemente, Renee fue sincera sobre la situación: "Para ser franca, soy yo la que pide el divorcio todos los días. Lo deseo incluso más que cualquiera de ustedes". Pero ellos ignoraron su comentario como un mísero intento de salvar las apariencias. Hasta que William hizo una declaración: "El divorcio está fuera de discusión. Cualquiera que difunda falsos rumores se enfrentará a consecuencias legales". Renee estaba confundida. ¿Qué planeaba hacer ahora este loco?