/0/6339/coverbig.jpg?v=f58d19c767ceb961c8b74668951813e7)
El mundo mágico existía, desde el creador del viento que soplaba para mover las hojas a capricho propio hasta las estaciones del clima que eran creadas por poderosos espíritus naturales. Estos seres vivían exclusivamente para celebrar y alimentar el don que les había sido otorgado, cada aspecto de la naturaleza era protegido por un espíritu natural. Estos seres habían nacido exclusivamente para celebrar y alimentar el don que les había sido otorgado. En pleno siglo XXI son contados quienes creen en la magia, logrando que las criaturas se volvieran menos poderosas y los hogares de las mismas comenzaran a desmoronarse. Patrick es el primero en querer hacer algo al respecto, pide ayuda a los únicos espíritus capaces de ayudarlo. Jason no parece congeniar muy bien con Patrick, se ve en la obligación de tener que comenzar una épica aventura con él y el resto de los espíritus naturales. En su búsqueda no solo encuentran la magia, también descubren la magia del amor.
El mundo mágico existía, desde el creador del viento que soplaba para mover las hojas a capricho propio hasta las estaciones del clima que eran creadas por poderosos espíritus naturales. Estos seres vivían exclusivamente para celebrar y alimentar el don que les había sido otorgado, cada aspecto de la naturaleza era protegido por un espíritu natural. Estos seres habían nacido exclusivamente para celebrar y alimentar el don que les había sido otorgado.
El mundo estaba en constante declive, los humanos se reproducían con rapidez mientras los recursos se agotaban. Estos seres mágicos estaban siendo afectados, los espíritus tenían que fingir que sus poderes no se debilitaban e inclusive lugares que debían su existencia solo a la magia corrían el peligro de desaparecer.
Patrick era el protector de los árboles, un espíritu natural que intentaba mantenerse alejado de la devastación que provocaban los humanos. Él nunca había intercedido en el ciclo de vida de los mortales, hasta que una serie de incendios forestales a gran escala logró afectar sus poderes.
A medida que pasó el tiempo comenzó a notar los cambios en él, creyó que no era algo para alarmar a nadie por lo que lo ocultó y en su lugar se esforzó por facilitar la reforestación. Patrick había errado, la magia que lo alimentaba no era suficiente, la falta de ella volvía al mundo cada vez más gris.
Al chico castaño le molestaba admitir que necesitaba de alguien más, usualmente podía valerse por sí mismo sin prescindir de nada ni de nadie. Sin embargo, era momento de tragarse el orgullo para pedir ayuda a los cuatro espíritus más poderosos: los creadores y protectores de las estaciones del año.
Mientras volaba las nubes parecían apartarse de él, Patrick presumido como siempre, sonreía con superioridad ante eso; surcaba el cielo empujado por el viento, al igual que una semilla buscando germinar. Evitaba acercarse a las ciudades, no quería ver los grises edificios que pavimentaban el firmamento, temía que el poder de su vuelo disminuyera debido a la falta de vegetación.
Después de mucho tiempo comenzó a divisar el palacio de Nikolai, aceleró el vuelo para que pudiera llegar al hogar del espíritu del otoño en cuestión de minutos. Solo había un pequeño detalle que sabía le dificultaría mucho las cosas: ¿cómo lograría sobrellevar el cambio estacional?
Había estado intentando entrar al palacio de Nikolai por cientos de años, claro, nunca pasó de las murallas de hojas. A Patrick siempre le pareció divertido hacer las estrategias para entrar al palacio de Nikolai, pero la reducción de luz y las bajas temperaturas lograban desequilibrarlo como espíritu de los árboles.
Mientras el joven espíritu pensaba en una nueva táctica de espionaje, Nikolai reducía sus defensas para permitir el ingreso de los creadores de las estaciones. Patrick se detuvo en seco al ver la manera en que las murallas de hojas descendían cayendo hasta desaparecer, era algo que llamaba su atención de manera casi hipnótica.
-Asombroso -dijo en un susurro, embelesado.
Voló un poco más cerca de aquellas murallas, quería tocarlas, estaba convencido de que podría tomarlas antes de desaparecer, pero un empujón lo tiró directo hacia un montículo de nieve. El golpe frío aturdió al castaño, el culpable interrumpió su vuelo por un segundo, sin embargo, no se acercó hacia el pobre tipo que había enterrado por un descuido.
Jason estaba tan ensimismado en romper su propia marca de vuelo que no pudo ver que alguien estaba flotando en medio de la nada, no era común que otros espíritus además de los grandes protectores de las estaciones visitaran a Nikolai.
-Lo siento, amigo -se escuchó la voz alegre de un chico-, pero llevo prisa.
Patrick colocó la mano en su cabeza justo en el lugar donde sentía la pequeña molestia del golpe y se frotó para suavizar el dolor, apenas pudo ver al chico que se había tropezado con él. Siguió con la mirada al espíritu de vestimenta extraña, entró al palacio de Nikolai dejando un camino de escarcha tras él y recordó la existencia de un espíritu capaz de hacer algo como eso.
En el palacio el resto de las estaciones esperaba a que el protector del invierno apareciera, finalmente, Jason llegó al gran salón con una entrada triunfal. Pascual rodó los ojos al verlo, pensó que no era necesario crear una ventisca helada al llegar.
-No llores más, Pascual. Tu querido amigo está aquí -dijo sarcásticamente.
El nombrado solo bufó en respuesta.
-Has llegado, Jason. Te estábamos esperando -saludó Nikolai.
El creador de la primavera parecía impaciente, Pascual evitó hacer una reprimenda por el retraso porque sabía que no tenía caso. Jason en su defensa siempre alegaba que la puntualidad no era algo que lo destacara, el invierno llegaba antes o después.
-Ahora que el cubo de hielo llegó, ¿puedes decirnos qué pasa? -dijo Pascual cruzándose de brazos.
El hombre se acercó al enorme globo terráqueo que mostraba el cambio en la tierra, sus ojos parecían brillar menos al posarse sobre el.
-Madre Naturaleza habló conmigo -les informó.
-¿Qué te dijo? ¿Es sobre el planeta? ¿Algo malo ha vuelto a pasar? ¿Nos acercamos a la extinción? -habló Summer a gran velocidad.
Jason parpadeó un par de veces aturdido por las palabras, preguntándose cómo era posible que estuviera acostumbrado a la velocidad en que hablaba la creadora del verano.
-Me dijo algo que nosotros hemos estado ignorando, o al menos, fingiendo que lo hacemos -dijo el misterioso hombre del otoño.
-¿De qué hablas, Nikolai? -preguntó Jason totalmente confundido.
-La magia se está acabando, nuestro poder no es capaz de interceder sobre lo que están haciendo los humanos -señaló el globo.
Se apreciaba un planeta menos verde, algunas áreas parecían en peligro y otras más desapareciendo. Todos se quedaron impresionados al notarlo, sus rostros se ensombrecían al ver frente a ellos lo que más temían y no querían aceptar.
Jason era el menos sorprendido, lo había asumido y en realidad se había vuelto a acostumbrar; las nevadas duraban menos, el granizo aparecía en ciudades en los que nunca había estado y las temperaturas cambiaban constantemente.
-¿Cómo es posible, Nikolai? Se acerca el invierno, deberíamos estabilizarnos en esa estación -se escuchó a Summer preocupada.
-Debería -dijo Nikolai desanimado.
-No lo entiendo, la primavera pasada los humanos comenzaron a crear huertos urbanos. No entiendo qué es lo que está mal -murmuró Pascual consternado.
-Ellos creen que ayudan, pero el daño que han hecho es irreparable -susurró Jason, con un agrio sentido de la realidad.
-¡Por supuesto que se puede hacer algo! -replicó Pascual.
-No creen en la magia, nuestro poder es tan débil ahora debido a eso. Solo hacen un negocio con nosotros -dijo sin poder evitar sonar cruel-, el invierno es la cúspide del consumismo.
-No, no, no puede ser -comenzó a balbucear-. No me harán lo mismo que a ti, la primavera es algo sagrado para mí.
-¿No crees que es importante para mí? Ahora se trata de comprar obsequios -alzó una ceja-, me sorprende que no mueran de hipotermia solo por espera en la intemperie por las rebajas de fin de año.
-Jason no la pasó muy bien cuando comenzaron a tratar su estación del año como algo falso y comercial -comentó Summer-, creo que lo que más le dolió fue ver que no retrataron su belleza al convertirlo en una festividad liderada por un anciano de traje rojo.
Jason sonrió al recordar el aspecto del hombre que tenía importancia en el invierno, era considerado el espíritu natural más bello, pero nadie podía evitar pensar en Santa Claus al pensar en navidad.
-Claro -dijo Jason aún con su sonrisa-, no me hace mérito.
-Jason y sus problemas de autoestima no me importan, lo que es importante son mis pequeñas obras de arte que los humanos no pueden cuidar -negó Pascual con la cabeza.
-¿Qué dices? Pero hasta han replicado tus flores, es un alivio que los humanos tengan flores de plástico que durarán en este planeta incluso más que ellos -se burló Jason.
-Cállate, cubo de hielo.
Pascual no sonaba molesto, parecía dolido y eso no pasó desapercibido para el creador del invierno. Para un espíritu proteger su don era su vida entera, solo tenían eso como razón de existir y ser protectores de las estaciones servía como incentivo para continuar luchando por lo que creían.
-Pascual, yo...
-Déjenlo -interrumpió Nikolai-, sabemos que es cierto.
Jason miró a Pascual con la suplica brillando en sus ojos, se encogió de hombros en disculpa, él solo volteó la mirada en otra dirección.
-Vamos, quiten esas caras largas -dijo Nikolai entre risas.
Todos observaron extrañados el repentino buen humor del creador del otoño, parecía que había enloquecido.
-Creo que el frío de Jason le ha congelado el cerebro -murmuró Pascual.
-No es así, amigos míos. Madre Naturaleza dijo que nos ayudarían a restaurar la magia y por lo que veo -dijo señalando la puerta-, nuestro invitado especial ha llegado -agregó canturreando.
Todos observaron la puerta, un ayudante de Nikolai había entrado al salón.
-¿Acaso Phil nos será de gran ayuda? -preguntó Pascual con incredulidad.
Nikolai solo sonreía y miraba a su centinela, el cual miraba a todos con la formalidad de un soldado. Jason alzó una ceja, comenzando a creer que solo estaba perdiendo el tiempo.
-Wow, wow, wow, de verdad has enloquecido. Abrígate un poco y háblame por la mañana -dijo mientras se disponía a emprender el vuelo.
Jason no culpaba a Pascual por ser incrédulo respecto a los ayudantes de Nikolai, es decir, son buenos en muchas cosas pero dudaba que ayudaran a restaurar la magia. Y Jason, bueno, digamos que debía llevar el invierno a todo el mundo. La vida era corta y no tenía tiempo para perderlo.
Já, chiste de espíritus naturales.
Summer sostuvo su brazo haciendo que se detuviera, le dedicó una sonrisa que desprendía confianza. Todos observaron al centinela, Phil tiró al piso el saco que llevaba en su espalda y que casi nadie había notado.
-¡Ouch! -se quejó el saco.
Clarisse Hamilton siempre había llevado cómodos grilletes, vivía atrapada en una jaula de oro. Secretamente anhelaba vivir emocionantes aventuras, deseaba ser la protagonista de su propia historia y no solo el complemento del cuento de hadas con final feliz de sus padres. Clarisse no es salvada por un héroe, se convierte en la debilidad de un villano que ha intentado aniquilar a su familia. Debes tener cuidado con lo que deseas, porque en el peor de los casos Morgan podría cumplir tu deseo.
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
Hanna Müller es una atractiva estudiante de medicina, que tiene a su cargo a su hermana de ocho años Mia, tras la muerte de su madre hace ya dos años, ella es su única familia. Para poder mantenerla a ambas, Hanna, de día, estudia medicina, pero por la noche hace de acompañante en una agencia de hombres millonarios. Dentro de sus normas, está no tener sexo con sus clientes, además ella tiene novio. Por otro lado, Roy William Miller, es el CEO, tras su padre, Norman Miller, retirarse el año anterior, lleva la dirección del Grupo Miller, aunque comparte sus acciones con sus hermanos, entre ellas está su melliza Alian. La razón por la que trasladó a la sede central de Miller en Londres es porque quería estar cerca de su hermana, ya que no se fiaba del marido de ella. Una noche descubre a su cuñado con otra mujer, una atractiva y deseable mujer que despierta su interés, al igual que su irá al descubrir que esa preciosidad es una mujer que se vende por dinero. Cosas suceden al mismo tiempo que lo cambia todo. Lo principal Mia, la hermana de Hanna, sufre un accidente, que necesita de una operación y una rehabilitación muy larga. Sólo le queda aceptar la propuesta del maldito CEO de ser su amante por un año, sin ninguna restricción por su parte, excepto la de enamorarse.
La vida era un lecho de rosas para Debra, la hija del Alfa, hasta que tuvo una aventura de una noche con Caleb. Estaba segura de que él era su pareja designada por la Diosa de la Luna. Pero este hombre odioso se negó a aceptarla. Pasaron semanas antes de que Debra descubriera que estaba embarazada. Su embarazo fue una vergüenza para ella y para todos los que amaba. No sólo ella fue expulsada, sino que su padre también fue perseguido por los usurpadores. Afortunadamente, sobrevivió con la ayuda de la misteriosa Manada Espina. Pasaron cinco años y Debra no supo nada de Caleb. Un día sus caminos se volvieron a cruzar. Ambos estaban en la misma misión: llevar a cabo investigaciones secretas en el peligroso pueblo de Roz por la seguridad y la posteridad de sus respectivas manadas. Caleb todavía se mostraba frío con ella. Pero con el paso del tiempo, se enamoró perdidamente de ella. Intentó compensar el abandono de Debra, pero la chica ya no lo quería. Estaba empeñada en ocultarle que tenían una hija y también en hacer una ruptura limpia. ¿Qué les deparaba el futuro a los dos mientras viajaban por el pueblo de Roz? ¿Qué tipo de secretos encontrarían? ¿Caleb se ganaría el corazón de Debra y conocería a su adorable hija? ¡Descúbralo!
La expresión en el rostro de Nancy era difícil de definir, ya que había tomado una decisión que cambiaría su vida: se embarazaría de un hombre que no conocía. Y aunque solo lo hacía para poder pagar la operación que necesitaba su madre, en ningún momento se detuvo a pensar que esto cambiaría por completo lo que le deparaba el futuro. Tras haber pasado cinco años, ella se convirtió en una famosa pediatra, y un día, cuando salió del aeropuerto con grandes metas y sueños, el destino se le presentó en forma de una niña pequeña, cuyo padre no era otro más que el extraño hombre, Charles, quien en el pasado le había ayudado a Nancy a salvar a su madre. Incluso antes de que ella pudiera asimilar la verdad, estaba desconcertada por la inesperada llegada de este hombre con una niña, la cual presuntamente era su hija. ¿Qué haría Nancy? ¿Había más secretos de su pasado esperando a cambiar su vida por completo? Siga leyendo para descubrirlo en ‘Padre Por Sopresa’ con Manobook. Incluso antes de que ella pudiera asimilar la verdad, estaba desconcertada por la inesperada llegada de este hombre con una niña, la cual presuntamente era su hija. ¿Qué haría Nancy? ¿Había más secretos de su pasado esperando a cambiar su vida por completo?
Linsey fue abandonada por su novio, quien huyó con otra mujer el día de su boda. Furiosa, ella agarró a un desconocido al azar y declaró: "¡Casémonos!". Había actuado por impulso, pero luego se dio cuenta de que su nuevo esposo era el famoso inútil Collin. El público se rio de ella, e incluso su fugitivo ex se ofreció a reconciliarse. Pero Linsey se burló de él. "¡Mi esposo y yo estamos muy enamorados!". Aunque todos pensaron que deliraba. Entonces se reveló que Collin era el hombre más rico del mundo. Delante de todos, se arrodilló y levantó un impresionante anillo de diamantes mientras declaraba: "Estoy deseando que sea para siempre, cariño".