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Su apariencia arruinó su boda y sus palabras hicieron que su padre cambiara de opinión. Al final se convirtió en su novio y ella había sido su prisionera. La única razón por la que se casó con ella fue para vengar a su familia. Cuando finalmente supo la verdad, se derrumbó y comenzó a planear su huida. Ella tuvo éxito y desapareció de su mundo. Cuando regresó ocho años después, juró que haría que el hombre pagara por lo que hizo. Esta vez, ella fue la única que controló su destino.
Todo empezó con una boda.
La novia parecía muy infeliz, aunque todos los demás invitados estaban pasándolo en grande.
"¿Tú, Neil, quieres recibir a Bonnie como esposa, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así́ amarla y respetarla todos los días de tu vida?", preguntó el sacerdote con seriedad.
En ese momento, Bonnie Meng apretó el ramo con su mano y, poco después, escuchó la decidida respuesta de Neil Xia:
"Sí, quiero."
'Pero yo no', pensó Bonnie, aunque bajó la cabeza y se guardó sus pensamientos para sí misma.
La boda había llegado más rápido de lo que esperaba, y no pudo hacer nada para detenerla. Realmente fue una boda relámpago. Tres días después de que se comprometieron, ya estaban de camino hacia el altar. Aquel matrimonio entre las familias Xia y Meng, permitiría que los Meng respirasen un poco, mientras se veían envueltos en una situación muy complicada.
"¿Tú, Bonnie, quieres recibir a Neil como esposo, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así́ amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?", continuó el sacerdote, sin darse cuenta de la confusión que reinaba dentro de la cabeza de Bonnie.
Entonces, todos los ojos se volvieron hacia ella, lo que hizo que se sintiera tremendamente incomodada.
"Yo...", balbuceó ella, mientras miraba los suplicantes ojos de su madre y el rostro sudoroso de su padre. Tras un breve instante, suspiró abatida en su interior, y contestó: "Sí, quiero".
Desde su asiento, el jefe de la familia Meng, Talon, dejó escapar un suspiro de alivio. Su familia ahora estaba a salvo. Sobre los bancos de la iglesia, Talon sonrió al señor y a la señora Xia. Su hija finalmente le había sido útil.
Desafortunadamente, cuando uno pensaba que ya estaba a salvo de todo peligro, solían ocurrir cosas malas.
"¡No puedes casarte!", gritó una voz clara y nítida desde las puertas dobles del templo. Todos los presentes se volvieron hacia el intruso. Bonnie, quien ni siquiera había terminado de pronunciar sus votos cuando aquella voz la interrumpió, también lo miró, y sus ojos se encontraron con los de aquel hombre, lo que hizo que sintiera como si se hubiera estrellado contra un iceberg.
Un frío helado se apoderó de ella.
Los ojos del hombre se entrecerraron con perversidad.
"¿Quién eres tú?", gritó Talon Meng, levantándose de su asiento y gritándole al intruso.
Había puesto todas sus esperanzas en la boda, por lo que no podía permitir que nadie destruyera la única tabla de salvación que le quedaba a su familia.
"Sr. Talon, ¿es que no me recuerdas?", preguntó el hombre, al tiempo que comenzaba a caminar lentamente hacia él.
Ataviado con pantalones y zapatos de moda, sus largas zancadas hicieron que acortara rápidamente la distancia que los separaba. Los invitados no pudieron ver su rostro con claridad, ya que estaba a contraluz.
Finalmente, cuando pudieron verlo, el rostro de Talon cambió de inmediato.
No fue debido a que el hombre fuera demasiado feo, todo lo contrario, era demasiado guapo.
Tenía unas cejas poderosas que enmarcaban un par de ojos ligeramente hundidos. Su rostro tenía un cierto un aura occidental. Aquella nariz alta y sus labios delgados ligeramente inclinados hacia arriba lo hacían parecer feroz y burlón todo el tiempo.
En ese instante, Bonnie pensó, por primera vez, que la palabra "rebelde" podía describir perfectamente a aquel hombre. Se veía encantadoramente rebelde.
"¿Atlas Zhuo? ¿Eres tú?", preguntó Talon, quien parecía que al fin lo había reconocido. De pronto, vacilante, dio un paso atrás y se dejó caer en su asiento.
La reacción de su padre confundió a Bonnie. ¿Quién era aquel Atlas Zhuo? ¿Y por qué su padre actuaba como si hubiera visto un fantasma?
"¿Así que todavía recuerdas a mi padre?", comentó el hombre, agachándose al nivel de Talon y suspirando, y luego añadió: "Sr. Talon, también debes recordar que mis padres murieron hace veinte años".
Entonces, le dio unas palmaditas a Talon, lo que hizo que el hombre mayor se sobresaltara, mientras los ojos del intruso brillaban con picardía.
"¿Entonces eres el hijo de Atlas? ¿Gavin Zhuo?", preguntó Talon con voz temblorosa. Mientras trataba de mantener la calma, los músculos de su rostro se torcieron en una fea y fingida sonrisa
Todo aquello parecía muy divertido para Gavin. "Así es", dijo Gavin mientras asentía felizmente.
Entonces, Talon lo miró con asombro. Aquel hombre frente a él era increíblemente intimidante. Cuanto más lo miraba, más se apoderaba el miedo de su corazón.
"¡Oh, eres tú! Ha pasado mucho tiempo...", comentó Talon, riéndose entre dientes, mientras trataba de fingir que estaba familiarizado con el joven. Nervioso, miró hacia el altar para ver cómo estaba la pareja, antes de volver su atención a Gavin y añadir: "Estoy tan feliz de que hayas podido asistir a la boda de Bonnie. No te culparé por llegar tarde".
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