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El miedo es algo que vive y muere con nosotros. He aquí cinco cuentos cortos de horror que exploran el lado mas bajo y oscuro de la humanidad y la psiquis humana. Le doy la bienvenida a todo aquel que quiera explorar estas letras del mas crudo y oscuro arte macabro.
Escribo estas que quizá sean mis últimas letras. Ahora que todo es silencio, ahora que la oscuridad me acecha, ahora que el miedo me abraza y que mi final se aproxima. En esta, mi hora más oscura, escribo mis últimas letras. Él está aquí, no lo veo pero lo puedo sentir. Su oscura aura me rodea, su nefasta energía me asfixia. Ha venido a por mí, ha venido a reclamar lo que es suyo. Nada lo detendrá, nada en este mundo es lo suficientemente fuerte para enfrentársele, ya nada puede salvarme.
Las lágrimas inundan mis ojos, son lágrimas de tristeza, por lo que dejo atrás, mi familia, mi amado hijo; también son lágrimas de resignación y de impotencia. Mi destino está claro, ya nada lo puede detener. Él está aquí mismo, está al otro lado de la puerta, su hedor apesta.
Escribo estas mis últimas letras como advertencia para todos ustedes. Hay cosas que no podemos ver pero que están allí, ojos malvados que nos asechan desde la oscuridad, oscuras voluntades que nos odian, espíritus malignos que nos manipulan. ¡Cuidado! Ellos están esperando que nosotros le abramos una puerta, puerta que después de abierta nada la cerrará y será nuestra perdición. Les digo a todos ustedes: El infierno es real, lo he visto. He visto a las almas ser castigadas por demonios horrorosos y ser carcomidas por el fuego mientras que con gritos desesperantes piden piedad y clemencia. Aquel horrible sitio es mi destino, ya nada puede salvarme. Él está aquí, ha venido por mí, ha venido a reclamar lo que es suyo, mi alma.
Ahora les cuento algo sobre mí. El dinero siempre fue un problema en mi familia, durante mi infancia pasé muchas necesidades. Si desayunábamos no había para el almuerzo y si almorzábamos no había para la cena. Mi padre era un humilde albañil, ayudante de obra, por lo cual ganaba muy poco dinero. Siempre lo recuerdo como un hombre violento, misógino y alcohólico. Mi madre era ama de casa, una mujer callada y muy devota. Siempre desde pequeño me llevó junto a mis dos hermanas a la iglesia, según ella le debíamos dar gracias a su Dios por todo lo que nos daba. Siempre me pregunté ¿Por qué mi madre era tan devota y por qué seguía teniendo tanta fe a pesar de la vida que le daba mi padre? El cual, en sus frecuentes borracheras muchas veces llegaba a casa y la emprendía contra mi madre. Yo, junto a mis dos pequeñas hermanas me refugiaba en un viejo armario esperando a que la golpiza acabara y que ese monstruo al que yo llamaba papá se durmiera. Cuando ya el alboroto acababa, salía de aquel viejo armario junto con mis dos pequeñas hermanas y veía como mi madre, con la cara aun ensangrentada le prendía veladoras a una imagen religiosa, se arrodillaba y oraba. Después, al otro día, mi madre aun con las marcas de la golpiza se levantaba temprano y le preparaba el desayuno a mi padre, como si nada hubiera pasado. Aquella actitud de mi madre nunca la entendí. Nunca entendí porque a pesar de la vida tan espantosa y miserable que nos daba mi padre, ella seguía creyendo en un Dios que según ella nos amaba a todos por igual. A medida que fui creciendo mi desamor hacia mi padre y hacia la religión creció a la par conmigo. Sin saber cómo, en mi interior se desarrolló un resentimiento por las cosas religiosas. Si bien seguía yendo a la iglesia acompañando a mi madre y a mis dos hermanas, lo hacía para darle gusto a ella y nada más, en realidad no creía en la existencia de un Dios y si existía creía que aquel ser supremos nos odiaba, a mi madre, a mis hermanas y por supuesto a mí.
Ahora que mi final se aproxima me pregunto ¿Cómo pude ser tan estúpido? La respuesta es fácil, era un chico incrédulo y ambicioso.
Todo comenzó hace exactamente siete años. Yo era un joven de 17 años, apenas había salido del colegio. Mi familia como lo dije antes era muy humilde así que mi padre no contaba con el dinero suficiente para enviarme a la universidad. Por esos días Salí a la calle para buscar un empleo, mi meta era que con el poco dinero que me pagaran, por fin salir de aquel infierno llamado hogar. Pero todos los esfuerzos que hice para conseguir un trabajo fueron un fracaso. En ningún sitio se arriesgaban a darle empleo a un joven sin experiencia como yo. Así que la única opción que me quedaba era aceptar la oferta que me hizo mi padre. Días atrás, aquel monstruo me había dicho que fuera a trabajar a las obras con él, que su jefe estaba necesitando gente para trabajar como albañiles, también me dijo que no iba a tolerar y a mantener a vagos en su casa, que todo era simple y se resumía en una sola cosa, o trabajaba con él o me iba de su casa. La sola idea de trabajar con él me producía un escalofrío en todo el cuerpo, pero dada la situación y al ver que había fracasado en mi intento de conseguir empleo, la idea estaba rondando mi mente y pese a no querer hacerlo, tarde que temprano tendría que aceptar la oferta de mi padre.
Uno de aquellos días, estando en la casa, mi madre me pidió que la acompañara a la casa del abuelo. A pesar que la idea de visitar a aquel hombre no era muy alentadora, accedí a acompañarla. Así que junto a mi madre y también mis dos hermanas partimos a visitar a ese hombre que se decía llamar mi abuelo. El padre de mi madre, después de la muerte de la abuela había dejado su casa de la ciudad y se había trasteado a una pequeña casa finca en las afueras de la misma. Desde que era pequeño, nunca me gustó visitar al abuelo. Siempre me pareció un hombre raro y extraño, no sé por qué pero siempre me inspiró desconfianza. El abuelo era un hombre mayor, con algunas canas en su pelo y que se le notaba la edad por supuesto pero siempre estaba bien vestido y era muy pulcro. La curiosidad era que siempre vestía de negro, aquello era muy raro pues jamás recuerdo a ese hombre vestido de un color diferente al negro. Este hombre nunca estuvo involucrado en la vida de mi familia. Jamás estuvo presente en cumpleaños, primeras comuniones y tampoco en mi graduación, de hecho nunca recuerdo que nos visitara en nuestra casa, las pocas veces que lo veía era porque mi madre nos llevaba a su casa a verlo. Cuando llegábamos a su casa siempre lo encontrábamos de la misma manera, sentado en la sala leyendo un libro. Era un hombre frio y lo reflejaba tanto en su saludo como en su forma de mirarnos. Aquella mirada siempre me produjo algún tipo de miedo pues cada vez que me miraba con esos grandes y escrutadores ojos negros, a través de mi cuerpo se reproducían escalofríos que no podía controlar ni tampoco explicar. Esta casa en donde vivía mi abuelo era una casa sencilla, pero siempre limpia y bien arreglada. Era pequeña, contaba con una sala que estaba decorada con muebles viejos y antiguas lámparas, de las paredes colgaban extrañas pinturas, lo que me parecía raro era que en aquella casa no hubiera ninguna imagen religiosa, dado que mi madre era tan creyente supuse que el abuelo lo fuera también. En aquella casa había una sola habitación, la cocina el baño y por supuesto la biblioteca que valga decir era el único sitio de la casa finca que era vedado para todos. Aquella habitación donde se encontraba la biblioteca se encontraba cerrada con llave y el único que podía entrar era el propio abuelo, jamás nos permitió entrar a su biblioteca. Una vez aun pequeño le pregunté porque no podía entrar a su biblioteca y el me respondió de forma parca como siempre, que allí en esa habitación se encontraba su mayor tesoro. Si bien no entendí a lo que se refería, jamás volví a tocar el tema, aunque siempre me produjo curiosidad entrar a esa habitación.
Aquella tarde como siempre encontramos al viejo sentado en su sala leyendo uno de sus libros, como era usual estaba vestido con un pantalón negro bien planchado, sus zapatos también eran negros por supuesto, bien embetunados y tenía un suéter del mismo color del pantalón, negro. Aquella tarde mi madre insistió en prepararle algo al abuelo en su cocina, a lo que el viejo después de mucho insistirle accedió no sin antes advertirle a mi madre que no habían muchos alimentos disponibles en la casa, mi madre finalmente convenció al abuelo a salir a comprar lo que faltaba para preparar la cena. Así de este modo el abuelo y mi madre salieron dejándonos solos en la casa a mis dos hermanas y a mí.
En aquella casa no había mucho que hacer así que me senté en el sofá de la sala a ver televisión junto a mis dos hermanas, pero por alguna extraña razón que aún no puedo explicar no podía dejar de dirigir la mirada hacia la puerta de la biblioteca del abuelo. Un magnetismo extraño hacia que cada cinco segundos mi mirada se dirigiese hacia la puerta de aquella habitación que hacía las veces de biblioteca. Estando sentado en ese sillón viendo la televisión una lucha interior surgió en mí. Una oleada de curiosidad me invadió, fue como si alguien o algo me hablara al oído diciéndome que me parara de aquel sillón y fuera a aquella biblioteca, aquella sensación de ansiedad aun en estos días no la puedo explicar. Por otro lado algo en mi interior me prevenía diciéndome que me quedara sentado, que si mi abuelo no me dejaba entrar a su biblioteca era por algo. Después de mucho pensarlo decidí que lo más correcto era seguir sentado en aquel viejo sillón viendo la tele en aquel televisor también viejo. Pasaron alrededor de quince minutos cuando lo juro por mi vida que escuché clarito que alguien llamaba a mi nombre en un susurro <
Segunda entrega de la saga de fantasía épica, tierra de leyendas. En este mundo cruel y oscuro, nuestros héroes continúan su camino a través de muchas dificultades. Una aventura en donde los héroes no son siempre tan buenos y los villanos tienen su lado bueno y bondadoso. Al final comenzaremos a darnos cuenta, que como en la vida real, el bien no siempre triunfa y el mal tiene muchas caras y se manifiesta de muchas maneras.
La época en la que se desarrolla esta historia es un periodo oscuro y cruel, los reyes y nobles no son grandes guerreros llenos de bondad sino que se acercan más a lo que conocemos como tiranos, hacen guerras para ocupar territorios y por intereses económicos, no para liberar a los pueblos. Esta saga se basa en la eterna lucha entre el bien y el mal, en donde el bien es sinónimo de luz, de la bondad y de belleza. Los héroes que defienden el bien portan armaduras de metales nobles, casi siempre son altruistas, siempre se esfuerzan por enfrentarse al mal, a la oscuridad, a seres repugnantes, marchitos y corruptos que sirven a un señor oscuro con un nombre prohibido de pronunciar. El único fin de los malos es destruir y corromper el mundo tal y como se conoce porque sí. Cabe aclarar que esta no es una historia de fantasía, es mas bien un relato de hechos que ocurren en una dimensión paralela.
Durante tres años, Shane e Yvonne estuvieron casados, compartiendo noches acaloradas, mientras él aún estaba enamorado de su primer amor. Yvonne se esforzaba por ser una esposa obediente, pero su matrimonio se sentía vacío, construido sobre el deseo más que sobre el verdadero afecto. Todo cambió cuando se quedó embarazada, sólo para que Shane la empujara a la mesa de operaciones, advirtiéndole: "¡O sobrevives tú o el bebé!". Destrozada por su crueldad, Yvonne desapareció apesadumbrada y más tarde regresó, radiante de plenitud, dejando a todos boquiabiertos. Atormentado por los remordimientos, Shane le suplicó otra oportunidad, pero Yvonne sólo sonrió y respondió: "Lo siento, los hombres ya no me interesan".
Elena, antes una heredera mimada, lo perdió todo de repente cuando la verdadera hija le tendió una trampa; su prometido la ridiculizó y sus padres adoptivos la echaron. Todos querían verla caer, pero ella desveló su verdadera identidad: heredera de una inmensa fortuna, famosa hacker, top diseñadora de joyas, autora secreta y doctora talentosa. Horrorizados por su glorioso regreso, sus padres adoptivos le exigieron la mitad de su nueva fortuna. Elena denunció su crueldad y se negó. Su ex le suplicó una segunda oportunidad, pero ella se burló: "¿Crees que te lo mereces?". Entonces, un poderoso magnate le propuso amablemente: "¿Puedes casarte conmigo?".
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.
Hace tres años, la familia Moore se opuso a la decisión de Charles Moore de casarse con su amada mujer y seleccionó a Scarlett Evans como su novia. Pero Charles no la amaba. De hecho, la odiaba. Poco después de la boda, Scarlett recibió una oferta de la universidad de sus sueños y se lanzó sobre ella. Tres años más tarde, la amada mujer de Charles cayó terriblemente enferma. Para cumplir su último deseo, él llamó a Scarlett y le presentó un acuerdo de divorcio. La joven estaba profundamente herida por la abrupta decisión de su esposo, pero ella decidió dejarlo libre y aceptó firmar los papeles. Sin embargo, Charles pareció retrasar el proceso deliberadamente, dejando a Scarlett confundida y frustrada. Ahora, Scarlett estaba atrapada en las consecuencias de la indecisión de Charles. ¿Sería capaz de liberarse de él? ¿Charles eventualmente entraría en razón y enfrentaría sus verdaderos sentimientos?
Durante diez años, Daniela colmó a su exesposo de un amor inquebrantable, solo para descubrir que no era más que un chiste para él. Humillada, pero decidida, se divorció de él. Tres meses después, Daniela regresó a lo grande. Ahora era la CEO oculta de una marca líder, una diseñadora codiciada y una rica magnate de la minería, y su éxito se reveló en su triunfal regreso. Toda la familia de su exesposo se abalanzó sobre ella, desesperada por implorar su perdón y suplicar otra oportunidad. Sin embargo, Daniela, ahora querida por el famoso Sr. Phillips, los miraba con gélido desdén y dijo: "Estoy fuera de su alcance".
Paola Fischer vive un matrimonio aparentemente feliz hasta el día en que, al regresar a casa, encuentra a su esposo, Lucas Hotman, en la cama con su secretaria, Rose Evans. La traición la deja destrozada, y, sin saber cómo enfrentar el dolor, se marcha de su hogar. Esa noche, en un bar, conoce a un enigmático desconocido que le ofrece una compañía inesperada. Buscando escapar de su desilusión, Paola se entrega a una noche de pasión con él, dejando que el dolor de su traición se diluya en la intimidad. Al día siguiente, trata de seguir adelante, pero pronto se enfrenta a una sorpresa que cambia el curso de su vida: está embarazada, y el padre no es Lucas, sino aquel hombre al que apenas conoció.