/0/5069/coverbig.jpg?v=b76e80e4d2022f74a2a0b3528cf0ab05)
Yanet es una adolescente que está por empezar la preparatoria en donde se reencuentra con los mellizos con los que solía jugar cuando era una niña, pero las cosas ya no son como solía ser cuando eran niños. Los sentimientos pueden florecer en esta nueva etapa en donde tendrá que decidir entre su fiel compañero y amigo Alex o con el inesperado cambio del odioso mellizo Auguste al cual no podía ver ni en pintura.
Yanet
Lo conozco desde que tengo tres años, a él y a su hermano mellizo, hemos sido amigos desde la primera vez que lo vi en uno de esos eventos aburridos que hacían en la empresa en donde trabajaban mis padres y los suyos. Nuestros padres son buenos amigos y eran bueno colegas de trabajo, por ende creyeron que nosotros también lo seriamos y así fue, bueno eso creo...
Fuimos juntos al preescolar, yo siempre le daba lo que no me gustaba de mi lonche a Alexander quien no tenía ningún problema con eso, creo que esa es la razón por la que nos llevamos tan bien. porque él siempre cede primero y aguanta mis locuras. Muchas veces me burlaba de él, lo movía a él cuando tomaba agua, le escondía su mochila y me quedaba con sus lapiceras y aunque a veces se quejaba nunca se fue de mi lado, hasta ahora seguimos siendo mejores amigos Alexander y yo, aunque ya no es el pequeño Alex del preescolar. Ahora es mucho más alto que yo, pero estoy feliz de tener una cara conocida en mi primer año de preparatoria, bueno dos si es que se puede contar a Auguste...
- ¡Yanet! Vas a llegar tarde a tu primer día cariño, baja ahora -me grita mi mamá desde la cocina.
-¡Ya voy mamá! -grito desde mi cuarto mientras me doy un último vistazo en el espejo.
Bajo corriendo las escaleras para desayunar tostadas con huevos revueltos y jugo de naranja junto a mis hermanos.
-Despacio Yanet, te puedes ahogar -me regaña mi mamá.
-Lo siento mamá, es la presión del primer día de clases -respondo antes de beber mi jugo de naranja.
-Está emocionada de ver a su novio -dice mi hermano menor.
-Le da un codazo -no es mi novio idiota, es mi pase para sacar buenas calificaciones -le respondo molesta.
-Yanet no le pegues a tu hermano -me regaña una vez más mi mamá.
-Lo siento, bueno ya me voy. Se me hace tarde -digo mientras me levanto de la mesa para agarrar mi mochila.
-Con cuidado -me dice mi mamá.
Salgo de la casa y me dirijo hacia la parada del camión, hace un mes estuve recorriendo el mismo recorrido que hace el camión en el carro con mi mamá para que no me fuera a perder. Desafortunadamente mi destino quedaba a una hora de distancia si no había tráfico, lo que significaba levantarme demasiado temprano para poder llegar puntual.
Llega un mensaje*
-Despierta o llegarás tarde Yan.
Era un mensaje de Alex, afortunadamente a él le queda la preparatoria a solo 15 minutos, lo que significa que apenas se acaba de levantar, que envidia.
-Ya estoy en el camión, mejor báñate de una vez, no quiero que huela feo el salón -le respondo con un emoticón sacando la lengua.
-Ja, ja, ja, muy graciosa Yan. No llegues tarde -me responde Alex.
Después de un largo recorrido pude llegar barrida de tiempo lista para la ceremonia de apertura al nuevo semestre, que en este caso es mi primer semestre. Me pare de puntitas en la puerta del auditorio para poder visualizar a la jirafa de Alex que ya estaba en la fila de nuestro grupo.
-Se aproxima entre la multitud -buen trabajo en guardarme un lugar -le digo a Alex mientras me pongo a su lado.
-En primera fila para que no te pierdas el largo discurso de nuestro director -me dice Alex en voz baja.
-Mientras perdamos las primeras horas de química todo está perfecto -le respondo en voz baja.
-No te salvarás de álgebra Yan y no creas que te pasaré los ejercicios -me dice Alex en voz baja.
-¿Ah, sí? Y si te dijera que planeaba invitarte a comer enchiladas suizas en mi casa -le digo a Alex en voz baja.
-De acuerdo, tú ganas -me responde Alex con tono de derrota.
Después de una hora y media de un discurso largo y aburrido de nuestro director, por fin pudimos llegar a nuestra aula en donde tendríamos clases este semestre. El aula se encontraba en el edificio del fondo junto a los de tercer semestre, pero en nuestro caso era en la planta baja. Como era usual Alex y yo nos sentamos juntos.
-Pido el lado de la ventana -digo mientras me escabullo entre la fila para colocar mi mochila primero en el mesabanco del lado de la ventana.
-Siempre escoges la fila del lado de la ventana -me dice Alex mientras sonríe.
-Me gusta saber lo que sucede afuera, si alguien decide pelearse quisiera ser la primera en verlo -le digo a Alex mientras balanceo mis piernas que no alcanzan a tocar el piso desde el mesabanco.
-Yan, la cancha de futbol esta a lado, si alguien tira la pelota serías la única a la que le golpearía el balón -me explica Alex con una sonrisa burlona.
-No pensé en eso, mejor cambiemos de lugar -le digo a Alex mientras le levanto de mi asiento.
-Ya es demasiado tarde Yan -me dice Alex con una sonrisa burlona.
-Ni creas que olvidaré esto Alexander Zas -le respondo mientras hago un puchero.
-Te quedarás así, si sigues haciendo esas caras infantiles Yan ja, ja, ja -me dice Alex en tono burlón.
La clase pasó demasiado lento, aunque en el primer día de clases no se hiciera mucho más que presentarse ante la clase y elegir una actividad extracurricular, el reloj parecía avanzar demasiado lento hasta la hora de la salida. No podía esperar para poder escuchar el glorioso sonido de la campana que indicaba el fin del turno matutino.
-Por fin, hora de ir a comer delicioso en tu casa -me dice Alex emocionado mientras sale del salón.
-En marcha -digo mientras camino hacia la salida.
-Espera, debemos esperar a mi hermano. Está en la clase de a lado, saldrá en cualquier momento -me dice Alex mientras espera pacientemente.
-Se nos va a pasar el camión y esos tardan media hora -le digo a Alex mientras hago berrinche.
-Por eso debemos esperarlo, de seguro se pierde. No hemos ido a tu casa desde que vivías cerca de la playa, ahora no paras de mudarte de casa a cada rato -me dice Alex mientras se sienta en la jardinera para esperar.
-No es porque yo quiera... -balbuceo.
-¿Que dijiste? -me pregunta Alex confundido.
-Nada, esto te costará un agua de sandía por la espera -le digo a Alex cambiando mi expresión rápidamente.
-De acuerdo, ya vuelvo. No te vayas sin Auguste -me dice Alex mientras sale corriendo por mi agua de sandía.
Mientras esperaba sentada en la jardinera y observaba como todos mis compañeros salían del salón dirigiéndose a la salida o a las canchas un chico de cabello oscuro, alto y con una sonrisa encantadora se me acerco.
-Disculpa la tardanza, el profesor no dejaba de hablar -me dice el chico avergonzado.
-¿Me hablas a mí? -le pregunto confundida al chico.
-Oh, ya saliste. Yanet y yo te estábamos esperando Auguste -dice Alex mientras me da mi bebida.
-Auguste... ¿Eres tú? -pregunto confundida mientras lo observo de nuevo.
-En serio, ¿cambié tanto? -me pregunta Auguste avergonzado.
-Pues yo te veo igual hermano -le dice Alex a Auguste.
-Solo un poco... -respondo avergonzada.
-Bueno, vámonos. Ya tengo mucha hambre y la mamá de Yanet cocina espectacular -dice Alex mientras nos abraza a Auguste y a mí.
-De acuerdo -respondemos Auguste y yo al mismo tiempo.
Nos fuimos caminando juntos mientras no dejaba de pensar en como el enano que conocí en la primaria es el mismo chico lindo que estoy viendo ahora mismo y con el que estoy caminando, pero de alguna u otra forma tenía que romper el hielo antes de que Alex saliera con alguna ocurrencia.
-Oye... Auguste ¿Por qué estas en otra clase? Ustedes siempre estaban en la misma -pregunto tratando de romper el silencio incómodo.
-Yo quería entrar a otra especialidad, por eso estoy en otra clase -me responde Auguste igual de incómodo que yo.
-Lo que pasa es que Yan no puede vivir sin mí -me dice Alex mientras recarga su brazo en mi hombro.
-No digas tonterías. Estuve perfectamente en la secundaria cuando deje de verlos -le respondo haciéndome la digna.
-¡Oye Yan no vayas tan rápido! -me grita Alex mientras se queda atrás.
Llegue hasta la parada primero, después llego Auguste y al final llego Alex. Nos quedamos los tres esperando, ni el sonido de los autos pasando podía apaciguar el silencio incómodo que nos rodeaba.
-Oigan deberíamos hacer un grupo de estudio, aún compartimos algunas materias como álgebra y a Yan le vendría bien estudiar -dice Alex mientras me fulmina con la mirada.
-Ya te dije que aprendieras las señas para que puedas pasarme el examen -le digo a Alex molesta.
-Tardaremos más en aprendernos esas señas que en estudiar de verdad Yan -me responde Alex mientras se cruza de brazos.
-De acuerdo -digo mientras hago un puchero.
-Cuenten conmigo también -responde Auguste.
No tardó mucho en pasar nuestro transporte, la verdad tuvimos bastante suerte de que viniera vacío, de no ser así tendríamos que esperar otra media hora hasta que llegara el siguiente. Rápidamente escogí un asiento de atrás, mientras que Alex... actuaba como Alex.
-¿Qué estás haciendo Alex? Ven aquí antes de que vaya más rápido -le digo a Alex mientras lo espero.
-¿Cómo puedes caminar en un transporte en movimiento? -dice Alex mientras se agarra del tubo tratando de no perder el equilibrio.
-No me digas que jamás te has subido al transporte público -le digo mientras suelto una risita.
-¡Cállate! ¿Por qué no tomamos un Uber? -dice Alex avergonzado mientras logra llegar hasta el último asiento.
-Ja, ja, ja, el transporte público no esta tan mal. Además el trayecto es muy lejos y estoy ahorrando para un vestido que quiero comprar -le digo a Alex en tono burlón.
-Disculpa a mi hermano, a veces puede ser algo exagerado -me dice Auguste desde el siguiente asiento.
-Ni que lo digas ja, ja, ja -respondo con una carcajada.
El viaje no fue tan tenso como esperaba, aunque en algún punto el transporte se llenó y fue bastante divertido ver a Alex tratando no pegarse junto a la gente, por el contrario Auguste estaba tan tranquilo como si ya estuviera acostumbrado. Finalmente llegamos a nuestra parada.
-Alex ven, te voy a tener que agarrar de la mano porque de seguro tampoco sabes cruzar la calle ja, ja, ja -le digo a Alex en tono burlón.
-No soy tan inútil -me dice Alex haciendo un puchero.
Cruzamos la calle hasta llegar a la subida que daba hasta mi casa, aunque Auguste y yo íbamos hasta enfrente, el pobre Alex no podía más con su condición física.
-¡Oye Alex, si no te das prisa me comeré todas las enchiladas! -le grito a Alex desde la entrada de mi casa.
-¡Sobre mi cadáver Yanet Gil Clarke! -dice Alex mientras corre a toda velocidad.
-Realmente funciono -me dice Auguste sorprendido.
-Es su tauro interior ja, ja, ja, siempre funciona -le digo a Auguste antes de entrar.
-¡Ya llegamos mamá! -le aviso a mi mamá mientras entro a la sala.
-Si cariño, ayúdame a acomodar la mesa -me dice mi mamá desde la cocina.
-¡Voy mamá! -digo mientras dejo mi mochila en el mueble.
-Pueden dejar sus mochilas ahí también -le señalo el mueble antes e ir a la cocina con mi mamá.
Empecé a sacar los cubiertos y servilletas para colocarlos sobre la mesa, mientras mis hermanos bajaban para acompañarnos.
-¡Es Alex! -dice mi hermano menor mientras baja emocionado.
-Hola, Liam. Yo también te extrañé campeón -le dice Alex.
-Quédate a jugar conmigo, ya mejoré en el Smash -le dice Liam a Alex.
-Ya veremos -le responde Alex.
-Hola, Auguste, ¿también jugarás? Aunque te advierto que mi hermano es mejor que ustedes -pregunta Liam.
No podía creer que hasta el bobo de Liam reconociera a Auguste, o sea él ni siquiera sabe diferenciar el cilantro del perejil. Creo que debería considerar la idea de usar lentes.
-Hola, chicos, ya pueden tomar asiento, pero primero lávense las manos -dice mi mamá mientras sirve los platos en la mesa.
Se sentaron todos en la mesa, mientras le ayudaba a mi mamá a servir los platos, en eso llego mi hermano mayor Uriel que tomo el lugar de la orilla, lo cual significaba que me tocaba sentarme en el asiento de en medio entre Alex y Auguste.
-Me alegra mucho que haya venido, sé que tienen muchas tareas, pero tengo mucho que no los veo -dice mi mamá mientras toma asiento.
-Encantado de venir señora Clarke, siempre cocina delicioso -dice Alex entusiasmado.
-Mamá apenas fue el primer día -digo antes de llevarme un bocado a la boca.
-Bueno, pero dime Eleonor Alex, ya nos conocemos desde hace mucho -dice mi mamá soltando una risita.
-Tú debes ser Auguste, la verdad casi no te reconozco. Pueden venir cuando quieran -agrega mi mamá antes de beber el agua de sabor que preparo.
-Muchas gracias, señora Eleonor -responde Auguste.
-¿Y cómo estuvo su primer día de clases? -pregunta mi madre.
-Estupendo, me acabo de unir al curricular de tiro con arco -responde Alex emocionado.
-Yo entre al de futbol americano -dice Auguste.
-¡¿Qué?! Se supone que entrarías a natación conmigo. Ahora voy a estar sola -le digo molesta a Alex.
-Cariño, pero si tú estuviste en Flag, a lo mejor puedes entrenar con Auguste -dice mi madre mientras me guiña el ojo.
-Eso fue hace mucho tiempo mamá -contesto de mala manera.
La comida siguió bien, aunque hubo muchas preguntas por parte de mi mamá la verdad me alegro bastante de haber vuelto a ver a mi mejor amigo. Además de que ahora estaríamos conviviendo más a menudo en la preparatoria junto a Auguste...
Una serie de desapariciones han conmocionado a la población londinense, ya que dichas desapariciones ocurrieron con personas que no parecen tener nada en común a simple vista, lo único similar en estos casos es que la última vez que los vieron fue cerca de una cabina telefónica de las cuales la ciudad de Londres se encuentra repleta, sin rastro o pista alguna de en donde se puedan encontrar a las personas desaparecidas o a sus cadáveres.
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
Mateo Lester, un magnate de 47 años, es un hombre implacable en los negocios y exigente en su entorno. Durante un viaje a Brasil, vive un efímero romance con una mujer. Josabet, una joven aeromoza de 30 años. se traslada a Nueva York al ser contratada por una empresa para un puesto en las aerolíneas de la empresa Lester. Cuando Josabet es presentada ante Mateo como la nueva aeromoza de su jet privado. Ambos se reconocen de inmediato, pero Josabet fingir no hacerlo y todo por un secreto que oculta. Todo cambia en la celebración del aniversario de la empresa, donde Josabet decide llevar a su hijo, dispuesta a enfrentar las consecuencias. La abuela de Mateo, al verlo, queda impactada por su increíble parecido con los difuntos padres de Mateo. La duda queda sembrada y, a partir de ese momento, Mateo comienza a investigar el pasado de Josabet, descubriendo secretos que podrían cambiar su vida para siempre. Sin embargo, una amenaza inesperada surge cuando Natalie, la exnovia de Mateo, una mujer manipuladora y obsesionada con él, descubre la existencia de josabet y su hijo. Consumida por los celos, decide hacerles la vida imposible, dispuesta a cualquier cosa para sacarlos de su camino.
Ellos no saben que soy una chica. Todos me miran como si fuera un hombre, un príncipe. Su especie compra humanos para satisfacer sus lujuriosos deseos. Y cuando ellos llegaron a nuestro reino para llevar a mi hermana, intervine para protegerla. Fue así como ellos también terminaron comprándome. El plan era escapar, pero mi hermana y yo nunca tuvimos una oportunidad. ¿Cómo iba a saber que nuestra prisión sería el lugar más fortificado de su reino? Se suponía que debía quedarme en el anonimato, pues no tenían un uso para mí. Solo era alguien a quien nunca debían comprar. Pero entonces, el hombre más poderoso de la salvaje tierra, su despiadado rey bestia, se interesó por ese "principito bonito". ¿Cómo podremos sobrevivir en este reino brutal, donde todos odian a los de nuestra especie y no tienen piedad de nosotros? ¿Y cómo puede alguien, con un secreto como el mío, convertirse en una esclava sexual? Nota del autor: es una novela de romance oscuro, apta solo para mayores de edad. Espera varios temas sensibles, como la violencia. Si eres un lector experimentado de este género, buscas algo diferente y estás preparado para entrar sin saber qué es lo que te espera, ¡entonces sumérgete en esta aventura! . De la autora del bestseller internacional "La Esclava Más Odiada Del Rey"
Carolina Navarro fue obligada por su padre a casarse con un hombre desfigurado para salvar a su familia de la ruina. Maximo Castillo tenía todo lo que cualquiera deseaba, hasta que un accidente aéreo destruyó su cuerpo, su alma y su relación, haciendo su vida desesperada. Sin embargo, independientemente de eso, todavía necesitaba una esposa y un heredero. ¿Podría funcionar un matrimonio entre estas dos personas? ¿Sería solo un matrimonio de conveniencia o crecería el amor entre dos almas heridas?
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?
La historia sigue a Maya Stone, una chica de 19 años, cuya vida tranquila en el hotel de sus padres da un giro inesperado cuando su amiga la involucra en un plan para confesarle sus sentimientos a Ares Bailey, un CEO importante, el cual se hospeda en ese hotel. Aunque Maya inicialmente se muestra escéptica, ya que Ares es un hombre mucho mayor a ellas, siendo una chica que jamás a experimentado los deseos carnales y mucho menos el amor, de pronto todo eso surge cuando ambos se conocen. Ares cae ante la belleza de Maya y aunque sabe que su diferencia de edades podría ser un gran problema, está dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario para estar con ella y sumergirla al mundo de la Dominación. A medida que su relación se intensifica, ambos se dan cuenta de que están destinados a pesar de los obstáculos que enfrentan.