/0/4723/coverbig.jpg?v=8180d235daa57c3d1415c5174e04fac0)
Nadie puede advertir o preparar a su corazón sobre la llegada del amor, ni sobre los placeres ni los riesgos que esto puede implicar. Esto lo aprenderá la joven Amanecer Villarreal de una complicada y enredada manera, en medio de la inminente llegada de la revolución mexicana. Tratando de ocultarse, y utilizando varias identidades, la joven conocerá a un intrépido bandido que a pesar de su mala reputación, posee buenos sentimientos; y que al igual que ella ha sido víctima de su destino. Entonces la mujer conocerá lo dulce del amor así como lo amargo de la desilusión y la traición. Ella deberá confiar a ojos cerrados en el bandolero, ignorando que no solo su integridad pueda estar en riesgo, sino sus más profundos sentimientos. Ambos se verán enfrentados en una extraña encrucijada: a veces al pelear por un corazón, se puede terminar matando al amor. Así que sólo quien pueda ser honesto con el otro podrá entender que no es lo mismo amar que se amado.
POLVO DE EL DORADO
Amar o ser amado
Alberto Waldemar
DISEÑO DE PORTADA: Matisse Studio https://pixabay.com/es/
D.R. POLVO DE EL DORADO
Todos los derechos reservados. © 2019 Alberto Waldemar
Contacto:
@all_waldemar/twitter albertowaldemar/facebook.com albertowaldemar.blogspot.com @alberto_waldemar/instagram
El copyright es propiedad exclusiva del autor y por lo tanto no se permite su reproducción, copiado ni distribución ya sea con fines comerciales o sin ánimos de lucro.
Capítulo 1
Corría el año de 1911, era verano y hacía un calor infernal por todo el norte de la República Mexicana. Habían dado las diez de la noche y en el viejo pueblo de Magueyales ubicado al norte de Durango, todo lucía tranquilo y en paz; a excepción de la maltrecha cantina del centro del pueblo. Desde la calle se podía escuchar las risas y la algarabía de los hombres que allí se encontraban bebiendo. Don Cesáreo Ruiz dueño del negocio, servía tragos a sus clientes; mientras su hermosa, joven y recatada mesera Agustina -de acento español-, atendía las mesas. Las ganancias del viejo eran considerables, a pesar de su mala fama de rebajar los tragos con agua; mientras a la mesera le pagaba unos cuantos pesos. Ella por su parte, aunque le repugnaba el lidiar con borrachos, sabía que no podía abandonar su empleo pues necesitaba las monedas para sobrevivir.
Estando todo el mundo bebiendo, riendo y cantando corridos; hizo su aparición en la puerta de la cantina un extraño fuereño. El hombre vestido de negro, entró al negocio mirando todo con cierto grado de desconfianza, y recorriendo el lugar de lado a lado con su mirada. Luego de escupir la espiga de trigo que traía entre los dientes, se acomodó el sombrero y se dirigió a la barra. Se sintió un poco más relajado ya que al parecer, nadie lo había reconocido. Entonces pidió un trago, mientras veía a un grupo de hombres jugar al cubilete con algunos dados.
En el momento en que el forastero daba un sorbo a su bebida, un alcoholizado hombre quiso aprovecharse de la joven mesera, tomándola por la cintura.
-Te he estado echando el ojo desde que llegué lindura...Me gustan tus modos palabra ¿Qué hace una hermosa españolita como tú sirviendo tragos en un lugar como este?
- ¡Suélteme!
- ¡No te pongas rejega!
- ¡Que me suelte he dicho!
-¡No más tienes que darme un besito!
Justo cuando la mujer dio un grito sorprendida, el fuereño sin poderse controlar, estrelló una botella de cerveza en la cabeza del hombre; para luego sujetar del brazo a la mesera colocándola detrás de él.
Los seis compañeros del hombre que había caído inconsciente al suelo, quisieron cobrar venganza contra el forastero, arrojando la mesa al suelo y con ella sus tragos y las cartas de una baraja. Ante el escándalo la joven hizo por retirarse, pero el fuereño continuaba sujetándola del brazo.
- Tranquila bonita - le dijo sin siquiera mirarla. Luego le preguntó en voz baja -. ¿Tiene alguna botella en su mano?
- ¿Cómo?
- Esto se va a poner bueno y no traigo mi pistola... Sólo deme lo que traiga en su mano.
La joven incrédula le extendió la carta de una baraja. Al tomarla el forastero sonrió.
- Escuchen amigos... - dijo tratando de tranquilizarlos - ¿Van a defender a este infeliz borracho que los timó?
Ante la mirada de desconcierto de los hombres, el fuereño se inclinó hacia el hombre en el suelo, y fingió sacarle de la manga de su camisa una de las cartas.
Todo aquello dejó a los hombres confundidos en un principio, para luego sentirse estafados.
-¡Con razón nos había ganado la última partida este infeliz de Pascual! ¡Nos hizo trampa!
Pero luego uno de ellos reconoció que esa supuesta carta guardada era diferente al resto del mazo.
Viéndose descubierto, el forastero empujó a la joven hacia la barra y comenzó a hacerse a puñetazo limpio contra los hombres, desatando la pelea entre todos los clientes en la cantina.
Fue hasta que don Cesáreo disparó al aire su vieja carabina, que todos se tranquilizaron sorprendidos.
- ¡Salgan a pelear fuera! ¡Que van destrozar mi negocio! - sentenció el viejo sin soltar el puro humeante de sus labios.
Los seis hombres sacaron en peso al fuereño; y en un oscuro callejón le dieron una fuerte paliza dejándolo inconsciente.
- Y tú Agustina - dijo Cesáreo chiscando sus dedos - te me vas. No quiero más problemas aquí por tu causa.
- ¡Pero don Cesáreo por su mare! ¡No me puede echaa! ¡Vamoo que yo no he tenido curpa alguna en este lío!
- Nada. Te me vas muchacha.
Ella un tanto resignada salió del negocio. Justo en la entrada se encontró con otro hombre. Era alto, rubio, bien parecido y a juzgar por sus ropas, era de clase acomodada.
- ¿Qué fue lo que sucedió aquí? ¿Te encuentras bien? - le preguntó angustiado.
- Si Silverio.
- ¿Alguien se atrevió a faltarte? Porque si es así yo...
- No... Sólo me he quedao sin empleo.
- Ya veo... pero te recuerdo que tú no tienes necesidad de todo esto... Si tan sólo aceptaras mi ayuda... Yo podría...
- ¡No por favoo! ¡No insistaa maa Silverio...! Ya veré yo como salgo de too esto.
Y sin decir más la joven echó a andar, pero Silverio la alcanzó.
- Al menos deja que te lleve. Ya es muy tarde y tú no puedes andar sola por ahí.
- No te preocupee. Mira allí, que vine en mi carreta - dijo señalándola.
- Bueno. Entonces dime donde te estás alojando para...
- Ee mejoo así... Y por favoo no insistaa.
- Está bien. Pero sí llegas a necesitar algo sabes dónde encontrarme.
Justo cuando la joven en su carreta estaba por dejar la última calle del viejo pueblo, creyó escuchar un clamor. Un poco temerosa se detuvo y descendió. Caminando entre unos matorrales, se encontró el cuerpo de aquel fuereño que la había protegido en la cantina. Sin pensarlo corrió a auxiliarlo. Los otros hombres lo habían golpeado severamente, dejándolo maltrecho.
- ¡Por mi mare! ¡Si esoo canalla lo han dejao toito pinto!
La mujer como pudo subió al hombre inconsciente a la carreta, y echó a andar rumbo a su casa.
Fue al amanecer que el forastero recobró poco a poco el conocimiento. Entonces pudo verse recostado en una cama limpia, vendado de la cabeza, las manos y del pecho. Intentar moverse le resultó una completa tortura. Con la mirada comenzó a recorrer el lugar. Algunos santos colgaban de las paredes azul pastel, y un ligero olor a incienso llegó hasta su nariz. De pronto pudo ver a un costado de él a la joven mesera dormida. Estaba sentada en una silla y a la vez recostada casi a los pies de la cama. Al parecer, la joven española se había desvelado estando al pendiente de su cuidado.
Por un momento él cerró los ojos sintiéndose a salvo. Inesperadamente creyó escuchar las risas de algunos niños, lo que lo hizo abrir los ojos. Sorprendido pudo ver a varios chiquillos a su alrededor.
- ¿Quién eres tú? - preguntó un niño sonriendo.
- Yo sé... - respondió otro -. Es el papa nuevo que nos envió tata dios.
En eso la joven despertó.
- Vamoo, vamoo chavalee. Debeis salii y dejaa que descanse aquí el señoo.
- Señor - exclamó el hombre en voz baja y con burla mientras los niños salían de la habitación.
- Quiero agradecerle por lo que hizo por mí - dijo la joven apenada.
- Ni lo mencione. Quien está en deuda soy yo... Y a todo esto ¿dónde estoy?
- Puee donde maa, en... en Er Dorao.
- ¿En El Dorado dice?... Pero si eso es sólo un cuento, una...
- ¿Leyenda?
- Así es.
- Pue le aseguro que no ee así buen hombre.
- El Dorado es un pueblo fantasma al que se tragó el desierto. Nadie sabe a bien donde se encuentra. Hay muchas leyendas en su honor y...
- Este ee el hogaa de too mii niñoo.
- Y de su esposo. Lo digo por sus hijos... - dijo mirándole el rostro con detenimiento-. Ahora veo bien porque se quería aprovechar de usted aquel infeliz. Es muy hermosa señora.
En eso la mujer apenada sacó la otra parte de un hábito y se lo colocó en la cabeza.
- ¿Qué?- exclamó el hombre incrédulo.
- Esoo niñoo son huérfanoo... No son mioo. Y como vera no tengo esposo arguno.
- ¿Y por qué trabaja en la... - dijo susurrando -... cantina?
- Trabajaba hijo trabajaba... Vera ustee. Yo antee vendía arguno frascoo de conserva en er pueblo, mientraa la hermana Rita cuidaba de estoo crioo. Pero ar fallece la hermana pue tuve que buscaa un empleo. Así que iba de noche a ese horrible lugaa para obtenee una cuantaa monedaa y alimentaa a too estoo pequeñitoo. Soy lo único que elloo tienen sabe uste.
- Entonces estás tú sola aquí con ¿ellos?... digo... quiero decir. ¿Está usted sola con ellos hermana?
- Si... Y mi nombre ee Agustina si me hace er favoo. Y no estoy sola. Están elloo... loo ocho niñoo que uste ya ha visto. Manuee, Miguee, Ramón, Simón, Hernán, Adrián, Armida y la pequeñita ee Rosita, y sobretoo está nuestro señoo Jesucristo claro está.
- A ver, a ver. Vámonos por partes. Lo del convento lo entiendo, lo de los niños también... Pero sigo sin entender ¿dónde estoy?
- Puee si ya se lo he dicho clarito. Estamoo en Er Dorao.
- Eso no puede ser. Si así fuera entonces este debería ser el viejo convento de Santa Ana...
- Y lo ee.
- ¿Qué?... Entonces aquí... hay...
-Si se está pensando lo que muchoo, que en este lugaa hay oro escondio poo ahí, déjeme que le diga que se equivoca uste.
- ¿Por qué está tan segura?
- Vamoo hijo. En nuestra condicionee ¿cree que loo niñoo y yo no hemo buscao por cada rincón desde que llegamoo aquí? Nunca hemo encontrao naa, lo que se entiende naa. Al parecee aquí sólo hay porvo, sólo eso porvo de er Dorao... Mire. Nosotroo lo sabemoo bien, pero laa personaa como uste no lo entienden. Este lugaa es lo único que tenemoo. Si alguien maa se entera de que er lugaa existe y donde se encuentra... pue lo destruirán cegados poo la ambición. No tendremoo a donde ir maa. ¿Dónde los podré protegee de la revolución dígame uste?
-Ya veo.
La mujer al notar como el hombre recorría con su mirada de asombro el lugar, desconfiada intuyó algo.
- En cuanto se sienta un poco mejoo lo llevaré a Magueyalee - dijo la joven poniéndose de pie -. Comprenderá que no ee seguro para loo niñoo que uste pue permanezca aquí.
Después de vivir una infancia difícil y un pasado lleno de sinsabores, la joven Claridad Domeq convertida en un dama fina y elegante, deberá regresar a su pueblo natal para intentar salvar a su hermano. Será durante su estancia en México, situada en plena revolución, que el mundo de la joven se cimbrará por completo; pues se verá en la incómoda situación de enamorar a un joven millonario como parte del plan de rescate de su hermano. De esta manera ella aprenderá de la manera más dura que con el amor no se juega, ya que quien se vea involucrado en tal argucia terminará perdiendo más de la cuenta y de qué manera. Así que colocada entre la culposa pasión y la obligación y el deber, la mujer jugará con una filosa espada que la mantendrá contra la pared en todo momento; y serán sólo sus principios y su lealtad a su palabra, las únicas armas para salir triunfante y lograr su cometido.
El movimiento alzado de 1910 en México, no sólo traerá la liberación de un pueblo, sino la transformación de una niña en mujer al conocer por primera vez el amor. En el camino de la vida como en el del amor, ningún corazón por muy inocente e inexperto que sea, podrá salir sin sufrir ninguna herida o tropiezo. Esto lo aprenderá la joven Alameda Gómez que tras un pequeño error con un vestido, terminará dándole un giró radical a su vida; aprendiendo del amor y sus jugarretas. Ella al lado de un altivo, acaudalado y joven abogado, reconocerá que el amor llega sin avisar, sin esperarlo; para aclarar el camino, quitar vendas de los ojos o para estrujar el corazón de las maneras más inimaginables posibles. Para ella el amor tendrá un sólo rostro, un sólo motivo; y será ese mismo sentimiento lo que la hará doblegarse y jurar lealtad a quien en un inició creyó un monstruo, para descubrir después lo que el corazón de ese hombre encierra. Esto hará a la joven cuestionarse si es su amor suficiente para salvar a ese hombre de su trágico destino.
La inocente, inmadura y arrebatada joven Inspiración Moró, descubrirá el verdadero amor en los brazos de un valeroso e íntegro peón; cuya compañía será indispensable para poder enfrentar los violentos tiempos que atraviesa su país. En medio del movimiento de la revolución mexicana, la joven mujer habrá de luchar por sus sentimientos, por el honor y la fortuna de su familia, y por un futuro que tal vez no sea tan prometedor como ella lo imaginó. La soñadora, romántica e ingenua muchacha tratará de ignorar a su corazón en todo momento, aunque sus sentimientos temperamentales le mostrarán poco a poco su dificilísima encrucijada. Ella aprenderá de una manera amarga que a veces el amor no basta para hacer feliz a alguien. A veces la respuesta se encuentra en renunciar; aunque esto implique tener que respirar por una profunda herida que tal vez no cierre nunca. ¿Será posible que en una relación quien ame más sea quien termine sufriendo más?
La joven Flores Oviedo aprenderá de la vida en medio de un tiempo difícil, convulso y revolucionario tanto para ella como para su propio país. Su inocencia así como su inexperiencia la llevarán a sufrir en el amor por esta misma razón. Sólo su valor y templanza serán sus compañeras en una época tan cruel e intempestiva. La joven descubrirá sus sentimientos siendo una niña, y deberá aferrarse a ese amor, a su recuerdo y a una endeble promesa de espera, para poder sobrevivir al caos imperante que la revolución mexicana ha provocado. Así mismo la vida la llevará a enfrentarse al amor, que insiste en presentársele con diferentes rostros, haciéndola vacilar sobre continuar manteniendo viva la esperanza de que su primer amor, su amor de infancia regrese por ella. Las pruebas para la joven serán duras, y la tentación tan implacable que terminará cuestionándose, si el amor no será tan sólo la fantasía de una adolescente necesitada de un poco de cariño; y si es el amor verdadero capaz de superar la prueba del tiempo y esperar por siempre.
Brit Su, una chica con un gran objetivo en su vida: conocer a sus padres biológicos y la razón por la cual la abandonaron. Ella es trabajadora, soñadora y su pasión es ayudar a los demás, se embarca en un viaje a Shanghai su tierra natal para realizar unos proyectos En el transcurso de su viaje se encuentra con Daniel Ye, un joven CEO que ve la vida en blanco y negro, el cual no cree en el amor, pero en cuanto ve a Brit queda en un estado complicado que ni él sabe si es atraccion o amor. ella lo hará ver la vida de otra manera y colores. Lo de más lo tendréis que descubrir.....
Allison se enamoró de Ethan Iversen, el futuro alfa de la Manada Moonlight Crown. Siempre quiso que él se fijara en ella. Sin embargo, Ethan era un alfa arrogante que pensaba que una débil omega no podía ser su pareja. El primo de Ethan, Ryan Iversen, que había vuelto del extranjero y era el verdadero heredero de la manada, nunca intentó conseguir el puesto ni mostró ningún interés por él. Era todo un alfa playboy, pero cuando regresó a la manada, una cosa cautivó sus ojos y fue Allison.
Pensé que mi matrimonio podría seguir adelante. El amor platónico también era amor, ¿sí? Pero, estaba totalmente equivocada. Resultó que mi marido no tenía nada malo de cuerpo, todo esto solo porque no fui de su gusto. Conmigo, era un hombre anormal en la cama. Pero con mi madre, ¡podría hacer todo lo que ella deseaba! Y el día, ¡los encontré en la cama juntos! Sin querer afrontar a ellos, decidí saltar del puente. Pero un desconocido me impidió, y me ofreció una propuesta especial. Y yo la acepté, y le entregó mi primera vez por capricho. Después de una noche loca, hui de su casa pensando que nunca volvería a encontrarnos. Luego fui a la fiesta de compromiso de mi tía, y ella hizo alarde de su fiancé frente a mí. Pero este era el mismo desconocido que pasó la noche conmigo. ¡¿Y él pronto sería mi tío político?!
Rachel pensaba que con su devoción conquistaría a Brian algún día, pero se dio cuenta de que se había equivocado cuando su verdadero amor regresó. Rachel lo había soportado todo, desde quedarse sola en el altar hasta recibir un tratamiento de urgencia sin su presencia. Todos pensaban que estaba loca por renunciar a tanto de sí misma por alguien que no correspondía a sus sentimientos. Pero cuando Brian recibió la noticia de la enfermedad terminal de Rachel y se dio cuenta de que no le quedaba mucho tiempo de vida, se derrumbó por completo. "¡No te permito que mueras!". Rachel se limitó a sonreír. Ya no necesitaba a ese hombre. "Por fin seré libre".
Ella se casó en secreto con una superestrella; sin embargo, su estado civil se mantuvo en conocimiento público. Ella lo amaba como a un perro, tan leal, tan sin vergüenza, pero él la alejaba constantemente solo por su egoísta razón de tomar venganza contra su madre. Después de su divorcio, ella accidentalmente se acostó con un atractivo desconocido cuyos ojos azules exudaban un atractivo sexual extremo, atrayéndola a una inevitable atracción fatal. Él era tan tranquilo y gentil, prometiéndole la felicidad eterna. "¿Ms. Cathryn Riley, se casará conmigo?" Su expresión era seria y sincera. Los dedos delgados del hombre sostenían una caja redonda de terciopelo rojo muy delicada y hermosa; dentro había un anillo de diamante exquisito. Asustada emocionalmente, ella le respondió, "He sido divorciada una vez. Espero que no me haga divorciar por segunda vez de nuevo." Keith sonrió y respondió suavemente, "Mi mundo nunca se ha centrado en nadie. Pero en los días venideros, mi mundo se centra en ti". Ella estaba tan conmovida que no pudo evitar llorar lágrimas de felicidad. Estar con él le trajo una alegría eterna y su promesa eterna reemplazó su sufrimiento por el matrimonio fracasado.
Linsey fue abandonada por su novio, quien huyó con otra mujer el día de su boda. Furiosa, ella agarró a un desconocido al azar y declaró: "¡Casémonos!". Había actuado por impulso, pero luego se dio cuenta de que su nuevo esposo era el famoso inútil Collin. El público se rio de ella, e incluso su fugitivo ex se ofreció a reconciliarse. Pero Linsey se burló de él. "¡Mi esposo y yo estamos muy enamorados!". Aunque todos pensaron que deliraba. Entonces se reveló que Collin era el hombre más rico del mundo. Delante de todos, se arrodilló y levantó un impresionante anillo de diamantes mientras declaraba: "Estoy deseando que sea para siempre, cariño".