/0/4596/coverbig.jpg?v=1f80ab2aef83e0600e2d71613a652317)
¿Prefiere morir antes que casarse con el príncipe lisiado? Prefiero morir mil veces... Desde niño, Tuva Eke fue despreciado por su padre y sus hermanos mayores. Siendo un niño, no comprendió la razón por la que su madre fue ejecutada por traición, mucho menos entendió por qué su padre lo exilió en una torre inhóspita durante trece años. Cojo, ciego y además loco, prometió buscar justicia. Los débiles despiertan, y los genios se postran ante él. En tiempos convulsos y de cambios, el más audaz es el vencedor... Nadie podrá interponerse en sus planes, ni siquiera esa señorita malévola y prejuiciosa con la que su padre le obligó a casarse. Sin embargo, entre ellos emergerá de la profundidad, una alianza sin igual que dejará a mas de uno sin aliento... Una nueva era está por comenzar: las estepas se preparan para escoger a su nuevo líder.
INTRODUCCIÓN
Las confederaciones conformadas por tribus de las estepas se han desintegrado tras la caída del extenso kaganato Uigur. Las facciones no tardaron en surgir y el control de las tierras uigur pronto es discutido por 3 tribus: los Bulaq, los Karluks y los Sekiz Oghuz.
La guerra parecía inevitable, pero gracias a un acuerdo matrimonial y a un convenio de paz, las confrontaciones entre las tribus han cesado. Aunque... no por mucho tiempo.
Primer capítulo.
«Si pudiera olvidar que soy su hijo, le aseguro que lo lograría»
Si empezamos desde el principio, entenderíamos la magnitud de los problemas que rodearon al joven Tegim[*] desde que nació. El parto fue extenso y doloroso para la madre, pero gracias a un milagro se salvó y cuidar del niño de cabellos negros como el carbón extraído por los esclavos en las montañas.
Tal vez desde un principio, Tuva Eke estuvo perseguido por la mala suerte, los problemas y los malos entendidos. No solo lo pensaba él, sino todas las personas que en algún momento de su vida lo rodearon, y que de una u otra manera terminaron mal gracias a él, por el simple hecho de estar relacionados con él.
Después de tantos años escondiéndose de los demás y de estar aislado del mundo exterior, decidió darse una oportunidad, solo una, y aclarar lo que ocurrió aquella noche del primer mes del año decimo.
La torre de exilio lo albergó durante más de dieciséis años, aquellas paredes grises y de ladrillo desgastado por los fenómenos naturales, sabían de sus sufrimientos, sus miedos y odios.
En toda su vida no conoció el afecto de un padre, ni el de una madre. Su corazón frío, helado como la nieve, estaba atormentado por un pasado que lo condenó durante toda la vida, que acabó con aquel niño tierno de diez años, que fue obligado a ver morir a su madre mientras todos la aborrecían y trataban como una paria.
Los ventanales empañados por el fresco rocío de la mañana eran testigos de sus noches de desvelo frente a ellas, buscando una forma de lograr que su padre se acordara de él, de que tenía un hijo encerrado a miles de kilómetros del castillo real. Le tomó tiempo lograr su cometido, más cuando no quería levantar sospechas respecto a sí mismo.
Finalmente, pudo descifrar entre la espesa neblina de vicisitudes, la contraseña para conseguir la salida del exilio. La luna se la susurró al oído, el búho se lo expresó con su mirada penetrante y el viento se lo anunció a gritos en medio de las ráfagas cambiantes de aire.
Era el primer mes del año; el aniversario número 16 de la muerte de su madre... 16 años perdidos de manera injustificada a causa de una estrategia para allanar los llamados de las tribus nómadas de las estepas, para apagar la voz de los portadores de una vieja tribu que poco a poco desaparecía del territorio.
Desvió la mirada del ventanal y se centró en la entrada a la torre de la única persona que había estado con él desde que era un niño de diez años. La única persona que había accedido a quedarse con él, a pesar de los rumores y peligros que circulaban y rodeaban.
-Señor Yul, la temporada está cambiando -avisó-, hace una semana que desperté, pero padre no ha venido... Me pregunto me recuerda o si piensa en mi madre.
El hombre miró el ventanal y sonrió con tristeza.
-Es el aniversario de la muerte de su madre, joven señor.
-Así es -aceptó débilmente-. Hoy, hace dieciséis años mi madre murió ejecutada por mi padre. En una mañana nublada como esta, mi madre murió atravesada por una decena de lanzas afiladas.
-Señor, es un milagro que usted esté vivo. Después de la muerte de la concubina Anuska, su padre le condenó al exilio, también a beber veneno progresivo...
-Tengo mucha curiosidad en saber qué fue lo que persuadió a mi padre, para que desistiera de darme mucho más veneno.
-Señor, el veneno pudo haberlo matado en cuestión de pocos años, no tiene sentido que piense en ello. Sin embargo, si usted lo desea, lo averiguaré.
Tuva Eke negó levemente mientras se rascaba suavemente una de las ronchas moradas presentes en su cuello.
-¿Sabes cuando se quitará esto? -interrogó sin angustia mientras daba por terminado el tema que tanto inquietaba a su acompañante.
-Mientras el veneno blanco no salga de su cuerpo, tendrá esas ronchas en la piel.
-Deberías darme una dosis más generosa -sugirió en un susurro temeroso.
El joven Tegim suspiró con cansancio al ver la expresión de reproche. Nadie podía entenderlo, pues ninguno era capaz de sentir en carne propia los dolores agudos y los padecimientos vergonzosos de su cuerpo cada noche debido al frío.
Se sentía inconforme e impotente, pues el haber llegado a esas instancias no había sido culpa de él, ni tampoco de la naturaleza, sino que fue su padre quien le había impuesto aquella penosa condición. Fue el kan quien lo llevó hasta un callejón sin salida, una encrucijada de frente a las maldades, que le había dejado malherido y vulnerable frente a los ojos de todos.
La única alternativa para aliviar el dolor que tenía el príncipe y contrarrestar el primer veneno era con otro veneno que se podía conseguir en cualquier lado del kanato. Ese se había convertido en su medicina a falta de cualquier otro servicio básico. Sin embargo, los excesos del líquido lo habían llevado hasta el punto de intoxicarse con una sobredosis. Desde ese día, las porciones del medicamento estuvieron controladas por el señor Yul, con el fin de evitar que el joven maestro muriera en cualquier momento producto de la imprudencia y el desespero.
-No debe abusar de su salud, recuerde que puede ser peligroso mezclar los dos venenos -Avisó nervioso, pero al ver que no obtenía una reacción, decidió cambiar de tema-¿Ha pensado en algo? El tiempo se agota, el rey pronto ha de elegir un candidato para la sucesión.
Tuva Eke sonrió con ganas.
-Lo sé, aun así, no me apresuraré a buscar más excusas para lograr salir de aquí, porque ya he encontrado una. Envíale a mi padre esta misiva, estoy seguro que no necesitaré palabras para que se acuerde de mí. De seguro él también ha de estar pensando en esto, tal vez ha estado pensando en mí.
[...]
Mientras algunos pensaban que ser relacionados con el príncipe exiliado y loco era una deshonra y un sinónimo de debilidad, otros como el kan, sabían del peligro que podía correr el kanato, si el hijo de la concubina de linaje tribal Tuhsi, muerta hace dieciséis años, despertaba de su letargo tras casi morir envenenado con cinabrio.
Con el transcurrir de los años, se vio demostrado que la vida se oponía al kan, pues contra todo pronóstico, recibió la noticia de que su hijo había despertado.
Quedó en silencio, sintiéndose culpable por haber intentado matarlo cuando todavía era un niño. Tal vez, nunca se iba a poder deshacer de las sombras de aquel fatídico día, un día en el que no solo había perdido a una de sus mujeres, sino también al hijo más capaz entre el resto de sus vástagos.
Decidió salir de sus desgastantes pensamientos y enfrentar al visir:
-¿Cuándo ha ocurrido esto?
-Hace unas semanas -contestó de inmediato.
-¿Por qué no me había enterado de esto?
-Respondiendo al Kanliq, las visitas a la torre septentrional fueron restringidas por usted el día en que su hijo entró allí.
El hombre quedó en silencio por unos breves instantes.
-¿Cómo ha quedado? ¿El veneno salió de su cuerpo?
-Kanliq, el veneno estuvo en su organismo por muchos años. El veneno no logró matarlo, pero le ha dañado la vista, su piel está manchada con rosetas moradas y tampoco habla; no dice ni una sola palabra... Además, eso no es todo, pues su cojera ha empeorado.
El hombre rio con pena, no era una risa alegre, sino una que se podía mezclar con el llanto. Los quejidos retumbaron en su amplio y pesado pecho, a pesar que no quería verse vulnerable. Pero cuando sintió que el nudo en la garganta se le hubo desecho, volvió la atención a su subordinado:
-Soy un gobernante con un hijo lisiado, un minusválido que no es capaz ni de soportar el peso de su propio apellido, dime... ¿Me queda algo de orgullo?
-Kanliq, el respeto que se han ganado sus otros hijos dentro y fuera de nuestro territorio compensa la vergüenza de tener a ese hijo suyo.
El rey dirigió su mirada al visir. Sus ojos negros y profundos miraron con intensidad al hombre, le advirtieron que sus palabras fueron imprudentes. El hombre, al entenderlo, corrió a disculparse y pedir la absolución de la muerte.
-Tuva Eke es mi hijo, no tienes ningún derecho a hablar mal de él, porque después de todo es tu amo.
-Lo sé, Kanliq, pido perdón.
El hombre bufó:
-¿Tienes otro mensaje?
El hombre de inmediato puso en el escritorio cada uno de los documentos que su rey debía revisar aquel día. El Khan se dispuso a cumplir con los deberes diarios, firmar decretos, emitir sentencias y leer los informes enviados desde las fronteras. Entre todos aquellos rollos de pieles, encontró uno amarillento y de poca calidad. Lo abrió con parsimonia, esperando ver uno más de los tantos informes de guerra, pero no fue así, y se sorprendió al ver escrita una fecha sobre el lienzo. Recordó la fecha memorada allí y se llevó otra gran sorpresa; era el aniversario de la muerte de la concubina Anuska, la madre de Tuva Eke.
El hombre soltó el pergamino como si de la peste se tratara.
-Anuska... -susurró contrariado.
El visir llegó junto a él, y afanado trató de ver lo que le ocurría. Pero por más que le preguntara, el Khan no le decía nada en concreto.
-Tuva, Tuva... -balbuceó atragantado-, busca a Tuva Eke.
-Gran Kanliq, su hijo está condenado al exilio.
El Khan perdió la paciencia y gritó:
-¡Ordena mi decreto! -exigió acalorado-: Quiero a Tuva Eke presentarse ante mí.
...
Tanto el señor Yul, como Tuva Eke miraron por el ventanal, cuando percibieron actividad fuera de la torre. Había pasado quizá dos días desde que se había enviado el mensaje al kan y todo ese movimiento le aseguraba que se trataba de los hombres de este.
-¡Joven señor, son los hombres de su padre! -exclamó Yul asustado.
Tuva Eke reaccionó de inmediato, extendió el bastón hacia el suelo y una vez lo hubo apoyado contra la piedra grisácea, se levantó y caminó lo más rápido que su pierna enferma le permitió. Al final se tiró sobre la cama mientras dejaba al señor Yul arroparlo con las mantas.
-Es bueno en esto, señor. No deje que el Khan sospeche de usted -apremió antes de que el personal del padre de él entrara a la habitación de la torre.
Aclaraciones:
Tegim: heredero o príncipe. Proviene de las lenguas túrquicas-mongolas.
Kanliq: el gobernante supremo de un sistema político denominado kanato.
Muchas bellezas entran al palacio. Todas se suman a la interminable lucha por el poder y amor del rey. Cuando Ezra Azzar entra a formar parte del haren imperial solo imagina una vida tranquila sirviendo al lado del rey. Pero las intrigas acecharán cada rincón de su solitaria vida. Son muchas las bellezas del rey. Flores hermosas al amanecer pero marchitas cuando anochece, ¿cuál de ellas logrará permanecer en el corazón del rey?
Hanna Müller es una atractiva estudiante de medicina, que tiene a su cargo a su hermana de ocho años Mia, tras la muerte de su madre hace ya dos años, ella es su única familia. Para poder mantenerla a ambas, Hanna, de día, estudia medicina, pero por la noche hace de acompañante en una agencia de hombres millonarios. Dentro de sus normas, está no tener sexo con sus clientes, además ella tiene novio. Por otro lado, Roy William Miller, es el CEO, tras su padre, Norman Miller, retirarse el año anterior, lleva la dirección del Grupo Miller, aunque comparte sus acciones con sus hermanos, entre ellas está su melliza Alian. La razón por la que trasladó a la sede central de Miller en Londres es porque quería estar cerca de su hermana, ya que no se fiaba del marido de ella. Una noche descubre a su cuñado con otra mujer, una atractiva y deseable mujer que despierta su interés, al igual que su irá al descubrir que esa preciosidad es una mujer que se vende por dinero. Cosas suceden al mismo tiempo que lo cambia todo. Lo principal Mia, la hermana de Hanna, sufre un accidente, que necesita de una operación y una rehabilitación muy larga. Sólo le queda aceptar la propuesta del maldito CEO de ser su amante por un año, sin ninguna restricción por su parte, excepto la de enamorarse.
Ella cayó en la trampa que la tendieron su prometido y su mejor amiga. Lo perdió todo y murió en la calle. Sin embargo, ella renació. En el momento en que abrió los ojos, su esposo estaba tratando de estrangularla. Afortunadamente, ella sobrevivió a eso. Firmó el acuerdo de divorcio sin vacilación. La joven estaba lista para su miserable vida. Para su sorpresa, su madre en esta vida le dejó una gran cantidad de dinero. Ella dio la vuelta a las tornas y se vengó. Todo le salió bien cuando su ex marido apareció en su vida.
Nerea Jones es una chica acabada de graduar de la universidad que sale al mundo dispuesta a abrirse camino en el mundo empresarial, pero, esto no es tan fácil como ella lo cree. Su situación económica hace que se vea obligada a aceptar trabajar de niñera para uno de los CEOS más importantes, temidos y guapos de Seattle, Alex Black. Su vida se entrelazará con la de él conviviendo en la misma casa. Ella no tiene idea de que le tocará vivir un infierno a manos de este chico prepotente y egoísta cuando los sentimientos comiencen a tocar la puerta de su corazón. Ser profesional no va resultar tan sencillo como ella se espera.
Clarissa Chapman, un día, al entregar preservativos a una habitación de hotel, descubrió que su cliente era su... ¿prometido? ¡Atrapó a su prometido y media hermana en la cama! ¡Solo entonces Clarissa se dio cuenta de que su novio de seis años la había engañado! ¿Qué es más ridículo? Su padre dijo que era porque ella no era atractiva y su hermana lo merecía más. Dejó a su prometido idiota, ¡se encontró con su Sr. Correcto en una aventura de una noche! Espera... ¿por qué este hombre se veía exactamente parecido al CEO multimillonario - Anderson Jordan en la televisión? Anderson era de muchas cosas, guapo, considerado y leal. Nunca imaginó que un apuesto como Anderson se enamoraría de ella, hasta ese día... Su familia de pesadilla la encontró, tratando de arrastrarla al pasado miserable... otra vez...
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.
Pensé que mi matrimonio podría seguir adelante. El amor platónico también era amor, ¿sí? Pero, estaba totalmente equivocada. Resultó que mi marido no tenía nada malo de cuerpo, todo esto solo porque no fui de su gusto. Conmigo, era un hombre anormal en la cama. Pero con mi madre, ¡podría hacer todo lo que ella deseaba! Y el día, ¡los encontré en la cama juntos! Sin querer afrontar a ellos, decidí saltar del puente. Pero un desconocido me impidió, y me ofreció una propuesta especial. Y yo la acepté, y le entregó mi primera vez por capricho. Después de una noche loca, hui de su casa pensando que nunca volvería a encontrarnos. Luego fui a la fiesta de compromiso de mi tía, y ella hizo alarde de su fiancé frente a mí. Pero este era el mismo desconocido que pasó la noche conmigo. ¡¿Y él pronto sería mi tío político?!