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Amanda era una joven entusiasta con gran talento para el teatro y las tablas. Decide ir a buscar sus sueños pero en el camino encuentra el amor y se ve forzada a decidir entre su futuro y su corazón.
Amanda era una joven graciosa y solía ser muy equilibrada cuando se trataba de tomar decisiones para su vida.
Ese día estaba súper emocionada mientras empacaba su maleta para su clase magistral de teatro en Europa.
Amanda cantó y bailó por toda la casa mientras arrojaba todo en su maleta. Ella sabía que si seguía a ese ritmo iba a ser difícil cerrar por fin la valija para terminar otros pendientes. Pero aun sabiendo esto ella no cesaba sus saltos y alegría por todo el lugar, dos años fuera de casa requieren una maleta especial, no todos los días nos vamos a perseguir nuestros sueños. Su último día en Nueva York estaba a punto de terminar, había crecido y aprendido todo lo que sabía de la vida en aquella gran ciudad. En medio de ese esplendor y smog, ella dio sus primeros pasos a la actuación, justo cuando su madre le hacía aquellos polémicos disfraces para los actos de fin de curso en el colegio. Esos fueron sus inicios en la grandeza del corazón de una artista. Dejándose divagar un par de horas, por fin pudo terminar de empacar vaporosos vestidos, zapatos de tacón alto, maquillaje y zapatillas deportivas para correr un rato en las noches de verano europeo junto al mediterráneo. Al final del proceso de selección del equipaje, decide poner la alarma muy temprano, su vuelo a Barcelona salía a las 5.00 de la mañana, le esperaban muchas horas de vuelo entre escala en Lisboa y los retrasos propios de los aeropuertos, mejor irse a dormir temprano por una vez.
A la mañana siguiente se despertó tarde, no sabía en que momento apagó el despertador y siguió durmiendo, logrando abrir los ojos gracias a un pequeño resplandor de sol que entraba y le daba como por casualidad directamente al rostro, ni siquiera tuvo tiempo para desayunar, llamó a un taxi, salió catapultada del coche antes incluso de que se detuviera y fue rápidamente a registrarse.
Finalmente luego de registrarse y revisar la puerta de abordaje suspiró aliviada como podía.
– ¡Lo logré!- Se dijo mientras esperaba pasar por los habituales controles del aeropuerto.
Mentalmente iba repasando todas las escalas que tendría que hacer su vuelo para llegar a Barcelona, cuando de repente su estómago (con un ruido casi ensordecedor) le recordó que no había tocado ningún alimento desde la tarde del día anterior.
-Supongo que alguien tiene hambre aquí- le dijo un hombre detrás de ella en la fila, mientras soltaba algunas risitas irónicas.
Amanda un poco nerviosa le sonríe de vuelta y ve la mano del hombre extendida hacia ella entregándole un pequeño y delicioso sándwich de pan brioche de arándanos y frutos secos.
¡vaya mi favorito- pensó Amanda.
-Gracias, en momentos normales nunca aceptaría, pero en realidad ahora me muero de hambre- le dijo al desconocido.
Mientras avanzaba la fila Amanda iba devorando bocados de aquel delicioso sándwich recordando la sonrisa de ese amable extraño.
No dejaban de resonar las palabras de su madre en su mente: -No aceptes comida de extraños ¡no hables con extraños!-
-lo siento mamá, espero no morir por esto- dijo a si misma en voz alta y riendo, a lo que aquel extraño le dijo –tranquila, soy inofensivo como ese pancito- en medio de risas.
Amanda sonrojada volteó y le miró fijamente, tenía unos hermosos ojos grises y y una sonrisa arrolladora.
En ese momento el extraño se aproxima a ella y con el dedo pulgar le limpia migajas que habían caído sobre su chaqueta –por cierto, mi nombre es Pablo- y sonríe de nuevo.
--ahh... hola Pablo el gusto es mío, Amanda-ciertamente lo era pensó Amanda.
--Vaya, Amanda, la que es amada significa tu nombre-dijo Pablo mientras sus ojos brillaban con una luz que no entendía en ese momento.
La fila comenzó a avanzar y caminaba a gusto a su lado contándole que se dirigía a Barcelona por asuntos personales y de trabajo.
-¿A qué vas tu, Amanda?- le pregunta Pablo.
-¿yo? Voy a estudiar teatro por dos años-
-¿teatro? Vaya...
-¿qué? ¿No te gusta el teatro?- Preguntó Amanda teniendo en cuenta que tal vez ese chico tan increíble odiaba lo único que a ella le hacía feliz.
-No para nada, simplemente pensaba en la facilidad que tienen los actores para fingir emocione, nunca finjas conmigo Amanda-
Amanda en silencio estupefacta por las palabras de Pablo, se da cuenta que les han asignado asiento juntos y proceden a abordar.
Pablo le ayuda a colocar su valija en los compartimientos superiores, ella se sienta junto a la ventana y él a su lado.
Había una energía densa y provocadora, los ojos de Pablo de no paraban de brillar mientras escrutaban su rostro.
-¿qué tanto me miras?- le dijo Amanda.
-ohh... nada, nada, solo estaba asombrado-
-¿de qué?- le responde inquisitiva Amanda.
- Estoy asombrado del hoyuelo en tu mejilla izquierda que te hace lucir tan angelical como pícara- a lo que pablo se ríe con una sonora carcajada y procede a beber un poco de agua que les trajo la aeromoza.
-Gracias, y no soy ninguna de las dos cosa, Pablo, pero se ve que tu si que eres curioso-
-No lo soy, solo me muero de deseo por conocerte- le dijo mirándola fijamente.
Ese momento, ese instante pequeño que nada significó para el mundo, cambiaría el destino de Amanda para siempre.
Mia es una chica que busca rehacer su vida frente a una terrible ruptura sin saber que esto le hará avanzar hasta la historia de amor mas importante de su vida.
Después de ser incriminada por su novio y su mejor amiga, Nicole terminó pasando la noche con un misterioso extraño. Ella disfrutó mucho de la cita inesperada, pero cuando se despertó a la mañana siguiente, no pudo evitar sentirse mal por lo que había hecho. Sin embargo, toda la culpa que sentía se le pasó al ver el rostro del hombre que yacía a su lado. "Es realmente... hermoso", susurró, asombrada por lo que estaba viendo. La culpa se convirtió rápidamente en vergüenza, y eso le hizo dejarle al hombre un poco de dinero antes de irse. Kerr estaba asombrado. "¿Esa mujer trató de pagarme? ¿Como un prostituto?', pensó ofendido. "Pide al gerente del hotel el video de vigilancia", le ordenó a su asistente con tono autoritario. Tenía una expresión decidida en el rostro. "Quiero saber quién estuvo en mi habitación anoche, y cuando encuentre a esa mujer, ¡voy a enseñarle una lección!" ¿En qué terminará esta historia? ¡Averígüelo en El CEO Y SU ENCANTADOR HIJO en Manobook!
Danna era una joven de 20 años con una belleza natural y unos hermosos ojos de múltiples colores. Era dulce y tierna, fue criada por una pareja de omegas, y su vida era tranquila hasta que conoció a su mate. Eros era el alfa de la manada azul. A sus 30 años, era un hombre arrogante, frío y calculador. Tenía una novia que no era su mate, Lamia, una joven alfa de sangre pura que debía marcar para ser la Luna de la manada y forjar alianzas. El día de la proclamación para ser Eros el gran alfa de alfas de las tierras bajas del extremo sur de Alaska, le llegó un olor delicioso que se colaba por sus fosas nasales, descontrolándolo. Él buscó la procedencia hasta que vio a Danna; sus miradas se cruzaron y Eros se enfureció al ver su aspecto de omega. Ella, al ver la expresión en su mirada, supo que su vida iba a ser desdichada desde ese momento. Danna fue llevada a la mansión del alfa, y Eros no sabía qué hacer con su mate, pues, para el bien de la manada, debía tener a su lado una Luna alfa de sangre pura y no una débil omega. Ella entró en celos y él sucumbió a la tentación; tres días pasaron llenos de pasión y Eros la marcó. Un día, Danna fue acusada de lastimar a Lamia; Eros, enfurecido, decidió obedecer a los viejos lobos; esa misma noche marcó a Lamia. Danna sufrió un dolor fuerte en su marca, sentía que la quemaba, el dolor era insoportable. Allí descubrió que fue traicionada por su mate. Ella, dolida, trató de irse, pero él la dejó encerrada y pretendía tenerla de amante. En medio de su dolor, ella descubrió que estaba embarazada y que dentro de la mansión tenía enemigos. Una noche logró escaparse, pero los lobos rastreadores la persiguieron incansablemente. Sin embargo, con la ayuda de la diosa Selene, unos lobos sin humanidad la encontraron y la protegieron, llevándola a la región más fría del país. Otros lobos exiliados, al darse cuenta del poder que Danna ejercía sobre las bestias salvajes, la proclamaron reina, y su reinado trajo consigo la prosperidad a esas tierras. Mientras tanto, en las tierras del sur, parecía que una maldición había caído sobre ellas. La fertilidad se esfumó y los árboles dejaron de florecer. Cinco años después, la guerra por tierras con los humanos comenzó. Eurides, madre de Eros, solicitó la ayuda de la gran reina de las tierras del norte. Danna regresó para cobrar venganza a las personas que hicieron su vida desdichada en la manada azul, mientras que su hija Eos tenía una misión encomendada por la diosa Selene. ¿Qué hará Eros para recuperar a su mate? ¿Podría el odio y el resentimiento de Danna destruir al padre de su hija?
-Nuestro amor nos llevará a terminar como Romeo y Julieta. - ¿Juntos? - ¡No! Muertos. -Tú siempre tan romántica. -Y tú, tan estúpido. -Ya hablo doña perfecta. -Aunque te cueste reconocerlo, así que no pienso seguir perdiendo mi tiempo contigo. Me retiro antes de que se me pegue lo malo, con permiso joven Sanz. -Hasta nunca B-R-U-J-A fea. Espero que choques en tu escoba voladora y te destroces el rostro para no volverte a ver la cara de mustia amargada que tienes. -Qué tus buenos deseos se te multipliquen insecto -grito la chica al salir corriendo de la casa para tratar de llegar lo más pronto a la parada y alcanzar el último autobús que la llevaría de regreso a la Universidad de Barcelona, donde estudiaba. Esto era tan solo una pequeña pelea a la que se tenía que enfrentar cada vez que se encontraban en la residencia de la familia Sanz o donde coincidieran, en donde había sido contratada como niñera del menor de los hijos de la familia. - ¿Podrás algún día dejar tranquila a "Mi Vale"? Sigue por ese camino y me voy a asegurar que papá te quite todas las tarjetas, congelé todas tus cuentas y de pasada te ponga a trabajar para que dejes de estar molestando a mi chica. - ¡Mocoso! Nadie pregunto tu opinión, ¡Cuidado y abres la boca o me desquitaré contigo! Deberías de estar de mi lado y no de un espantapájaros como ese que no es parte de tu familia y a duras penas conoces. -Mira, quien habla, el chico más estúpido que puede existir en toda la ciudad, si no fuera por tu cara bonita, nadie se fijaría en ti. Te aseguro que en esa cabeza no hay ni gota de masa encefálica de la cual puedas presumir como ella. - ¡Basta! Lárgate a tú cuarto o voy a acabar contigo en menos de un segundo. - ¡Huy! Ya se enojó el niño bonito. Te estaré vigilando, no vuelvas a molestar a Vale. Si ella se marcha por tu culpa, me aseguraré de cumplir todo lo que te he dicho y sabes que no bromeo HER-MA-NI-TO. ¿Quién se atrevía a desafiarlo de esa manera? ¡Claro!, otro Sanz, uno que por lo menos conocía el amor y respeto a las personas sin importar su clase social o personalidad. Para este chico todas las personas eran iguales, hasta que demostraran lo contrario.
Lucía Balstone pensó que había elegido al hombre adecuado para pasar el resto de su vida, pero fue él quien acabó con su vida. Su matrimonio de diez años parecía una broma cuando su esposo la apuñaló con una daga. Afortunadamente, Dios nunca está ciego ante las lágrimas de las personas. Lucía tuvo una segunda oportunidad. Ella renació a la edad de 22 años, antes de que sucedieran todas las cosas terribles. ¡Esta vez, estaba decidida a vengarse y dejar que aquellos que la lastimaron pagaran! Hizo una lista elaborada de sus objetivos, y lo primero en su lista era casarse con el peor enemigo de su exmarido, ¡Alonso Callen!
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Todo el mundo pensaba que Lorenzo quería de verdad a Gracie, hasta el día de la operación de corazón de su hija. Para sorpresa de Gracie, Lorenzo donó el preciado órgano que necesitaba su hija a otra mujer. Desolada, Gracie optó por el divorcio. Impulsada por su necesidad de venganza, Gracie se unió al tío de Lorenzo, Waylon, y orquestó la caída de Lorenzo. Al final, este se quedó sin nada. Consumido por el remordimiento, él suplicó por una reconciliación. Gracie pensó que era libre de seguir adelante con su vida, pero Waylon la retuvo con un abrazo. "¿Pensaste que podías abandonarme?".