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-Ugh...ahhh. ¿Qué? ¿Ra...Rafael hijo? ¿Hijo estas bien? Ugh. -Los hemos encontrado, trae el equipo vamos a sacar a la conductora. -¿Qué... Ugh quién? ¿Rafael amor...Hijo? -¡Señora! ¡Señora ¿me escucha?!¡No cierre los ojos, mi equipo viene en camino la sacaremos del vehículo de inmediato pero no se mueva, trate de quedarse lo más quieta posible hasta que podamos sacarla! ¡Estamos al borde del barranco así que evite hacer muchos movimientos! La mujer observo a un bombero mirarla por la ventana del vehículo mientras este abría cuidadosamente la puerta para sacar a la mujer del interior del auto. -No...no por favor mi hijo, saquen a mi hijo primero. -¿Hijo? Espere. El bombero colgándose por unas cuerdas para mantenerse en pie y no caer por el barranco observo los asientos traseros del vehículo, quedándose completamente en silencio.
-¿Mamá falta mucho para llegar a casa de los abuelos?
-No, no Rafael no falta tanto llegaremos en una media hora hijo, toma puede ver una película mientras tanto.
Una madre junto a su hijo viajaban en su auto a ver a sus familiares al otro lado de la ciudad, los abuelos del niño vivían en el campo por lo que era el lugar perfecto para unas vacaciones, la mujer era madre soltera ya que el padre del niño la había abandonado cuando era joven, esta crio a su hijo sola y logro salir adelante por su propia cuenta, obteniendo muchos éxitos en su carrera y teniendo lo que siempre deseo para que así su hijo tuviera una vida con menos dificultades.
-Mamá la señal de la tableta está fallando, ¿será por la lluvia?
-Si hijo, trata de reiniciar la señal para ver si funciona, aunque con esta lluvia será difícil tomar señal desde el auto, llegando a casa de tus abuelos podrás jugar mejor.
La mujer miro por el espejo retrovisor a su hijo quien iba sentado el asiento trasero del auto, fue entonces de la nada un camión a gran velocidad se volcó impactando directamente con el coche de la mujer, esta hace maniobras inútilmente para mantener el auto sin tantos impactos pero la carga del camión se cae sobre el pavimento haciendo caer el coche por el barranco.
-Ugh...ahhh. ¿Qué? ¿Ra...Rafael hijo? ¿Hijo estas bien? Ugh.
-Los hemos encontrado, trae el equipo vamos a sacar a la conductora.
-¿Qué... Ugh quién? ¿Rafael amor...Hijo?
-¡Señora! ¡Señora ¿me escucha?!¡No cierre los ojos, mi equipo viene en camino la sacaremos del vehículo de inmediato pero no se mueva, trate de quedarse lo más quieta posible hasta que podamos sacarla! ¡Estamos al borde del barranco así que evite hacer muchos movimientos!
La mujer observo a un bombero mirarla por la ventana del vehículo mientras este abría cuidadosamente la puerta para sacar a la mujer del interior del auto.
-No...no por favor mi hijo, saquen a mi hijo primero.
-¿Hijo? Espere.
El bombero colgándose por unas cuerdas para mantenerse en pie y no caer por el barranco observo los asientos traseros del vehículo, quedándose completamente en silencio.
-Señora...
-Sa...sáquenlo a el primero por favor, mi hijo sáquenlo...ayúdenlo a él por favor, por favor.
El bombero se queda en completo silencio y luego asiente a las palabras de la mujer sacando al niño de once años del asiento trasero, a los minutos después regresa con la mujer y la saca con gran delicadeza, al subir y llegar arriba del barranco él bombero deja a la mujer en una camilla mientras esta pregunta por su hijo.
-Mi hijo ¿Cómo está mi niño?, por favor díganme como esta mi hijo por favor.
La mujer ve como todos se quedan en silencio y luego la suben en la ambulancia donde ella poco a poco pierde el conocimiento. Al despertar se ve en una habitación completamente blanca la cual tiene un fuerte olor a desinfectante "el hospital, estoy en el hospital... ¡Rafael! ¡Mi niño ¿Dónde está?!" La mujer se levanta rápidamente de su camilla gritando el nombre de su hijo mientras cuatro enfermeras y un doctor entraron a la sala para atenderla.
-Señora, señora cálmese tiene que volver a la camilla.
-¡No díganme ¿Dónde está Rafael?¿cómo está mi hijo?
-Señora... eh...lo sentimos.
Las palabras del médico retumbaron en los oídos de la mujer haciéndola desplomarse de rodillas sobre el piso, "¿Lo sentimos? ¿Por qué me dicen eso?" la mujer podía entender claramente a lo que se refería el medico pero no quería creerlo, ella era consiente que el impacto de la colisión había sido demasiado fuerte, tanto como para haber hecho que el auto cayeron por el barranco.
-No, ¿Qué está diciendo? ¿Díganme dónde está mi niño? ¡Llévenme con Rafael ahora!
Grito la mujer desesperada por volver a ver a su pequeño y amado hijo de tan solo once años.
-Señora por favor cálmese, sus heridas aún no están curadas los puntos podrían abrirse.
-¡Déjenme no me toquen! ¡Quiero ver a mi hijo ahora!
Grito la mujer.
-Señora...
-Llévenla...llévenla a ver al niño.
La mujer salió de la sala en silla de ruedas encontrándose en el pasillo con sus padres quienes se habían enterado del accidente a pocas horas del hecho, estos estaban destrozados en la sala de espera mientras la mujer se dirigía a la morgue a ver a su hijo, "esto no es verdad...no, no es verdad, Rafael está bien, él tiene que estar bien...mi niño por favor" se decía la mujer una y otra vez a sí misma.
Al llegar a la morgue la enfermera acompaño a la mujer a ver el cadáver de su hijo, esta paso entre las mesas metálicas del lugar hasta que vio una pequeña bolsa desechable con un pequeño cuerpo en su interior "No" la mujer se acercó poco a poco a la bolsa abriendo la cremallera de la esta encontrándose directamente con el rostro de su hijo casi irreconocible "todas estas heridas...Rafael, mi niño...no, no puede ser mi niño no" la mujer cayó al suelo sujetando la mano fría de su pequeño hijo mientras lloraba desconsolada en el suelo de la morgue.
-Señora, lo siento mucho.
En un viaje entre amigos un accidente se hace presente y uno de estos se sacrifica por salvar a su mejor amigo del cual a estado enamorado secretamente.
Melody se quedó en silencio y luego dando un gran suspiro se paró en seco en medio de la vereda y corto la llamada “Ya es suficiente no aguantare esto” pensó mientras apagaba el móvil para no tener que seguir aguantando a Francisco, fue entonces que al llegar a la plaza cercana y sentarse en esta pudo escuchar un ruido a su lado, Melody observo con cuidado encontrándose con un hombre en traje sentado en el suelo sobre el césped, este tenía su cabeza agachada por lo que Melody no podía ver claramente su rostro, fue por esto que ella preocupada se acercó aún más y hablo con cuidado. -Eh… joven ¿se encuentra bien? ¿Necesita que le llame un taxi? Pregunto Melody preocupada escuchando al hombre maldecir en voz baja, fue entonces que este levanto la mirada y miro a Melody directamente a la cara dejando ver hermosos ojos verdes bajo unas largas y negras pestañas, piel blanca y labios carnosos los cuales provocaban una increíbles ganas de morderlos “Contrólate Melody es un completo desconocido” se dijo a si mismo Melody mientras observaba aturdida al hombre frente a ella, este al verla pareció sorprendido por un minuto y luego sonrió gentilmente antes de hablar.
¡A la horca! Esas palabras resonaron en toda la sala. Adela cayo sobre sus rodillas al escuchar aquella condena tan injusta que se le había impuesto, “yo no lo hice” se repitió en su cabeza. Despues de descubrir quien habia hecho tan miserable a su familia y la habia inculpado fue directo a la horca mirando el rostro satisfecho de su enemiga. Es demasiado calido, Adela abrio los ojos y se encontro con cuatro paredes que ella conocia muy bien. -Esta vez salvare a mi familia.
Los rumores decían que Lucas se había casado con una mujer poco atractiva y sin antecedentes. En los tres años que estuvieron juntos, se mantuvo frío y distante con Belinda, que aguantó en silencio. Su amor por él la obligó a sacrificar su autoestima y sus sueños. Cuando el primer amor de Lucas reapareció, Belinda se dio cuenta de que su matrimonio era una farsa desde el principio, una estratagema para salvar la vida de otra mujer. Entonces firmó los papeles del divorcio y se marchó. Tres años después, Belinda regresó convertida en un prodigio de la cirugía y una maestra del piano. Perdido en el arrepentimiento, Lucas la persiguió bajo la lluvia y la abrazó con fuerza: "Eres mía, Belinda".
Kaelyn dedicó tres años a cuidar de su esposo tras un terrible accidente. Pero una vez recuperado del todo, él la dejó de lado y trajo a su primer amor del extranjero. Devastada, Kaelyn decidió divorciarse mientras la gente se burlaba de ella por haber sido desechada. Después se reinventó, convirtiéndose en una cotizada doctora, una campeona de carreras de auto y una diseñadora arquitectónica de fama internacional. Incluso entonces, los traidores se burlaban con desdén, creyendo que ningún hombre iba a aceptar a Kaelyn. Pero entonces el tío de su exesposo, un poderoso caudillo militar, regresó con su ejército para pedir la mano de Kaelyn en matrimonio.
Después de tres años de matrimonio sin amor, la traición de Neil hirió profundamente a Katelyn. Ella no perdió tiempo y rápidamente se deshizo de ese canalla. Tras el divorcio, se dedicó a su carrera profesional. Alcanzó la fama como diseñadora, doctora y hacker brillante, y se convirtió en un icono venerado. Neil, consciente de su grave error, intentó en vano reconquistarla, solo para presenciar su magnífica boda con otro. Mientras sus votos se retransmitían en la mayor valla publicitaria del mundo, Vincent deslizó un anillo en el dedo de Katelyn y declaró: "Katelyn es ahora mi esposa, un tesoro de valor incalculable. Que todos los que la codicien tengan cuidado".
Se rumoreaba que Fernanda, recién vuelta con su familia, no era más que una violenta pueblerina. Pero Fernanda se limitaba a esbozar una sonrisa despreciativa. Otro rumor sugería que Cristian, normalmente racional, había perdido el juicio, locamente enamorado de Fernanda. Esto la frustró. Podía tolerar los cotilleos sobre sí misma, ¡pero calumniar a su amado era pasarse de la raya! Poco a poco, a medida que salían a la luz las múltiples identidades de Fernanda como célebre diseñadora, experta jugadora, reconocida pintora y exitosa magnate de los negocios, todos se daban cuenta de que eran ellos quienes habían sido engañados.
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".
Corinne dedicó tres años de su vida a su novio, pero todo fue en vano. Él no la veía más que como una pueblerina y la dejó sola en la boda para estar con su verdadero amor. Tras ser despechada, Corinne recuperó su identidad como nieta del hombre más rico de la ciudad, heredó una fortuna de mil millones de dólares y acabó llegando a lo más alto. Pero su éxito atrajo la envidia de los demás, y la gente trató constantemente de hundirla. El Sr. Hopkins, famoso por su crueldad, la animaba mientras ella se enfrentaba uno a uno a esos alborotadores. "¡Así se hace, cariño!".