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Para él, ella no era más que la mujer que había tratado de casarse a toda costa con él, por su fortuna, estatus y posición social. Cinco años estuvieron casados, años tortuosos y llenos de humillaciones. Poco a poco, el amor que llegó a sentir por él se fue desvaneciendo. Cuando el verdadero amor del hombre regresó, ella supo que era el momento de apartarse y acabar con su matrimonio. Pensando en él, decidió firmar los papeles de divorcio e irse. Quería que ese acto de consideración fuera como un último regalo para él. Sin embargo, lo que le esperaba era un abismo de ira y silencio. Pero estaba cansada de depender de otros, esta vez quería vivir por y para ella misma. ¿Adónde los llevará su historia?
Una cantidad de autos lujosos atravesaban las puertas del hotel como una baraja bien mezclada. Las celebridades y los peces gordos de la Ciudad A se habían reunido aquí ese día para celebrar y honrar el prestigioso trigésimo aniversario de Soaring Group.
Poco después, un Volkswagen Phaeton, con un elegante acabado de pintura metálica, se detuvo en la entrada y el botones se adelantó para abrir la puerta.
Melinda Mo brincó del auto, claramente con mucha prisa. De hecho, casi se perdió el banquete, no por culpa suya sino porque no había recibido la invitación hasta mucho más tarde.
"¿Dónde está Jonas?", preguntó ella con ansiedad.
"El señor Gu ya está aquí. Se encuentra en el salón de banquetes en este preciso momento".
Levantando suavemente el dobladillo de su vestido rojo, Melinda se dirigió al salón sin más demora. El salón de banquetes era un gran espacio, por no decir más. Las paredes estaban cubiertas con un papel dorado brillante y en el medio del techo sobre la mesa de roble tallado había un candelabro. La cubertería de plata pulida era pesada para la mano y brillaba con la luz de metal. En las mesas había copas de vino vacías y servilletas dobladas a juego con la alfombra. El lugar estaba invadido por mujeres hermosas, mostrando sus espectaculares joyas y los jóvenes apuestos, riendo y charlando sobre negocios y política.
La mujer vio a primera vista al hombre que estaba buscando. Él parecía tan frío, pero a la vez había algo muy atractivo en la indiferencia de su bello rostro. Aunque estaba rodeado por la multitud, no se le veía perturbado en absoluto.
Melinda sonrió ligeramente. Como no quería llamar mucha atención, todo lo que quería era atravesar el concurrido lugar sin que nadie se diera cuenta y ponerse al lado de Jonas, pero pronto la sonrisa de su rostro se desvaneció.
Bien agarrada del brazo del hombre, una mujer voluptuosa de cabellera oscura le susurraba al oído de vez en cuando. Nadie podía saber lo que le decía, pero parecía suavizar su dura expresión.
Como si estuviera atrapada bajo el agua, todo alrededor de Melinda se detuvo, su corazón se quedó en silencio casi inmediatamente. Entonces, en un rápido y nervioso movimiento, se escondió en un rincón. Por si fuera poco, la serpiente escurridiza que abrazaba a Jonas llevaba el mismo vestido rojo que ella.
Ella pisoteó el suelo con ira, al darse cuenta de que los miembros de la familia Gu no pasarían una oportunidad como esa para humillarla en público. De todas las personas del mundo, ¿por qué él tuvo que elegir a Holley Huang, una mujer cuyo mayor logro en la vida fue convertirse en una de las hetairas de la alta sociedad más famosas de la Ciudad A? Y sobre todo, ¿por qué tuvieron que usar la misma vestimenta? No le sorprendería si mañana se convirtiera en el hazmerreír de todos por tener el mismo gusto por la moda que una modelo vulgar.
Corrió al baño de damas a la primera oportunidad que tuvo y cerró la puerta con llave. Tras mirarse en el espejo, viendo la desesperación en su rostro, se sintió frustrada y al mismo tiempo dolida. Se arrancó la correa de su vestido y un largo trozo de su falda en la parte inferior que arrastraba por todas partes. Por suerte, el forro de la prenda era tan delicado y minúsculo que los cambios pasarían desapercibidos a simple vista.
Después de un rato, salió con un vestido largo sin tirantes y un par de guantes de seda negros. Adicionalmente, la negrura de su radiante cabellera larga y la combinación de colores rojo y negro irradiaban en ella una fina elegancia.
"¿Melinda? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué no estás con Jonas?". Melinda reconoció inmediatamente la voz sin siquiera voltear a mirar, ya que su tono de clase alta le decía que era la única Yulia Gu, la joven hermana de Jonas.
Entonces, forzando una sonrisa en sus labios, Melinda asintió gentilmente. También había notado que ese hombre los miraba de cerca antes de que aparentara que no la conocía.
Yulia se acercó a ella, levantando el mentón de manera arrogante.
"Hermano, ¿no vas a saludarla?".
Al escuchar estas palabras, todos miraban a Melinda llenos de simpatía, dándose cuenta de que era esposa de Jonas y que realmente no tenía posición en la familia Gu, ya que su supuesto esposo tenía como compañera una modelo de baja categoría.
Por otro lado, ella no permitió que nada de esto la entristeciera, ni siquiera ver a su marido con su amante logró hacerla caer. Es más, nadie podía saber lo que tramaba detrás de esa sonrisa inquebrantable.
"Descuida. Además, sería más conveniente para él estar acompañado por una persona como la señorita Huang en estas ocasiones". Con solo unas simples palabras, Melinda insinuó que Holley era solo una mujer fácil que servía para ayudar a su esposo a complacer los negociantes presentes.
Yulia se rio disimuladamente, pero cuando se dio cuenta de su vestido, se carcajeó, señalando el hilo suelto de su cintura.
"Oh, querida, ¿dónde compraste este vestido? ¿Acaso mi familia no te dio suficiente dinero para vestirte con algo más decente? ¡Qué miserable eres!", dijo ella sarcásticamente.
La mayoría de las personas sabían que Melinda provenía de origen humilde y que su familia no estaba muy bien económicamente, lo que los llevó a pensar que se había casado con los Gu por interés. Como era de esperar, un grupo de ricos encontraban muy divertidas las palabras de Yulia, incluso se taparon la boca para disimular su risa burlona.
Entonces Melinda apartó la mirada sin decir una palabra y permaneció indiferente. Comparado con las humillaciones que había sufrido por parte de aquella familia a lo largo de los años, era algo insignificante.
"¡Ya es suficiente!", gritó Jonas. Quizá temía que su hermana dijera algo vergonzoso, así que la detuvo de inmediato. "No te pases de la raya".
Con una mirada de disgusto, Yulia miró con desdén a Melinda y la hizo a un lado.
Si no fuera por su inquebrantable fuerza mental y fortaleza, Melinda estaría totalmente devastada por lo sucedido. Cuando ella notó el hilo suelto que colgaba de su vestido, se sintió tan avergonzada que ni siquiera podía hablar.
Al principio, Melinda pensó que quizá su esposo no estaba consciente del comportamiento de su hermana, pero la arrogancia de su voz sugería que no tendría las agallas para hacer nada sin el consentimiento de Jonas.
Después, levantó lentamente la cabeza y le sonrió.
"Voy a descansar un poco", le dijo, dándose la vuelta para salir sin esperar que respondiera. Además, no quería derramar otra lágrima más por ese hombre, al menos, no delante de él.
Trataba de sacar la tristeza dentro de su pecho, que era como una espina de pescado atascada en su garganta. Recordando aquellos días que había pasado con la familia Gu, Melinda sonrió amargamente.
De hecho, sin la aprobación de Jonas, ¿quién tendría el coraje de humillar a su esposa?
Apartándose de la vista de todos, se sentó en una esquina del salón, pero aun así su intento por esconderse falló al ver que Holley estaba sentada a su lado.
"Señorita Mo, me alegro de verla aquí", le sonrió levantando su copa.
Melinda no parecía preocupada por la forma en la que se dirigió a ella, en vez de eso, mostrando una sonrisa, dijo: "Su reputación la precede, señorita Huang".
Holley levantó una ceja ante su comentario, pues no esperaba encontrar tanta elocuencia de una mujer a la que acababan de insultar.
"No importa lo famosa que me vea, nunca podré estar a la altura de la fabulosa señorita Mo. Si la gente se da cuenta de lo indiferente que es al ver a su esposo con otras mujeres, pueden pensar que solo le interesa su riqueza".
"¿Y qué me dice usted, señorita Huang? Andar con un hombre casado, coqueteándole. ¿Acaso está dispuesta a ser su amante porque lo quiere o por el dinero de la familia Gu?". Melinda se burló y pensó: '¿Acaso cree que puede hablarme con desprecio solo porque se lo permití a Yulia?'.
De pronto, la expresión de Holley se oscureció casi instantáneamente.
"Señorita Mo, eso fue bastante bajo, incluso para alguien como usted. Por otra parte, tal comportamiento grosero es de esperar de alguien que no entiende lo que significa la dignidad".
"Le aconsejo que elija muy bien sus palabras para la próxima. No olvide que todavía estoy legalmente casada con Jonas. Además, aunque nos separemos, ¿qué le hace pensar que tiene la oportunidad de ser su esposa?", sonrió Melinda irónicamente. Ella había compartido la misma cama con este hombre durante muchos años, por lo que sabía que había alguien más en su corazón, y esa persona no era ni ella, ni Holley.
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