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– ¡Estas Casada! – exclamo muy formal – ¡Por lo tanto eres mi esposa! – seguía serio y eso me hacía sentir espasmos. – ¡No! – grite enojada – ¡No soy tu esposa, yo no firme nada, no lo hice! – señalo el papel tendido sobre el escritorio. – Si, lo hiciste hace un año y no leíste lo que estaba escrito – mi corazón de acelero – ¡Caíste como una estúpida Maia! – – No puede ser cierto – susurre mirando sus ojos mientras lagrimas amenazaban con salir de mis ojos. – Hasta que la muerte nos separe.
Hay momentos en la vida en que solemos cometer errores, errores de los cuales más adelante solemos entender la gravedad de nuestras acciones. Sin embargo, hay tres fases por las que se suele pasar una vez que cometemos los errores de la vida.
La primera fase; conocida como la reflexión, en donde meditas y sacas conclusiones acerca de como sucedió y porque lo hiciste.
La segunda fase; se le es llamada arrepentimiento, momento en el que no aceptas que el error y solo intentas disfrazarlo para que así crean que tu no tuviste la culpa y poder salir ilesa.
Y la tercera fase; la aceptación, aceptas que el error no fue tan malo y que debes aprender a vivir con ello.
¿Por qué digo todo esto?
Por la simple razón de que cometí un grande error.
Y ninguna de esas estúpidas fases me ha ayudado a aceptar que firme una maldita acta de matrimonio.
***
Se prohíbe la copia de esta historia, como adaptación o plagios.
Esta historia contiene violencia, lenguaje inapropiado, escenas sexuales.
Si eres una persona sensible este cliché no es para ti.
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Es una historia original, escrita por Alexandra Aguiar.
Que la disfruten.
Charlee fue abandonada en la boda y se convirtió en el hazmerreír de todos. Intentó mantener la cabeza alta, pero acabó humillada cuando recibió un vídeo sexual de su prometido y su hermanastra. Devastada, pasó una noche salvaje con un atractivo desconocido. Se suponía que iba a ser cosa de una sola vez, pero él siguió apareciendo, ayudándola con proyectos y venganzas, todo mientras coqueteaba con ella constantemente. Charlee pronto se dio cuenta de que era agradable tenerlo cerca, hasta que su ex apareció de repente en su puerta, rogándole otra oportunidad. Su amante magnate le preguntó: "¿A quién vas a elegir? Piensa bien antes de contestar".
Xavier Devereaux, un Ceo y magnate multimillonario y dueño de una de las farmacéuticas más importantes del mundo, es conocido por su rectitud, elegancia y carácter amable. Sin embargo, una traición de las personas más cercanas a él hará que su vida cambie de la peor manera. En una noche que debía ser de celebración, Xavier es drogado y engañado por su prometida y su propio hermano, quienes lo manipulan para que crea que ha estado con su prometida en la intimidad. Pero algo no cuadra. La mujer que estuvo en su cama esa noche no era quien decía ser. Fingiendo ignorancia, Xavier decide investigar. Sus indagaciones lo llevan a descubrir a Aitiana, una joven de origen humilde, contratada para ser parte del engaño. Lo que comienza como una búsqueda de respuestas se complica cuando descubre que Aitiana está embarazada de él. Furioso y decidido a controlar la situación, Xavier la lleva a su mansión, convirtiéndola en su prisionera, pero también en el centro de su obsesión. En medio de la desconfianza y los secretos, Aitiana deberá enfrentarse no solo al poder de Xavier, sino también a sus propios sentimientos. Lo que comenzó como un engaño terminará poniendo en juego sus corazones y desenterrando verdades que cambiarán sus vidas para siempre.
Henrik, un joven paranoico de una familia rica, creía que las mujeres eran oportunistas y materialistas. Y por eso que consideraba a Noreen una mujer frívola que lo desdeñaba por su discapacidad. Para vengarse de la muchacha, se disfrazó de mecánico de automóviles y se casó con ella. Al principio, se puso la máscara de un esposo amoroso que se preocupaba por su esposa, pero en realidad, no sentía nada por ella. Todo era una estratagema para que ella cayera en su trampa. Sin embargo, una cosa llevó a la otra y el plan de Henrik lentamente se salió de su control. No fue hasta que finalizó el divorcio que se dio cuenta de lo tonto que había sido. Comprendió que Noreen no era como otras mujeres en absoluto y que estaba locamente enamorado de ella. Hizo todo lo posible para recuperarla. Pero Noreen frunció el ceño y se burló: "Señor Sanchez, debes haberme confundido con otra persona. Nunca me casé contigo. Mi exmarido era solo mecánico de autos, y tú eres el hombre de negocios más rico del país. No creo que comparten ningún parecido entre ustedes dos. Por favor, te agradecería que dejaras de molestarme". Devanándose los sesos para encontrar la forma de reconquistarla, Henrik soltó: "Para ti, puedo volver a ser ese mecánico de autos. Estoy dispuesto a renunciar a todo lo que tengo para reparar los daños. Por favor, regresa a mí, cariño". Eso dejó a Noreen totalmente soeprendida. ¿Qué le estaba pasando a ese hombre arrogante?
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".
"Estuve enamorada del CEO dominante, Credence Scott, durante diez años. ¡Y finalmente me casé con él! Se suponía que yo era una mujer feliz que se casaba con la persona que amaba. Sin embargo, Credence me odiaba. En nuestro matrimonio de cuatro años, rara vez se acostó conmigo y me culpó por matar a su padre. Nunca hice eso. ¡Fue mi hermana, Rosalie, quien me había tendido una trampa! La parte más desconsolada fue que Credence nunca creyó en mí. Bien, será mejor que acabe con mi vida. Pero fue entonces cuando Credence me reveló su ternura... "
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…