/0/1842/coverbig.jpg?v=82b13df8891129af3c811c6021b8bb1f)
Elián después de fracasar en su último intento de impresionar a su padre con sus estudios para hacerlo cambiar de opinión sobre los matrimonios forzados, decide cambiar su estrategia y utilizar esa inteligencia a su favor. Por lo cual, con el pretexto de un estudio para su segunda tesis y con su padre lejos para opinar sobre el tema de investigación, Elián intercepta a "Argus Borge", un chico campesino iluso el cual con engaños y manipulaciones tratara de seducir para utilizar a su favor a lo que conoce desde su perspectiva como... esa terquedad que le da a las personas cuando se enamoran.
- ¿Y qué piensas?
Sin duda que la época que más les sentaba bien a los alumnos era cuando dejaban un poco de lado los libros en sus horas libres.
Era una escuela amplia con maestros relajados, así que no vendría tanto al caso que estos reprendieran a los alumnos por tomarse un pequeño descanso por ahí en sus horas libres... o algo parecido a eso.
- ¿Qué es lo que pienso sobre qué? -Respondió el chico castaño después de un leve suspiro al apagar la pantalla de su celular-
Al parecer la hora libre era lo bastante buena como para tontear en la clase de educación física de su amigo Asher.
O al menos eso trataba de pensar Argus. Después de todo su estancia en la institución no le estaba sentando del todo bien. Comenzaba a extrañar mucho los brazos y consejos de su madre los cuales perdió después de que meses atrás convenciera a sus padres de cambiarlo a una escuela con mejores recursos en la ciudad junto a sus amigos.
Que mejor excusa que esa para no hablarles de la chica que intento perseguir para llevar un mejor noviazgo y que a los pocos meses esta lo abandono.
- ¿Qué piensas de las chicas haciendo ejercicio? Estoy envidioso de su excelente condición física, incluso después de sus rutinas tienen aliento para terminar contigo -Dijo con una gran sonrisa para después soltar una gran carcajada en la cara del castaño-
-Agh... otra vez con lo mismo -Respondió molesto tras fruncir el ceño y chasquear su lengua-
Claro que cuando sus amigos se enteraron de la noticia lo confortaron, sin embargo, al ser un tema tan viejo, poco a poco este comenzó a ser material cómico para ellos.
- ... Solo fue una pequeña broma. Ya supérala y busca a alguien más
- Como si eso fuera tan fácil -Contesto al ponerse de pie y salir del lugar con unas grandes zancadas-
No eran aun los mejores días para un Argus soltero, y no era que sus amigos tuvieran la culpa por hacer chistes sobre ello, el tema a tratar era él mismo, ya que en sus planes nunca estuvo terminar ese noviazgo.
Estaba encaprichado con el tema aun cuando la chica fue cruel durante todo el tiempo juntos.
¿En qué estoy pensando? -Se pregunto a sí mismo aun molesto. Cerro sus ojos y tomo un pequeño respiro tras azotar fuertemente la puerta detrás suyo.
Era claro que todos conocían al respecto del por qué no dejaba de mirar su celular o sus salidas nerviosas de los lugares donde estuviera su ex novia con su nueva pareja.
Sí... para él era una costumbre hacer ese tipo de acciones repentinas en las que solo desaparecía, por lo tanto, no es que prestara mucha atención a su alrededor. La escuela era muy grande de todas formas para encontrar aglomeraciones de personas que no fueran otro lugar más que la cafetería.
El único inconveniente ahora era que el timbre que marca el fin de su hora libre sonaría muy pronto, así que por obvias razones con el tema de sus "no tan buenas calificaciones" tenía que estar por lo menos presente en clase.
Las opciones eran simples y no muy complicadas, podría esperar el timbre en su asiento o en alguna de las bancas esparcidas por todo el campus.
¿Eso en verdad era lo correcto? -Se pregunto a sí mismo. Cerro sus ojos nuevamente y levemente suspiro.
¿Qué era lo que de verdad lo mantenía en ese lugar?
Sus amigos eran fantásticos, sus noches ahora eran muy divertidas desde que su ex novia había decidido no estar más con él, incluso su dinero por primera vez estaba siendo empleado para comida y pasajes... pero aun y con todo eso existía un vacío que lo hacía sentir insatisfecho consigo mismo, era como si sus piernas fueran atadas y su orgullo lo limitara a mirar solo la pantalla de su celular. ¿No era mejor solo darse un tiempo fuera de esa atmosfera? Incluso si eso significara decepcionar a sus padres.
Aun cuando lo haya pensado demasiado, incluso en las excusas para sus padres, no podía permitírselo. Argus era... ¿cómo decirlo?
Un cobarde.
Argus miro hacia adelante aun con la mirada perdida. Su vista divago por algunos segundos entre el extenso pasillo color hueso, miro con detenimiento las pinturas colgadas en la pared y su vista bajo lentamente hasta un contenedor de basura que estaba hasta el tope.
Exactamente una pequeña bola de papel que había caído de este.
No es que el chico estuviera interesado en la limpieza del lugar, sin embargo, algo en su subconsciente lo guío hasta ahí y lo hizo inclinarse para tomar la pequeña pelota para después ponerla dentro de lo que se suponía que era su lugar indicado.
Pero al momento en que volvió a erguir su cuerpo, una segunda cayó al suelo.
- ¿Ah? -Exclamo confundido y alzo nuevamente su rostro-
La pelota de papel de recién había sido lanzada por alguien, no había resbalado de la cima del contenedor.
¿Ahora estaba interesado o solo molesto?
- ¿Quién está ahí? -Susurro a regañadientes al mismo tiempo en que empujo la puerta-
Misma que cedió golpeando a su paso una pequeña y robusta espalda a su paso haciendo que la persona tuviera un pequeño sobresalto al contacto.
- Así que tú eres el de las hojas de papel -Balbuceo por segunda vez para sí mismo y empuño la hoja entre sus manos-
Podría haber jurado que podría reprender a la persona dentro con alguna broma tonta, después de todo Argus era casi amigo/conocido de todos en la escuela. Pero esta vez le fue imposible recordar a alguien con esa complexión o vestimenta entre sus recuerdos.
Parecía ser un chico con un pequeño cuerpo regordete con extraña apariencia de un suéter con algunas tallas arriba que la suya, su postura incluso era mala en el lugar donde se encontraba sentado con un lápiz y borrador en mano. Al parecer escribía algo en una bitácora.
- ¿Buscas algo en particular? -Pregunto nerviosamente con la mirada baja y estiro pausadamente su brazo- Perdón por tener que molestarte
- A-ah no...solo...-Tartamudeo y paso su mano torpemente detrás de su cabello- En verdad no tenía planeado que tu escucharas eso...-Dijo por último antes de soltar una pequeña risa incómoda-
¿Qué más podía decir?
La atmósfera ahora era incómoda.
El extraño después de tomar la pelota de papel no aparto nunca su vista curiosa del moreno antes de que este pudiera darse la vuelta y escapar del aula, que como punto a resaltar estaba vacía y llena de polvo.
Era de una de esas aulas viejas fuera de uso y bajo llave que toda escuela tenía.
Pero si estaba bajo llave, ¿qué hacía ese chico de lentes gigantes dentro? ¿A caso debería de informarle a la escuela que había un extraño husmeando en las instalaciones?
- Disculpa...
Incluso su voz parecía un tanto extraña si ponías un poco más de atención.
¿A caso era un chico extranjero? No parecía que el idioma en el que hablaba fuera su lengua materna.
Tal vez debería ser amable y comprensivo -Pensó Argus un poco confuso al girar su vista hacía el chico y atender su llamado.
- ¿Podría medir tu cráneo?
- ¿Perdón?
La petición fue muy clara, pero ese no era el problema en cuestión para el castaño.
- ¿Puedo utilizar tu cráneo como modelo?... -Continuo con su petición extraña. Tornándose más sería cuando de su bolsillo saco una cinta de medir- Solo será un momento
Argus estaba perplejo, confundido y sobre todo... muy incómodo.
Jamás pudo haberse imaginado que un día despertaría y se arreglaría para que un loco estudiante extranjero pidiera medir su cráneo.
- ¿Y-Yo? ¿Por qué me lo pides a mí? Yo... Esto es tan extraño -Tamboreo con las yemas de sus manos bailarinas sobre sus delgados muslos-
- ¿Ves a alguien más por aquí? Si no necesitara de alguien más no estaría pidiéndotelo -Estiro con fuerza la cinta- El mío es muy pequeño para utilizarlo como modelo. Solo tomara algunos segundos -Continúo insistiendo mientras se acercaba lentamente al delgado hombre frente a él, mismo que variaba entre un loco o un estudiante de intercambio al escribir una pequeña descripción del sujeto en la información en su cerebro- ¿Puedo?
- Claro... ¿por qué no? -Sonrió amigablemente inquieto-
Lo único que podía hacer ahora era confiar en los cielos y esperar a que la persona cumpliera lo que decía o que por lo menos acabara con su vida lo más rápido posible.
¿A caso lo pondrían de titular en algún periódico o programa de noticias?
Su asesino sería una persona de la cual con su estatura y fuerza podría noquear incluso con su brazo izquierdo. Tal vez solo llegaba a los 5 pies de alturas y un poco más con mucho trabajo.
Pero incluso viéndolo de esa forma, las posibilidades de morir a manos tan pequeñas no eran nulas.
Y claro, mientras Argus lloriqueaba en su mente una cosa completamente diferente pasaba desde la perspectiva del rubio, quien lo observaba aun con detenimiento desde su pequeña estatura.
Aun no hacía ningún movimiento, quería medir el cráneo de Argus, pero era obvio que su estatura no se lo permitía.
- ¿Ya? -Dijo aun con los ojos cerrados-
Era obvio que entre sus preocupaciones no estaba contemplado el hecho de que esa persona tan pequeña que ahora le daba vueltas en la cabeza con el titulo de asesino serial no alcanzaba a cumplir lo que pidió con tan poca altura.
- SI. Quiero decir ¡no! Espera un segundo
El extraño tenía que pensar rápido si no quería perder su oportunidad al momento en que Argus tuviera que salir corriendo hacia su salón al escuchar el timbre de entrada.
Así que como ultimo recurso obvio tomo la silla donde anteriormente estaba sentado. Algo tan fácil y practico que segundos después sus manos estaban haciendo su trabajo.
Algo que para Argus fue una eternidad y algo doloroso como para tratarse solo de una medición, sin embargo, se lo atribuyo todo a su nerviosismo.
- Listo
Fue la palabra que exclamo al bajarse de la silla, y solo de esa forma Argus se permitió a si mismo regresar la paz a su cuerpo. Ahora no podía creer que se había comportado como un completo tonto con ese chico que desde el principio no quería hacerle daño.
Argus abrió lentamente un ojo y después ambos, exhalo con profundidad y relajo su vista dejándola caer sobre la libreta del pequeño chico que apuntaba con agilidad en un idioma ajeno al suyo. Era un tema raro y un poco confuso, pero no estaba en peligro de muerte.
¿Qué es lo que estará escribiendo? ¿Esto es lo que le dejan como tarea a los alumnos de nuevo ingreso? -Decía entre si mientras husmeaba entre los apuntes de "Elián". Si su ingles no le fallaba, la parte superior de su hoja tenía su nombre grabado.
Y bueno, de esa forma es como su mente comenzó a divagar.
Tal vez por la atmosfera callada o lo cansado que se sentía de un momento para otro, su mente intentaba ponerse activa observando aun los movimientos de Elián sobre su bitácora, llevándolo así a pensar que era un desperdicio usar una bitácora tan bonita para tontos apuntes escolares.
De repente las cosas a su alrededor comenzaban a moverse de un lado hacia otro obligándolo de esta forma a sentarse. Si lo pensaba mejor tal vez era su culpa por haberse saltado nuevamente la hora de comida y reemplazar su desayuno a la pasta dental que comió accidentalmente al lavarse los dientes esta mañana.
Al fin y al cabo, siempre pensó que eso de sentirse deprimido no era lo suyo.
Después de todo su sistema decidido cobrarle factura en el lugar menos indicado para intentar desmayarse. Un aula vieja que nadie visitaba junto a un completo extraño que acababa de medirle el cráneo.
- ¿Cuántos años tienes? -Se escucho a lo lejos al mismo tiempo que sus ojos luchaban por que no se cerraran-
Jenna Murphy se había casado con Hansen Richards, el hombre al que amaba desde la infancia pero el que más la odiaba. Ella creía que él finalmente la amaría. Pero antes de que su sueño se hiciera realidad... Un accidente automovilístico terminó con la vida de su padre y llevó a su madre que estaba entre la vida y la muerte en la unidad de cuidados intensivos del hospital. Su descarado y codicioso tío aprovechó la ocasión y les robó todas las propiedades. Para conseguir los honorarios del cirujano que atendía a su madre, Jenna solo podía estar de acuerdo de divorciarse de Hansen. Pero Hansen la invitó a la fiesta de cumpleaños de su abuela tratando de salvar su relación. Sin embargo, Jenna encontró algunas pistas que mostraban que el accidente automovilístico que arruinó a su familia tenía alguna relación con Hansen..."" "
Madisyn se quedó de piedra al descubrir que no era hija biológica de sus padres. Luego la verdadera hija de esa familia le tendió una trampa, haciendo que la echaran de casa y se convirtiera en el hazmerreír de todos. Creyendo que era hija de campesinos, Madisyn se sorprendió al descubrir que su verdadero padre era el hombre más rico de la ciudad y que sus hermanos eran figuras de renombre en sus respectivos campos. Todos la colmaron de amor, solo para enterarse de que Madisyn tenía un próspero negocio propio. "¡Deja de molestarme!", dijo su exnovio. "Mi corazón solo pertenece a Jenna". "¿Quién te crees que eres? ¿Mi mujer siente algo por ti?", reclamó un misterioso magnate.
Hace tres años, Avery quedó maltratada y sola por el hombre que más amaba, Dylan, pero ella completó valientemente la ceremonia de la boda mientras estaba embarazada. Tres años después, aunque estaban casados, con el tiempo se distanciaron. Avery se centró en su carrera y ya no creía tontamente en el amor. Pero su transformación instantáneamente hizo que Dylan entrara en pánico... ¿Y cuál es el secreto de hace 11 años que Avery siempre se ha mostrado reacia a revelar? *** "Fue a un bufete de abogados, se reunió con un abogado..." ¿Un abogado? ¿Avery está demandando a alguien? ¿OMS? ¿Existe algún litigio reciente contra la empresa? De repente, Dylan se rió entre dientes con frialdad: "¿A quién podría demandar? Soy el director ejecutivo de esta empresa. ¿Cómo es que ese asunto no me llega a mí primero?" La asistente tragó nerviosamente y habló en voz baja: "Señor, no hay ningún litigio contra la empresa. Se reunió con... un abogado de divorcios".
Hanna Müller es una atractiva estudiante de medicina, que tiene a su cargo a su hermana de ocho años Mia, tras la muerte de su madre hace ya dos años, ella es su única familia. Para poder mantenerla a ambas, Hanna, de día, estudia medicina, pero por la noche hace de acompañante en una agencia de hombres millonarios. Dentro de sus normas, está no tener sexo con sus clientes, además ella tiene novio. Por otro lado, Roy William Miller, es el CEO, tras su padre, Norman Miller, retirarse el año anterior, lleva la dirección del Grupo Miller, aunque comparte sus acciones con sus hermanos, entre ellas está su melliza Alian. La razón por la que trasladó a la sede central de Miller en Londres es porque quería estar cerca de su hermana, ya que no se fiaba del marido de ella. Una noche descubre a su cuñado con otra mujer, una atractiva y deseable mujer que despierta su interés, al igual que su irá al descubrir que esa preciosidad es una mujer que se vende por dinero. Cosas suceden al mismo tiempo que lo cambia todo. Lo principal Mia, la hermana de Hanna, sufre un accidente, que necesita de una operación y una rehabilitación muy larga. Sólo le queda aceptar la propuesta del maldito CEO de ser su amante por un año, sin ninguna restricción por su parte, excepto la de enamorarse.
Pensé que mi matrimonio podría seguir adelante. El amor platónico también era amor, ¿sí? Pero, estaba totalmente equivocada. Resultó que mi marido no tenía nada malo de cuerpo, todo esto solo porque no fui de su gusto. Conmigo, era un hombre anormal en la cama. Pero con mi madre, ¡podría hacer todo lo que ella deseaba! Y el día, ¡los encontré en la cama juntos! Sin querer afrontar a ellos, decidí saltar del puente. Pero un desconocido me impidió, y me ofreció una propuesta especial. Y yo la acepté, y le entregó mi primera vez por capricho. Después de una noche loca, hui de su casa pensando que nunca volvería a encontrarnos. Luego fui a la fiesta de compromiso de mi tía, y ella hizo alarde de su fiancé frente a mí. Pero este era el mismo desconocido que pasó la noche conmigo. ¡¿Y él pronto sería mi tío político?!
Ella cayó en la trampa que la tendieron su prometido y su mejor amiga. Lo perdió todo y murió en la calle. Sin embargo, ella renació. En el momento en que abrió los ojos, su esposo estaba tratando de estrangularla. Afortunadamente, ella sobrevivió a eso. Firmó el acuerdo de divorcio sin vacilación. La joven estaba lista para su miserable vida. Para su sorpresa, su madre en esta vida le dejó una gran cantidad de dinero. Ella dio la vuelta a las tornas y se vengó. Todo le salió bien cuando su ex marido apareció en su vida.