/0/15171/coverbig.jpg?v=a6a8978aeef3846dfaa0fef934931025)
Para un soldado el deber siempre va primero, te lo enseñan desde tus primeros inicios en la academia, el país, tu comandante, la misión... Entrenan tu mente para no cuestionar, para no preguntar, y a mí eso no se me dió bien. Yo siempre cuestiono todo y hago lo que siento que es mejor. Siento, pequeña palabra que me ha metido en apuros más de una vez. Esta es una historia que cuenta con su propio sistema judicial. Aquí el deseo y la lujuria no tiene límites. Alison es una fuerza de la naturaleza, una mujer que arraza con la vida misma si lo cree correcto y no titubea. Si eres sensible y te gustan las historias suaves, esta no es para tí.
Para un soldado el deber siempre va primero, te lo enseñan desde tus primeros inicios en la academia, el país, tu comandante, la misión ... Entrenan tu mente para no cuestionar, para no preguntar, a mí eso nunca se me dio bien.
Y la larga lista de castigos de la fuerza aérea me lo dejó en claro, no servía, no les servía, solo por una razón, yo siempre cuestiono todo y hago lo que siento que es mejor ... Siento, pequeña palabra conflictiva que me metió en más de un apuro una que otra vez.
– ¡Alison, Alison Conor! – escucho tras mi espalda y me encojo de hombros presintiendo la reprimenda que le sigue a mi nombre completo dicho en voz alta, la sentencia más segura de que estoy en problemas.
– Me quedan dos minutos del descanso, Marck – le recuerdo observando el reloj en mi muñeca, lo cual a él le da igual siempre.
– Según el mío no te queda ni un segundo – enfatiza y me preparo poniéndome en pie lentamente para mandarlo al carajo, pero recuerdo que las facturas no se pagan solas, así que con una sonrisa en los labios finjo que me relajo.
– Tú eres el jefe – respondo en cambio pasando por su lado con todo el agrado del mundo mientras me introduzco por el oscuro y sucio pasillo que me lleva al interior del asqueroso bar en el que llevo trabajando por seis meses ya que ningún otro sitio a querido darme empleo.
Digamos que tengo algo de responsabilidad en eso, pero solo un poco, lidiar con cabrones no es lo mío, pegarles un puñetazo en el rostro, sí.
– De nuevo te está fastidiando –. Heily continúa pasando el trozo de tela por sobre la mesa procurando sacar de ella los restos de vomito de algún estúpido que no supo llegar al baño a tiempo. En su cara de asco se trasluce la repugnancia, pero no se detiene.
– No, solo es Marck siendo Marck –. Es un fastidio, ya acepté que llegó a este mundo para hacer mis días más miserables, así de simple. Su único propósito en esta vida es joderme justo cuando creo que ya no puede ser peor.
– ¡Heily, a la cocina!, hay pedidos –. Se acerca nuevamente y su sonrisa marca la venganza y el placer adelantándose a lo que seguirá en sus palabras –. Alison puede recoger la porquería, se le da bien ...
Me adelanto a todo atrapando el puño de Heily antes de que este se alce en contra del pedazo de imbécil que tenemos en frente –. Necesitamos la paga – le recuerdo mientras Marck observa la escena sin comprender que estuvo a nada de caer noqueado por una rubia de 1.72 metros.
Disminuyo el drama sacando el pedazo de tela de entre sus dedos y de paso agarrando un juego de guantes sin protestar. La chica a mi lado solo entorna los ojos sabiendo que esto es lo mejor, no es que estemos en un buen momento financiero. Hace mucho no lo estamos, de ser así no tendríamos estos trabajos de mierda...
– Tío Frank estaría orgulloso de ti, cada día te controlas mejor –. Me observa con atención dando la primera pasada bajo la mirada de Marck que, aunque se ha marchado a la barra, no me deja tranquila.
– Para que veas que los sueños si se hacen realidad –. Putazos de la vida –. Quería una soldado fuerte y dispuesta y aquí me tiene –. Extiendo mis brazos señalando el hoyo de mierda en el que estamos metidas –. Entre soldados limpiando sus porquerías sin protestar.
La carcajada de mi prima llama la atención de más de un oficial que la escanea babeando, meses sin ver un culo tras acuartelamientos, al salir son como perros tras un hueso. Asquerosos, el haberme educado en academias militares me mostró que el uniforme no siempre lo porta un hombre, también un estúpido al que le dan un arma como quien regala a su hijo abusador un bate de beisbol para que golpee a sus compañeros, y es literal.
– Problemas a tus 09:00 – le advierto y con un movimiento ligero lo detecta al instante.
– Dos movimientos – me reta sacando a alusión nuestro juego predilecto.
– Gancho izquierdo – me adelanto y ambas nos regalamos una mirada cómplice.
– Nueve cervezas y contando, no lo resistiría – me advierte como si eso me importara.
– Ese no es mi problema – simplifico.
– Por cosas como esas te sacaron de la academia – resalta tan pequeño detalle.
– No olvides que tú me seguiste – le recuerdo.
– No siempre tomo buenas decisiones – bromea, aunque en el fondo yo opino lo mismo. Ella tenía un brillante futuro, uno que abandonó cuando la corte marcial dictó mi sentencia.
– ¡Oigan! no les pago por perder el tiempo –. Marck se hecha el trapo al hombro dejando de brillar los vasos sacando en cuenta la miseria de salario que nos paga.
– Danos un aumento y deja de recordarme que la paga es una mierda –. Heily se encarga de responderle y antes de que pierda la paciencia mejor con un gesto le indico que vaya a hacer lo suyo.
¿Quién diría que un día yo sería la más responsable de entre las dos?, definitivamente no soy una buena influencia para mi prima.
Perder a mis padres en la guerra de Afganistán fue demasiado duro, era apenas una niña, los necesitaba, más de lo que cualquiera de esos militares podía entender, no estaba lista, y no quería estarlo.
Pero eso es otro tema, para otros momentos.
Justo ahora los residuos de un vomito esperan a ser limpiados. ¡Mierda, odio este jodido trabajo!
Las horas trascurren tan lentas como cada día, los soldados entran y salen y aún son las 9 de la noche apenas y tal pareciera que mi turno nunca va a acabar.
Continúo llevando bebidas a las mesas mientras lidio con más de uno que intenta propasarse repitiéndome que romperles la mandíbula no es una opción, necesito el puñetero trabajo y no tengo paciencia para llenar bolsas en los super.
A cada instante el bar parece estar más lleno, incluso las mesas afuera se encuentran ocupadas, la base militar a pocos kilómetros de acá decidió dejar salir a esta manada de idiotas sin niñera y nosotros pagamos el precio.
– Cinco cervezas para la mesa doce y una botella de vodka para la nueve – le hago el pedido a Heily y de inmediato se pone en ello mientras procuro cobrarles antes de que sus órdenes lleguen a ellos, tengo que asegurarme de que tengan para pagar o Marck nos lo descontará de la paga –. Hijo de puta le queda corto – murmuro para mí viendo que anota la copa de brandi que Heily acaba de tirar, cada día esa pequeña libreta domina mi paciencia.
– Lo siento – se disculpa desde lo lejos sabiendo que eso lo pagaremos también, intento no hacerla sentir mal restándole importancia al asunto, pero lo cierto es que para cuando la noche acabe no nos alcanzará el sueldo ni para pagar la gasolina de regreso a casa.
Llevo las cervezas a la mesa tomando antes de retirarme la paga –. Oye preciosa, al menos dame un beso antes –. El idiota acerca sus labios y a la velocidad de la luz atrapo sus carnosos labios estrujándolos entre mis dedos, sin piedad haciéndolo a un lado.
– No lo creo – aseguro y sus compañeros se ríen viendo su vergonzoso intento de ligar que solo quedó en eso, en un mero intento.
– Eres demasiado creída – consigue hablar apenas lo libero –. Deberías sentirte alagada de que te mire.
No puede ser que este pedazo de imbécil en serio crea que su acoso es mi sueño de romance. Su estado de embriagues no justifica su falta de respeto, sino que acentúa sus instintos lascivos que solo me repugnan.
Ella era la luna, hermosa e inalcanzable, con un lado oscuro y oculto ante todos, y a pesar de su desoladora oscuridad, eso era lo más hermoso en ella. Yo era el sol. Quemándome entre mis llamas a millones de kilómetros, consumiéndome entre mi propio fuego hasta que ella llegó, temí consumirla con mi calor, mi cercanía. Pero no, ella solo brilló con mayor fulgor, ¿cómo puedes brillar con mayor intensidad cundo estás a punto de destruirte?, cómo puedes amar esa destrucción, es imposible, debería serlo, pero para ella nada lo era. Como la luna, me buscó para juntos crear los más bellos amaneceres, pero ambos sabíamos, que para que hubiera un amanecer, debía haber un ocaso. Y eso fue algo que olvidamos. Pero, aun así, el sol dio todo por volverla a ver brillar en el anochecer, aunque para eso, tuviera que apagar sus días. El dio todo por ella, yo doy todo por ti.
¿Alguna vez has sentido ese calor? Uno que te abraza, te enciende, tu vulva palpita, deseosa por ya sentirlo dentro, esa hambre que hace retorcer tus piernas, el deseo sediento por una sola cosa, satisfacer ese calor entre tus piernas con el más abrazador placer. Él está despertando cosas demaciado peligrosas en mí, y no creo tener la fuerza para resistirme, siquiera la sortija en mi dedo que me declara como una mujer casada puede detener las sensaciones de imaginarlo sobre mi cuerpo. Estoy jodida y eso es evidente.
Está historia cuenta con su propio sistema judicial, si eres sensible y te gustan los libros de puro romance, está no es tu historia advierto. La Teniente tiene un buen corazón y alma libre, así como un gatillo seguro siendo una de las mejores francotiradoras reconocidas en el mundo, solo que ahora su gatillo está a servicios de cuidarlo a él... El científico de la mafia roja, Alexander Slova. Uno de los mejores químicos de todo el mundo y capaz de hacer desaparecer a una nación con uno solo de sus cilindros bioquímicos. Las mafias lo siguen, los gobiernos lo buscar, la Teniente es su única opción....
Ethan siempre consideró a Nyla una mentirosa, mientras que ella lo veía a él distante e insensible. Nyla había acariciado la idea de que Ethan la quería, pero se sintió fríamente rechazada cuando se dio cuenta de que su lugar en el corazón de él era insignificante. Como ya no podía soportar su frialdad, dio un paso atrás, solo para que él cambiara inesperadamente de actitud. Ella le desafió: "Si confías tan poco en mí, ¿por qué me tienes cerca?". Ethan, que antes se había comportado con orgullo, ahora estaba ante ella y le suplicó desesperado: "Nyla, he cometido errores. Por favor, no te alejes de mí".
"Estaremos casados por sólo un mes. Después de eso, nos divorciaremos de inmediato". A pesar de que su bisabuelo había arreglado su matrimonio antes de nacimiento, él no creía que una mujer tan informal y movida como ella merecía ser su esposa. Poco sabían en aquel entonces que estaban destinados a estar juntos. Hiram, el CEO joven y apuesto que nunca sintió atracción por ninguna mujer, y Rachel, la belleza que de alguna manera traía mala suerte a todos los hombres con los que salía, se casaron, contra todo pronóstico. ¿Qué será de su vida de matrinomio?
Lenny era el hombre más rico de la capital. Estaba casado, pero su matrimonio no tenía amor. Accidentalmente tuvo una aventura de una noche con una extraña, por lo que decidió divorciarse de su esposa y buscar a la chica con la que se acostó. Juró casarse con ella. Meses después del divorcio, descubrió que su esposa estaba embarazada de siete meses. ¿La mujer lo engañó? Scarlet estaba buscando a su esposo, pero, por error, los dos pasaron una noche apasionada. Sin saber qué hacer, se escapó presa del pánico, pero luego descubrió que estaba embarazada. Justo cuando estaba lista para explicar lo que le había sucedido a su esposo, este le pidió el divorcio. ¿Descubriría Lenny que la extraña chica con la que se había acostado era en realidad su esposa? Más importante aún, ¿su matrimonio sin amor mejoraría o empeoraría?
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
Elena, una mujer fuerte y trabajadora, enfrenta la difícil realidad de que su pequeña empresa está al borde del colapso financiero. Alejandro, un exitoso empresario, tiene todo lo que podría desear, excepto el tiempo. Para heredar la fortuna de su abuelo, debe casarse antes de cumplir 35 años. Desesperado por cumplir con la cláusula del testamento, Alejandro le ofrece a Elena un matrimonio por contrato: un año de unión a cambio del dinero necesario para salvar su negocio. Las reglas son claras: sin sentimientos, sin interferencias en sus vidas privadas, y total discreción. Lo que comienza como un acuerdo frío y calculado, pronto se transforma cuando Elena y Alejandro, compartiendo el mismo techo, comienzan a conocerse más allá de la fachada que presentan al mundo. Chispas de atracción inesperada surgen, desafiando las normas de su acuerdo. Pero el contrato se pone a prueba cuando Elena descubre que está embarazada, desatando una ola de emociones y conflictos. Alejandro, convencido de que todo fue un engaño, se siente traicionado. Elena, enfrentando su propio miedo e incertidumbre, debe decidir si luchar por un amor que nunca esperó o continuar su camino sola. Con la familia de Alejandro presionando y el negocio de Elena floreciendo, ambos protagonistas deberán enfrentar sus miedos, confiar en el otro y decidir si este matrimonio por contrato puede transformarse en algo real.
Charles tenía novias diferentes cada día del año, nunca salía con la misma chica. Su nombre había sido vinculado a innumerables mujeres. Autumn, por su parte, se vio obligada a casarse con Charles sustituyendo a su hermana, quien se había escapado. Su único deseo era divorciarse después de un año. Ninguno de los dos había esperado que se enamoraran el uno del otro. Tampoco esperaban que el mundo entero los desafiara. Una ex novia quien causa problemas cada dos por tres. Una hermana fugitiva quien regresa con la intención de recuperar a Charles. Una suegra que siempre se entromete en sus momentos íntimos. ¿Te gustaría leer más? ¡No dudes! ¡Vamos allá!