Mi mamá murió hace 10 años cuando yo tenía 7 años, mi hermano Victor 6 y Joseph 5, allí a los pocos días llegó mi madrastra, al poco tiempo llegaron mis medios hermanos Noel y Justo a los cuales amo mucho, y pronto tendremos una hermana nueva ya que Franca; mi madrastra está embarazada nuevamente, será niña.
Lo único que me mantiene en esta casa son mis hermanos, el querer cuidarlos y protegerlos es lo que aún no ha permitido que me vaya, mi hermana Carmín siempre me dice que nos vayamos a conocer el mundo ahora que aún somos jóvenes. Carmín es mi hermana, la hija de mi madre antes de casarse con mi padre, apenas mi madre murió, Peter envió a Carmín con una tía que vive a unas cuantas granjas de la nuestra y nos separó.
También está Jean, un chico alto, ojos café y de cabello castaño rebelde y era el joven trabajador de la granja de mi padre que además es hermano de mi madrastra, pero jamás dos hermanos habian sido tan diferentes. Conozco a Jean desde que mi madrastra llegó a casa, yo tenía 7 y el 10, jugamos juntos, corrimos juntos, estudiamos juntos y nos enamoramos por primera vez juntos, pero eso era un secreto, si Peter se enteraba no se de qué sería capaz, pero se que lo lastimaria ya que Jean no tiene el dinero suficiente como para comprarlo. Mi padre era un señor de 40 años, alto, robusto, blanco, cabello castaño, el cual tenía mucha influencia en la gente de la zona debido a que era la persona con más tierras y más dinero, por lo que muchos lugareños le temian. Era el dueño y señor de la "Socopita" , la granja productora de maíz que más producía en toda la región.
- ¿Y esa rosa? - estaba tan absorta en mis pensamientos que no escuché a Franca cuando entró a la cocina.
- La he traído del rosal que está cerca al cercado oeste, luego de caminar esta mañana - Respondí lo más segura posible. Franca ignoro mi respuesta.
-Peter quiere comer hoy Ternera Asada, ve a decirle al jefe del potrero que necesitamos carne para ahora mismo- me ordenó.
- Claro, ya voy- Salí rápidamente por la puerta de la cocina que me lleva al camino hacia los potreros en busca del jefe. Iba pensando en la hermosa rosa Blanca que había dejado en la cocina en un florero con agua cuan siento unos brazos alrededor de mi cintura, que me dan la vuelta y quedamos juntos, cara a cara. Mi corazón comenzó a latir más rápido.
-¿Cómo está hoy mi querida Zanahoria? ¿Le gustó la rosa que le dejé en su cocina? - Jean me decía zanahoria desde niños debido a mi cabello cobrizo, mi madre también había sido pelirroja y Joseph también lo era.
- Hermosa - contesté mirandolo a los ojos- pero no lo vuelvas a hacer - le suplique - alguien puede verte, le he dicho a tu hermana que la he traído yo misma.
- ¿y cómo te deseo entonces buenos días? Casi no puedo verte Olivia, prometo que seré cuidadoso - se acercó y me besó en los labios y por instinto lo empuje- ¿Que pasá?
-Estas loco, nos pueden ver- respondí.
-Te veo está noche en el mismo lugar de siempre mi zanahoria - me guiñó un ojo y se fue en dirección contraria a la mía.
Lo amaba, de eso estaba segura, muchas de nuestras primeras veces las habíamos vivido juntos y tenía miedo de escapar o que llegara el día en el que el se fuera a la ciudad a estudiar, como lo tenían planeado. Solo tenía la esperanza de que Dios fuera bueno con nosotros...