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Sarah se ve obligada a firmar un contrato, pero no sabe quien esta detrás de la ese hombre el elegante y atractivo.
La música resonaba en las paredes del gran teatro, ensordeciendo mis pensamientos mientras me preparaba en el camerino. Mi corazón latía con fuerza, la adrenalina recorriendo mis venas como una descarga eléctrica. Después de años de esfuerzo y sacrificio, esta era mi gran oportunidad.
Con manos temblorosas, me retoqné el maquillaje, alisé mi leotardo negro y me coloqué la delicada corona de flores que completaba el elegante atuendo para el segundo acto del ballet. Eché un último vistazo a mi reflejo en el espejo, buscando en mis ojos verdes la seguridad que necesitaba en ese momento crucial.
"Puedo hacerlo", me dije a mí misma, inspirando profundamente. "He trabajado demasiado duro para llegar hasta aquí."
Tomando mi botella de agua, salí del camerino y me dirigí hacia el escenario, mi cuerpo moviéndose con gracia y determinación. Podía sentir las miradas de los otros bailarines sobre mí, una mezcla de admiración y envidia. Después de todo, yo era la nueva solista, la joven prometedora que había logrado impresionar a la exigente directora artística de la Compañía Nacional de Ballet.
Cuando llegué a la entrada del escenario, la música se detuvo y el silencio reinó en el teatro. Tomando una última bocanada de aire, crucé el umbral y me coloqué en mi posición, lista para deslumbrar al público.
Las primeras notas de la orquesta llenaron el aire, y me sumergí en la coreografía, dejando que mi cuerpo se moviera con fluidez y elegancia. Mis músculos se tensaban y relajaban con cada giro y salto, mi mente enfocada en la ejecución perfecta de cada paso. A medida que la música avanzaba, parecía flotar sobre el escenario, mi presencia cautivadora atrayendo todos los ojos hacia mí.
Cuando la música llegó a su clímax, ejecuté un giro perfecto, mi cuerpo contorsionándose con gracia antes de aterrizar en una pose final, mis brazos extendidos hacia el cielo. El público estalló en aplausos ensordecedores, y sonreí ampliamente, mi rostro iluminado por la emoción y el orgullo.
Después de la función, me encontré rodeada de felicitaciones y elogios de mis compañeros y miembros del staff. La directora artística, una mujer de aspecto severo pero ojos cálidos, se acercó a mí con una sonrisa.
"Excelente trabajo, Sarah", dijo, colocando una mano en mi hombro. "Estoy impresionada con tu desempeño. Sigues superando mis expectativas."
"Gracias, señora", respondí, sintiendo que mi corazón iba a estallar de alegría. "Es un honor formar parte de esta compañía. Me esforzaré al máximo para no decepcionarla."
"Estoy segura de que así será", asintió la directora. "Ahora ve a descansar. Mañana te espera un día largo."
Asentí y me abrí paso entre mis compañeros, las palabras de la directora resonando en mi mente. Apenas podía creer que todo esto fuera real. Después de años de dedicación y sacrificio, finalmente había logrado mi sueño de unirme a la prestigiosa Compañía Nacional de Ballet.
Mientras caminaba de vuelta a mi camerino, no podía evitar sentir una mezcla de emoción y nerviosismo. Sabía que mi verdadera prueba aún estaba por venir. Convertirme en solista era solo el primer paso; ahora tendría que demostrar una y otra vez que merecía ese lugar.
Una vez en el camerino, me quité el leotardo y la corona de flores, dejando que mi cabello castaño cayera en suaves ondas sobre mis hombros. Me miré al espejo, observando las leves marcas de cansancio en mi rostro. Había sido una noche intensa, pero también llena de triunfo.
Abriendo mi bolso, saqué un pequeño diario y comencé a escribir, dejando que las palabras fluyeran como una catarsis.
"Hoy fue el día. Después de tantos años de entrenamiento y esfuerzo, finalmente logré unirme a la Compañía Nacional de Ballet. Mi sueño se ha hecho realidad.
Recuerdo cuando era una niña, mirando a los bailarines en el escenario con asombro y admiración. Siempre supe que quería ser como ellos, dedicar mi vida a la danza. Fue un camino difícil, lleno de sacrificios y momentos de duda, pero nunca me rendí. Ahora, estoy aquí, en el corazón de uno de los mejores ballets del mundo.
Sé que este es solo el comienzo. Tendré que trabajar aún más duro para mantener mi lugar, pero estoy lista para el desafío. Voy a dar todo de mí, cada vez que salga a ese escenario. Voy a brillar como nunca antes."
Cerré el diario y me recosté en el sillón, dejando que la adrenalina se desvaneciera lentamente. A pesar del cansancio, me sentía llena de energía y determinación. Nada iba a detenerme ahora.
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