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Marcela, a sus 35 años, llevaba consigo el peso de las experiencias que la vida le había brindado. Había construido una vida sólida como editora en una pequeña editorial, pero en el silencio de las noches, la soledad resonaba con una fuerza inesperada. Su historia empezó a tomar un giro inesperado cuando conoció a Fernando en un evento literario. Él era un autor emergente con una historia tan cautivadora como sus propias novelas. La chispa fue instantánea, pero ambos llevaban consigo cicatrices que los hacían dudar de permitirse a sí mismos la felicidad. A pesar de la conexión innegable, Fernando llevaba el lastre de un amor pasado, una historia que dejó huellas imborrables. Marcela, por otro lado, guardaba en su corazón la pérdida de un amor que la dejó vulnerable. Ambos compartían una resistencia comprensible a abrirse completamente el uno al otro. El tiempo transcurrió entre encuentros casuales en eventos literarios y cenas que más parecían conversaciones profundas que citas convencionales. Marcela y Fernando exploraron sus heridas juntos, sanando lentamente a medida que compartían sus miedos y esperanzas. El amor, sin embargo, no es siempre un camino sin obstáculos. Cuando María finalmente se permitió enamorarse completamente, recibió una noticia devastadora: la enfermedad de un ser querido la obligaría a mudarse a otra ciudad para cuidar de ellos. El dilema entre su deber filial y su creciente amor por Fernando la sumió en una tormenta emocional. Después de muchas noches en vela y lágrimas derramadas, Marcela tomó una decisión dolorosa pero necesaria. Se acercó a Fernando y compartió su verdad, temiendo perder lo que habían construido juntos.
Marcela, nunca había sido una persona ambiciosa, sin embargo, su amor por los libros y las historias contadas eran suficiente para buscar su vocación, dirigía con pasión una pequeña editorial que había construido con esfuerzo y dedicación. Su vida estaba llena de historias cautivadoras en las páginas de los libros que publicaba, pero su propia historia dio un giro inesperado.
A lo largo de su vida siempre supo que no había persona que la amara mas que su tía hortensia, quien se había hecho cargo de ella cuando quedo huérfana, y que siempre ha sido un hombro sobre quien llorar, era dura cuando tenia que ser y amorosa cuando lo ha necesitado.
Hortensia era aún joven a pesar de tener un cuerpo delgado y no ser muy alta, se podía ver reflejado en su rostro y en sus manos lo arduo de su trabajo y sus desvelos, el trabajo en la mercería y hacerse cargo de marcela empezaba a cobrarle factura, su cabello rizado dejaba ver matices canosos, sus ojos color miel escondidos detrás de sus lentes, nunca mostraba su pesar o su cansancio, siempre de buen animo y con mucho optimismo, ¿ como puede alguien no amargarse después de haber perdido a su familia , esposo , hijos y hermano el mismo día? Y encima hacerse cargo de una sobrina que le recordaría todos los días lo que perdió.
Marcela aun recordaba el día que despertó en el hospital a sus 16 años, una contusión cerebral, costillas fracturadas, una pierna rota y la noticia que nadie cree que recibirá..." lo siento mucho, tus padres, tus tíos y primos no sobrevivieron, solo tu sobreviviste..." desde ese día Hortensia jamás se separo de Marcela, una fue el consuelo de la otra.
Marcela nunca se quejo de la escuela o cuando la molestaban, pero Hortensia siempre lo supo, no podía intervenir ni tratar de resolver la situación, Marcela tenia que hacerlo sola, nadie lo haría por ella por que eso te prepara para ser adulto y te forja el carácter, si no que clase de persona dependiente formaría, pero no hay manera de preparar a una persona para lo que se viene en la vida, a veces quienes menos te esperas son los que mas te lastiman, si supiéramos quienes nos harán daño y quienes nos harán felices podríamos elegir mejor a nuestras amistades y con quien elegimos estar, esto es algo que Marcela no podría adivinar cuando se hizo amiga de Valeria.
La traición llegó de la mano de su mejor amiga, Valeria, quien también formaba parte del equipo editorial. Valeria, una escritora talentosa, y Marcela habían compartido risas, lágrimas y sueños a lo largo de los años. Ambas mujeres compartían una profunda conexión, tanto en lo personal como en lo profesional.
Todo cambió cuando un nuevo autor, Fernando, se unió a la editorial con un manuscrito que capturó la atención de Marcela y Valeria por igual. Sin embargo, a medida que avanzaba el proceso de publicación, Marcela comenzó a notar una tensión creciente entre Valeria y Daniel que no podía pasar por alto.
Lo que Marcela no sabía era que Valeria y Daniel estaban viviendo un romance a espaldas de todos. La situación se complicó aún más cuando Marcela descubrió la verdad accidentalmente al encontrar mensajes comprometedores en la computadora compartida de la editorial. Se sintió apuñalada por la traición de su mejor amiga y la falta de honestidad en el entorno que había creado con tanto esmero.
Marcela enfrentó una encrucijada emocional, debatiéndose entre su lealtad a la amistad de toda la vida y su deber como líder de la editorial. La situación llegó a un punto crítico cuando decidió enfrentar a Valeria y Fernando. Las conversaciones fueron intensas, llenas de lágrimas y palabras no dichas durante mucho tiempo.
La editorial se vio afectada por el drama interno, pero Marcela decidió mantenerse firme en sus principios. Aunque la traición le causó dolor, optó por preservar la integridad de la editorial y tomar decisiones difíciles. Valeria y Fernando se retiraron de la empresa, dejando tras de sí una brecha emocional y profesional.
Con el tiempo, Marcela logró superar la traición, concentrándose en reconstruir la confianza y revitalizar la editorial. Aprendió lecciones valiosas sobre la lealtad, la honestidad y la importancia de mantener límites claros en las relaciones personales y profesionales.
La historia de Marcela no solo habla de una traición amorosa, sino también de la fuerza interior necesaria para enfrentar las adversidades y seguir adelante, incluso cuando las heridas emocionales son profundas.
Eda Calloway y Christopher Davenport, se han unido en matrimonio por acuerdos familiares, claro que ninguno de los involucrados alberga sentimientos hacía el otro, es más Christopher siempre estuvo enamorado de su primer amor, Patricia Grenville, pero el amor no era más fuerte que los Imperios y los intereses familiares, aquello obliga a Christopher a tomar distancia de su gran amor. Patricia viaja a los Estados Unidos mientras que los Davenport cortan todo lazo y toda conexión de los enamorados, es así que Christopher empieza a sumergirse cada vez más en el mundo Empresarial hasta coronarse como uno de Empresarios más influyentes de Inglaterra, Escocia entre otros Países, hasta que sus familiares encuentran la candidata perfecta para su esposa.Eda Calloway, es el epítome de la dulzura y la fragilidad, una joven que irradia pureza y encanto con cada paso que da. Su inocencia, reflejada en su mirada clara y su disposición amable, es lo que la hace destacar en un mundo lleno de ambición y máscaras. Como heredera de la prestigiosa familia Calloway, Eda combina elegancia natural con una humildad que desarma incluso al más frío de los corazones.Los Davenport la han elegido como esposa del Gran CEO, Christopher Davenport, no solo por sus impecables conexiones familiares, sino porque Eda posee un aura especial, capaz de atravesar las murallas que Christopher ha construido a lo largo de los años. Su dulzura contrasta con el carácter frío y calculador del CEO, convirtiéndola en la pieza que equilibra y complementa su personalidad.Para la poderosa familia Davenport, Eda representa no solo una alianza estratégica entre dos linajes prominentes, sino también una esperanza de que su calor y bondad puedan suavizar el alma endurecida de Christopher, despertando en él emociones que ha mantenido enterradas durante años. Su capacidad de ver lo mejor en los demás y su inquebrantable optimismo la convierten en una figura única, destinada a marcar una diferencia en la vida del gran Davenport.
"Tú necesitas una novia y yo un novio. ¿Por qué no nos casamos?". Abandonados ambos en el altar, Elyse decidió casarse con el desconocido discapacitado del local de al lado. Compadecida de su estado, la chica prometió mimarlo una vez casados, pero no sabía que en realidad era un poderoso magnate. Jayden pensaba que Elyse se había casado con él solo por su dinero, por eso planeaba divorciarse cuando ya no le fuera útil. Sin embargo, tras convertirse en su marido, él se enfrentó a un nuevo dilema: "Ella sigue pidiéndome el divorcio, ¡pero yo no quiero! ¿Qué debo hacer?".
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
Durante siete años, Jillian estaba enamorada de Bryan con pasión inquebrantable, pero él permaneció distante, con sus emociones herméticamente selladas. Descorazonada, ella se marchó al extranjero tras graduarse de la universidad. Tres años después, Jillian, ahora una abogada de éxito, se sentó provocativamente en el regazo del hombre. Con una sonrisa juguetona, le espetó: "¿Qué te pasa, Bryan? ¿Eres impotente?". Bryan ya no podía contenerse. Con un rápido movimiento, la tomó en brazos y la arrojó sobre la cama. A la mañana siguiente, cuando él se despertó, Jillian esbozó una sonrisa traviesa. "Solo es una aventura, ¿de acuerdo?".
Allison se enamoró de Ethan Iversen, el futuro alfa de la Manada Moonlight Crown. Siempre quiso que él se fijara en ella. Sin embargo, Ethan era un alfa arrogante que pensaba que una débil omega no podía ser su pareja. El primo de Ethan, Ryan Iversen, que había vuelto del extranjero y era el verdadero heredero de la manada, nunca intentó conseguir el puesto ni mostró ningún interés por él. Era todo un alfa playboy, pero cuando regresó a la manada, una cosa cautivó sus ojos y fue Allison.
Ethan siempre consideró a Nyla una mentirosa, mientras que ella lo veía a él distante e insensible. Nyla había acariciado la idea de que Ethan la quería, pero se sintió fríamente rechazada cuando se dio cuenta de que su lugar en el corazón de él era insignificante. Como ya no podía soportar su frialdad, dio un paso atrás, solo para que él cambiara inesperadamente de actitud. Ella le desafió: "Si confías tan poco en mí, ¿por qué me tienes cerca?". Ethan, que antes se había comportado con orgullo, ahora estaba ante ella y le suplicó desesperado: "Nyla, he cometido errores. Por favor, no te alejes de mí".