/0/12349/coverbig.jpg?v=f38a4b8146ce837795043f5ed3085e55)
Imagínese casarse con un hombre pobre y descubrir que en realidad es multimillonario. Katherine no sabía qué esperar después de que su novio la abandonó, pero se casó con otro hombre al día siguiente. Su marido, Esteban, era guapo, pero ella pensó que su vida matrimonial no sería nada especial. Fue una sorpresa para ella descubrir que Esteban era en realidad muy pegajoso. Curiosamente, todos los problemas que enfrentó después del matrimonio se resolvieron con facilidad. Muchas coincidencias ocurrieron a su alrededor. Sospechosa, ella le preguntó: "Esteban, ¿qué está pasando aquí?". Encogiéndose de hombros, este respondió: "Tal vez la suerte esté de tu lado". Katherine lo creyó. Después de todo, se había casado con Esteban cuando él estaba al borde de la quiebra. Ella era el sostén de la familia. Continuaron viviendo una vida sencilla como pareja. Entonces, nada había preparado a Katherine para el shock que recibió un día. ¡Su marido tenía otra identidad! No podía creer que en realidad estuviera casada con el hombre más rico del mundo. Mientras ella todavía procesaba el shock, Esteban la abrazó y sonrió. "La suerte está siempre de tu lado". Katherine tenía un millón de preguntas para él.
A primera hora de la mañana, Katherine Morgan abrió los ojos y se sobresaltó al ver un apuesto rostro a escasos centímetros del suyo.
Presa del pánico, su primer instinto fue mirar bajo el edredón, y se alivió al ver que seguía vestida.
Entonces, contempló con cuidado al sujeto que dormía a su lado, sintiendo una mezcla de confusión, vergüenza y arrepentimiento y, con la cabeza agitada, se esforzó por recordar lo sucedido la noche anterior.
Ayer, sus padres le pidieron que hablara con su novio, Darrell Clark, sobre los preparativos de la boda, pero se lo encontró tonteando con su prima, lo que la llenó a la vez de rabia y asco. Rompió con él en el acto y huyó a un bar, decidida a ahogar sus penas en alcohol, pero terminó borracha y yéndose a una habitación de hotel con un desconocido.
El lado bueno de todo esto fue que al menos no cometió ningún error irreparable, a juzgar por su cuerpo completamente vestido.
Sin embargo, para evitar enfrentarse al desconocido en su cama, levantó en silencio el edredón, dispuesta a escabullirse antes de que el otro pudiera despertarse.
De forma inesperada, antes de que pudiera levantarse de la cama, la puerta de la habitación del hotel se abrió desde fuera.
Una elegante anciana entró con expresión fría.
Katherine se asustó, pero solo pudo agachar la cabeza e intentar huir.
No obstante, la anciana bloqueó la única salida, y la miró con el ceño fruncido.
Fue entonces cuando Katherine vio claramente el rostro de la anciana y, al reconocerla, soltó sin pensar: "¿Señora James?".
Lainey James se quedó atónita al principio, pero cuando miró más de cerca a Katherine, sonrió. Sí, era la chica de antes.
A los cinco años, Katherine fue separada por accidente de su familia y acabó en un orfanato. Lainey trabajaba como voluntaria en ese mismo orfanato y fue allí donde se conocieron. Ya entonces se había encariñado con la niña, sensible y amable.
Más tarde, Katherine se reunió con su familia y la llevaron a casa, y eso fue lo último que supo de ella. No esperaba que volvieran a cruzarse después de tantos años, y mucho menos aquí, en esta habitación de hotel.
"Katherine, ¿eres tú? ¡Vaya que has crecido!". La expresión fría de Lainey se suavizó. Pero entonces su voz adquirió un tono preocupado. "¿Estás bien? ¿Este mocoso...?".
Mientras hablaba, dirigió la vista al hombre tumbado en la cama.
Katherine también miró y vio que el varón se había despertado, y que la miraba atentamente, como una bestia que observa a su presa con ojos hambrientos y codiciosos.
A la muchacha se le aceleró el corazón, tiró la vista a otro lado y trató de explicarse. "Señora James, no se preocupe... Nada...".
Antes de que pudiera terminar, Lainey le tomó la mano y se la acarició, como si quisiera consolarla. "No te preocupes, cariño. Me aseguraré de que nadie te lastime". Lainey estaba preocupada por el hecho de que su nieto, Esteban James, siguiera soltero. Por eso, cuando pilló a Esteban con una chica que casualmente era una vieja conocida suya, decidió hacer de celestina.
Lainey lucía una sonrisa amable cuando hablaba con Katherine, pero al dirigirse a Esteban, cualquier rastro de calidez se desvaneció en el aire. "Esteban James, ¡mira lo que hiciste! Eres tan desvergonzado como para hacer que tu abuela se preocupe por ti todos los días, y ahora, hasta te atreviste a lastimar a una buena chica como Katherine. ¡A ti te educaron mejor!".
Tras regañar a su nieto, Lainey adoptó un tono más formal al exponer su verdadero propósito.
"Ahora que las cosas llegaron a este punto, debes asumir tu responsabilidad. Los dos deben casarse tan pronto como sea posible, para que su reputación no se vea empañada".
Ante la mención del matrimonio, tanto Katherine como Esteban se pusieron pálidos.
"¡Abuela!", protestó Esteban. Pero antes de que pudiera decir nada más, Lainey lo cortó de golpe.
"No tienes derecho a oponerte, ¿me oyes? Eres un hombre y debes asumir la responsabilidad de tus actos. Mientras Katherine esté dispuesta, deberían casarse".
Lainey siempre fue una mujer dominante, y Esteban no podía hacer nada para rechazarla. Además, no era capaz de explicar la situación con claridad, por lo que solo pudo girar un poco la cabeza y lanzarle una mirada de advertencia a Katherine.
Al sentir la opresiva expresión del hombre, esta se sintió entre la espada y la pared.
Resultó que aquel desconocido era el nieto de Lainey. ¡Qué casualidad!
Pensando en cómo sus padres no dejaban de acosarla para que sentara la cabeza y se casara, Katherine echó otro vistazo al hombre de la cama. El nieto de Lainey no era feo y parecía más confiable que la mayoría de los hombres. Además, si se casaba con él, sin duda la señora la protegería.
Reflexionando sobre esto, Katherine apretó los dientes y se decidió. "Estoy de acuerdo, señora James".
Clarissa Chapman, un día, al entregar preservativos a una habitación de hotel, descubrió que su cliente era su... ¿prometido? ¡Atrapó a su prometido y media hermana en la cama! ¡Solo entonces Clarissa se dio cuenta de que su novio de seis años la había engañado! ¿Qué es más ridículo? Su padre dijo que era porque ella no era atractiva y su hermana lo merecía más. Dejó a su prometido idiota, ¡se encontró con su Sr. Correcto en una aventura de una noche! Espera... ¿por qué este hombre se veía exactamente parecido al CEO multimillonario - Anderson Jordan en la televisión? Anderson era de muchas cosas, guapo, considerado y leal. Nunca imaginó que un apuesto como Anderson se enamoraría de ella, hasta ese día... Su familia de pesadilla la encontró, tratando de arrastrarla al pasado miserable... otra vez...
Ethan siempre consideró a Nyla una mentirosa, mientras que ella lo veía a él distante e insensible. Nyla había acariciado la idea de que Ethan la quería, pero se sintió fríamente rechazada cuando se dio cuenta de que su lugar en el corazón de él era insignificante. Como ya no podía soportar su frialdad, dio un paso atrás, solo para que él cambiara inesperadamente de actitud. Ella le desafió: "Si confías tan poco en mí, ¿por qué me tienes cerca?". Ethan, que antes se había comportado con orgullo, ahora estaba ante ella y le suplicó desesperado: "Nyla, he cometido errores. Por favor, no te alejes de mí".
Durante dos años, Bryan solo vio a Eileen como asistente. Ella necesitaba dinero para el tratamiento de su madre, y él pensó que ella nunca se iría por eso. A él le pareció justo ofrecerle ayuda económica a cambio de sexo. Sin embargo, Bryan no esperaba enamorarse de ella. Eileen se enfrentó a él: "¿Amas a otra persona y siempre te acuestas conmigo? Eres despreciable". En cuanto ella firmó los papeles del divorcio, él se dio cuenta de que era la misteriosa esposa con la que se había casado seis años atrás. Decidido a recuperarla, Bryan la colmó de afecto. Cuando otros se burlaban de sus orígenes, él le dio toda su riqueza, feliz de ser el marido que la apoyaba. Eileen, que ahora era una célebre CEO, lo tenía todo, pero Bryan se encontró perdido en otro torbellino...
Cheryl, una huérfana ordinaria, logró casarse con el hombre más poderoso de la ciudad. Era perfecto en todos los sentidos, excepto en una cosa: no le gustaba ella. Tres años después de su matrimonio, finalmente quedó embarazada, en el mismo día en que su esposo le entregó los papeles de divorcio. Parecía que se había enamorado de otra mujer, y por alguna razón que ella desconocía, él creía que ella también se había encaprichado de otro hombre. Justo cuando ella pensaba que su relación estaba llegando a su fin, él no quería que se fuera. La mujer ya estaba dispuesta a renunciar, pero él le confesó su amor. ¿Qué iba a hacer Cheryl en esta maraña del amor y del odio, mientras estaba embarazada?
Carla Rossi jamás imaginó que una simple decisión cambiaría su vida para siempre. A sus 17 años, ha crecido en las sombras de la incertidumbre, sin un padre y con una madre que oculta secretos. Trabaja duro para sobrevivir, su única rebeldía es un cigarro a escondidas y su única familia es Jaquelin, su mejor amiga. Pero todo cambia la noche en que, buscando un momento de soledad, encuentra a un hombre herido en un callejón. Ese hombre es Fabrizio Antonucci, el despiadado Don de la mafia italiana. Conocido por su brutalidad, temido por muchos, pero admirado por su poder, Fabrizio es un hombre al que nadie se atreve a desafiar. Sin embargo, Carla, con su inocencia y dulzura, despierta algo en él que ni siquiera comprende: un instinto de protección que no ha sentido por nadie desde la muerte de su madre. Arrastrada a un mundo de lujos, peligro y deseo prohibido, Carla intenta resistirse a la atracción que la consume. Fabrizio la quiere cerca, la desea con una intensidad arrolladora, pero también sabe que su cercanía la pone en riesgo. La diferencia de edad, su inexperiencia y el abismo entre sus mundos deberían ser razones suficientes para alejarse... pero ni él ni ella pueden escapar de lo inevitable. Entre amenazas, secretos familiares y un pasado que vuelve para destruirlos, Carla deberá decidir si huir de un amor que la aterra o rendirse al hombre que podría protegerla... o destruirla. **Un romance oscuro, ardiente y peligroso, donde el amor no es un cuento de hadas, sino una batalla entre el miedo y el deseo.** ---
Lucía Balstone pensó que había elegido al hombre adecuado para pasar el resto de su vida, pero fue él quien acabó con su vida. Su matrimonio de diez años parecía una broma cuando su esposo la apuñaló con una daga. Afortunadamente, Dios nunca está ciego ante las lágrimas de las personas. Lucía tuvo una segunda oportunidad. Ella renació a la edad de 22 años, antes de que sucedieran todas las cosas terribles. ¡Esta vez, estaba decidida a vengarse y dejar que aquellos que la lastimaron pagaran! Hizo una lista elaborada de sus objetivos, y lo primero en su lista era casarse con el peor enemigo de su exmarido, ¡Alonso Callen!