/0/11439/coverbig.jpg?v=78bc23fe5438ce93dfbdcd0d5d19084c)
Sólo hace falta un segundo para que el mundo de una persona se derrumbe. Este fue el caso de Hannah. Durante cuatro años le entregó todo su amor a su marido, pero un día él le dijo fríamente: "Divorciémonos". Hasta ahora se dio cuenta de que todos sus esfuerzos de los últimos años fueron en vano. Su marido no la amó. Mientras ella procesaba la noticia, la voz indiferente continuó: "Deja de fingir que estás sorprendida. Nunca dije que te amaba. Mi corazón siempre ha pertenecido a Eliana. Sólo me casé contigo para apaciguar a mis padres". El corazón de Hannah se rompió en un millón de pedazos cuando firmó los papeles del divorcio, marcando el final de su reinado como esposa devota. La mujer fuerte que tenía dentro rápidamente se manifestó. En ese momento, juró no volver a depender de un hombre nunca más. Su aura era extraordinaria cuando se embarcó en el viaje por encontrarse a sí misma y dominar su propio destino. Cuando regresó, había madurado mucho y era completamente diferente de la esposa dócil que todos conocieron. "¿Qué estás haciendo aquí, Hannah? ¿Es tu truco para llamar mi atención?", preguntó su arrogante exmarido. Antes de que pudiera responder, un CEO autoritario apareció de la nada y la tomó en sus brazos. Él le sonrió y, en tono de amenaza, dijo: "Sólo para advertirle, señor, ella es mi amada esposa. ¡Aléjese de ella!". El exmarido no podía creer lo que oía. Él pensó que ningún hombre se casaría jamás con Hannah, pero ella le demostró que estaba equivocado. Pensó que ella nunca lograría nada. No sabía que habría aún más sorpresas por venir...
"Divorciémonos".
Un escueto par de delicadas hojas de papel marcaban la conclusión de un matrimonio de cuatro años.
Los delgados dedos de Hannah Moore rozaron el nombre entintado de su marido que figuraba en el documento. Al levantar los ojos para encontrarse con los de Declan Edwards, su mirada llorosa era inequívoca.
"¿No hay ninguna posibilidad para nosotros?", preguntó.
La voz le temblaba ligeramente, afectada por la emoción y el esfuerzo de las tareas domésticas. Las gotas de sudor se le pegaban a la frente y a las gruesas monturas de sus gafas negras, dándole un aspecto torpe y anodino.
Habiéndose anticipado a su regreso aquella noche, con la ilusión de hablar sobre su futuro, ella se había levantado temprano, había escogido cuidadosamente algunos alimentos frescos, había cocinado y había ordenado la casa. Pero sus esfuerzos le parecieron inútiles al enterarse de la desgarradora noticia.
"Nuestro matrimonio era esencialmente un acuerdo comercial", espetó Declan, sacudiendo la ceniza de su cigarrillo, "Además, Eliana volverá pronto".
Así que eso era todo.
Eliana Patel, la mujer que ocupaba el corazón de Declan, era la persona a la que nunca podría dejar marchar.
Con la lengua pegada al paladar, Hannah experimentó un escozor familiar. Inclinó la cabeza, con la mente algo ofuscada. Cada vez que Eliana aparecía, Declan abandonaba todo, incluso sus propios principios.
Ciertamente, el matrimonio entre ellos había sido por obligación. Y a lo largo de los años que pasaron juntos, él nunca olvidaba su devoción por Eliana.
Después de un silencio infinito, Declan miró a la mujer que tenía delante.
Hannah era indiscutiblemente hermosa, de piel tersa, nariz finamente perfilada y labios como pétalos de rosa. Incluso detrás de unas gruesas gafas, sus ojos chispeaban de cuando en cuando bajo la luz.
Sin embargo, era una mujer sencilla, casi aburrida.
Su conducta siempre era moderada, y la fachada de esposa obediente, que había mantenido durante tanto tiempo, era tan poco interesante como un vaso de agua.
Encajaba a la perfección en el papel de la señora Edwards, pero nunca podría ser la mujer que él realmente deseaba.
Declan apagó el cigarrillo y comenzó a decir:
"Tú una vez...".
Hizo una pausa y sus ojos se detuvieron en la expresión de Hannah. Ella mantenía la cabeza agachada, pareciendo ser agraviada.
Tras considerar mejor las palabras, él dijo con frialdad:
"Dados tus antecedentes, es posible que te resulte complicado encontrar trabajo en el futuro. Así que, además de los acuerdos de propiedad, recibirás tres chalés adicionales. También podrás quedarte con el Ferrari de serie limitada, y yo aportaré personalmente cincuenta millones de dólares".
En una ocasión, cuando Eliana se había trasladado al extranjero, Declan la había seguido por amor. El patriarca de los Edwards se indignó tanto que estuvo a punto de desheredarlo. Solo un acto dramático por parte de su madre, una amenaza de suicidio, había conseguido que Declan volviera al redil familiar.
Y para recuperar el favor de su familia, había aceptado casarse con Hannah, de quien se rumoreaba que acababa de salir de la cárcel.
Aunque no sentía nada por ella, estaba dispuesto a ofrecerle una generosa indemnización, reconociendo sus años de servicio y su excelente relación con la familia Edwards.
Aquello era como tener caballos por placer, pero a sabiendas de que había un coste.
Declan señaló el acuerdo con su largo dedo índice, dejando al descubierto aquel importante anillo que había permanecido en ese dedo durante cuatro años. A Hannah le ardieron los ojos.
"Tienes tres días para pensártelo. Pero no me hagas esperar, mi paciencia tiene un límite".
"No hace falta".
Hannah tomó un bolígrafo negro que había a su lado y firmó en la zona designada.
"Estoy con la mente despejada. Me mudaré hoy mismo y no te estorbaré más", añadió.
"Muy bien", respondió Declan, imperturbable.
Debía reconocer que, incluso ahora, Hannah se mantenía aplomada y sensata, sin causarle problemas en ningún momento. En realidad, como señora Edwards, era sin duda la esposa más adecuada entre la élite de la sociedad.
Desgraciadamente, el amor no era algo que pudiera dictarse.
Y cuando Declan estaba a punto de seguir hablando, la puerta se abrió de golpe. Sadie Edwards, su hermana menor, irrumpió y dijo:
"Declan, he oído que hoy te separas de la delincuente. ¿Te importa si me quedo con ese Ferrari de lujo?".
Su mirada se cruzó con la de Hannah, que se había girado para verla, y puso los ojos en blanco.
Contrariado, Declan dijo:
"¿Cuántas veces tengo que repetírtelo? Si estoy hablando de negocios, tienes que tocar la puerta antes de entrar. Tu comportamiento no es digno de una señorita de la alta sociedad".
Apoyada en la mesa, Sadie sonrió socarronamente.
"De acuerdo, lo entiendo. Ahora, dame las llaves del auto, ¿quieres? Tengo planes con mi amiga para dar una vuelta".
Siempre indulgente con su testaruda hermana, Declan asintió en dirección a Hannah.
"Dale las llaves".
Hannah bajó los ojos, y respondió con voz pausada:
"Creía que habías dicho que ese auto era mío".
Sus palabras seguían siendo tan suaves como siempre, pero Declan sintió un escalofrío.
Enfurecida, Sadie se abalanzó sobre Hannah y la empujó con fuerza.
"¿De qué demonios estás hablando? Todo lo que hay aquí pertenece a mi hermano. ¿Qué se supone que tienen que ver estas cosas contigo? ¡Entrégame las llaves!".
Durante todos sus años en la familia Edwards, Hannah siempre había mostrado un buen corazón hacia Sadie.
Sin embargo, la joven no era más que un imán para los problemas, y siempre acudía a su madre cuando las cosas se torcían.
En una ocasión, había provocado a la hija menor de la familia Mitchell y se había visto cautiva en lo alto de una torre por Bryson Mitchell, el tercer hijo y el patriarca de la familia. De no haber sido por la intervención de Hannah, Sadie podría haber quedado lisiada de por vida al caer desde aquella altura.
Sin embargo, como recompensa a su amabilidad, Sadie la tachaba de delincuente.
"No".
Hannah estaba decidida, clavando los ojos en Declan.
"Quiero el auto. Lo prometiste, Declan. Siempre has sido tan generoso. Al fin y al cabo, solo es un auto", añadió.
En ese momento, Declan comprendió que la mujer que tenía delante era una Hannah completamente distinta de la que había estado maltratando todo este tiempo.
Tomándose una breve pausa, se volvió hacia su hermana y dijo:
"Tenemos muchos autos en casa. Ve a mi garaje y elige uno para ti".
Sadie, sin embargo, era una joven mimada y obstinada. Salvo aquella vez que se había enfrentado a Bryson, nadie se atrevía a desafiarla, y menos una mujer con un historial delictivo como Hannah.
Señalándola con un dedo acusador, Sadie exclamó:
"Respóndeme, ¿me vas a dar el auto o no?".
"No... No lo haré".
¡Paf!
Una bofetada mordaz aterrizó en la mejilla derecha de Hannah.
"Tienes agallas, comportándote de forma tan audaz por aquí. ¿Quién te crees que eres? Ni siquiera eres digna de servirme".
Los ojos de Declan centellearon por un instante antes de reasumir su expresión neutra.
"Sadie, cuida lo que dices".
Acunándose la mejilla afectada, Hannah miró de reojo a Sadie y dijo:
"Está clarísimo que nadie te ha enseñado modales".
La joven levantó la barbilla en señal de desafío.
"¿Y qué...? ¡Ah!".
Haciendo caso omiso de las flores que aún tenía dentro, Hannah tomó un jarrón cercano y vertió el agua que contenía sobre la cabeza de Sadie.
"Considéralo una lección de parte de alguien que se preocupa lo suficiente por ti como para instruirte".
La mala influencia de la mejor amiga de Mina Manson la lleva a cometer muchos errores una noche donde su vida cambia totalmente ya que debido a una escapada nocturna con su amiga termina drogada y ebria y lo peor de todo en brazos de un extraño. Paolo Scarton, un CEO arrogante de carácter fuerte y dominante quien no se deja impresionar por cualquier mujer y menos si la conoce en un club nocturno, pero extrañamente esa noche sucede algo que él no se esperaba. Conoce a Mina en un club nocturno y esta joven castaña lo impresiona desde el primer momento que la ve. Por desgracia su primera impresión fue todo lo que él imaginaba, Mina estaba drogada esa noche por culpa de su supuesta mejor amiga. Para mala suerte de la joven se mete en problemas con un sujeto, pero afortunadamente Paolo logra salvarla y sacarla de aquel embrollo. Pero ambos terminan teniendo sexo oral en el coche de Paolo y es cuando el CEO se queda impregnado de esa joven a quien la catalogaba como una cualquiera. Pero Mina era diferente y Paolo lo descubre cuando él termina follando con ella una tarde que la secuestra luego de salir de la universidad, ese día se da cuenta de que era virgen, desde entonces, su obsesión por ella se intensifica. Pero se le dificulta poder estar con ella cuando se da cuenta de los padres de la misma son complicados, cuando la mejor amiga de Mina es una envidiosa y cuando su mano derecha se encapricha de su chica.
Todo el mundo pensaba que Lorenzo quería de verdad a Gracie, hasta el día de la operación de corazón de su hija. Para sorpresa de Gracie, Lorenzo donó el preciado órgano que necesitaba su hija a otra mujer. Desolada, Gracie optó por el divorcio. Impulsada por su necesidad de venganza, Gracie se unió al tío de Lorenzo, Waylon, y orquestó la caída de Lorenzo. Al final, este se quedó sin nada. Consumido por el remordimiento, él suplicó por una reconciliación. Gracie pensó que era libre de seguir adelante con su vida, pero Waylon la retuvo con un abrazo. "¿Pensaste que podías abandonarme?".
Una chica que solo quería llegar a ser alguien en su vida. Nunca espero que su madrastra y su hermana tuvieran el plan más malvado, de quitarle la su más preciado. Una noche bajo una lluvia intensa. Shasha Yan, perdió su virginidad por un hombre desconocido. Tras ser humillada por su familia, huye. Ocho años más tarde regresa con tres tesoros, que la vida le regalo. Tras ser una mujer fuerte y exitosa ahora. Su vida es otra. Regresando como una diseñadora famosa, y sus tres hijos en busca de quien es su padre real. ¿Podrá shasha perdonar a su familia?, ¿podrá ella, volver a amar después de la traición? ¿Aceptará ella, a este hombre que se identificó como el padre de sus hijos?
Madison siempre había creído que se casaría con Colten. Pasó su juventud admirándolo, soñando con su futura vida juntos. Pero Colten siempre le fue indiferente, y cuando la abandonó en el momento en que más lo necesitaba, por fin se dio cuenta de que él nunca la había amado. Con la determinación de empezar de nueno y sed de venganza, Madison se marchó. Tenía por delante un sinfín de posibilidades, pero Colten ya no formaba parte de su vida. El hombre, por su parte, corrió a buscarla presa del pánico al darse cuenta de ello. "Madison, por favor, vuelve conmigo. Te lo daré todo". Sin embargo, fue su poderoso tío quien abrió la puerta y le dijo: "Ella es mi mujer ahora".
La historia sigue a Maya Stone, una chica de 19 años, cuya vida tranquila en el hotel de sus padres da un giro inesperado cuando su amiga la involucra en un plan para confesarle sus sentimientos a Ares Bailey, un CEO importante, el cual se hospeda en ese hotel. Aunque Maya inicialmente se muestra escéptica, ya que Ares es un hombre mucho mayor a ellas, siendo una chica que jamás a experimentado los deseos carnales y mucho menos el amor, de pronto todo eso surge cuando ambos se conocen. Ares cae ante la belleza de Maya y aunque sabe que su diferencia de edades podría ser un gran problema, está dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario para estar con ella y sumergirla al mundo de la Dominación. A medida que su relación se intensifica, ambos se dan cuenta de que están destinados a pesar de los obstáculos que enfrentan.
Janet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de una madre. Desafortunadamente, la anciana se enfermó gravemente y Janet tuvo que casarse con un hombre que tenía mala fama en sustitución de la hija biológica de sus padres para cubrir los gastos médicos de la criada. ¿Podría ser este un cuento de Cenicienta? Pero el hombre estaba lejos de ser un príncipe, aunque tenía un rostro atractivo. Ethan era el hijo ilegítimo de una familia rica que vivía una vida lujosa y apenas llegaba a fin de mes. Él se casó para cumplir el último deseo de su madre. Sin embargo, en su noche de bodas, tuvo el presentimiento de que su esposa era diferente a lo que había escuchado sobre ella. El destino había unido a las dos personas con profundos secretos. ¿Ethan era realmente el hombre que pensábamos que era? Sorprendentemente, tenía un extraño parecido con el impenetrable hombre más rico de la ciudad. ¿Descubriría que Janet se casó con él por su hermana? ¿Sería su matrimonio una historia romántica o un completo desastre? Siga leyendo para saber cómo se desarrolla el amor entre Janet y Ethan.