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Atenea Grey, medidas perfectas, rostro de porcelana, ojos misteriosos, hermosa cabellera roja y las muchas pecas que adornan su cara. Va por la vida con una increíble sonrisa gritándole al mundo, que no le importa su baja estatura, porque es una chica segura de si misma, pero, nadie nota que siempre lleva consigo el mismo maletín, ganando horas extras cada día. Eros Morón, alto, delgado, ojos verdes casi transparentes, aura misteriosa, chaqueta de cuero negro, que le grita al mundo lo mal chico que es, lleva consigo una cruz que nadie nota, porque la oculta muy bien bajo su piel, adicto a las sustancias ilegales, pero con un gusto raro por los latidos del corazón. Ambos portan nombres de Dioses y esa bonita casualidad los unirá. Él, se burla de su tamaño por ser unos centímetros más alto que ella. Ella, se volverá adicta a sus caricias bajo el viejo árbol del instituto. ─Solo un latido más, es todo lo que pido. ¡Advertencia! Esta historia es de mi propiedad, se prohíben copias y adaptaciones.
Pobre pequeña que lucha día a día por sobrevivir en un mundo de gigantes, todos saben que viene de las sombras, por eso lucha para llegar al celestial paraíso del que tanto hablan en su hogar, nadie se ha percatado que lleva consigo un girasol que la ayuda a vivir mejor.
Pobre pequeño desahuciado, todos lo hieren creyendo que así morirá más rápido pero el de arriba sabe que los milagros sí existen, por más golpes que la vida se empeña en darle y sustancias tóxicas que él ingiere, aún contra viento, mares y lluvias él sigue vivo y con un pie sobre la esperanza, eso de alguna forma es bueno.
Dos almas, un destino y un huracán que arrasa todo a su paso. ¿Quién los protegerá? Nadie lo sabe, pero es un hecho, que el amor que se profesan el uno por el otro es más que suficiente para salvar sus agonizantes corazones que pelean y luchan por latir un día más.
Aunque él es un demonio, y ella un ángel, nadie sabe qué mal podría salir de esa mezcla entre el bien y el mal, cuídense de los hijos de mal, porque los hijos del bien serán sus aliados.
El amor tendrá que ser suficiente para salvarlos de esa tormenta que sigue rugiendo como si les gritara el hambre que les tiene.
Sus almas enamoradas se niegan, pero el final se aproxima y uno de ellos a de vivir en el corazón del otro, con lamentos y gritos ahogados, pero con la felicidad de saber que se pertenecen, y con la dicha de que ambos luchan y rugen por ese amor tan hermoso por el que pelean con la fuerza de un rayo.
Ante nada los protege el bien y el mal, en esta ocasión son aliados para que esas dos almas, una de cada mundo logre alcanzar ese punto de la felicidad del que todos presumen tener, pero que nadie nunca ha dado pruebas de tenerla.
Son café y tostada, el su queso favorito y ella su malteada preferida, bajo un árbol se esconden de ese siniestro peligro que los amenaza, pero juntos son más fuertes.
Sí, es un hecho que de todo esto existe algo bueno y algo malo, pero, lo verdaderamente importante es que los enamorados viven y son reales. Y solo exigen, un solo latido más.
¿Qué esperas de tu cumpleaños? ¿Dinero? ¿Joyería? ¿U otras cosas? Lo que sea, pero por lo menos debe ser un día maravilloso. Lola Li, una mujer linda, encantadora e inteligente, graduada en la comunicación audiovisual a una edad muy temprana. Todo el mundo pensaba que Lola tendría un futuro muy prometedor pero las cosas no salieron como se esperaba. Su fiesta de cumpleaños de 22 años fue una pesadilla para ella. Cuando terminó su fiesta de cumpleaños, su mejor amiga la traicionó, su novio la abandonó y su familia se arruinó por completo. Cuando se despertó al día siguiente, Lola se encontraba tumbada en la cama de una habitación de hotel. Con el corazón acelerado, solo podía recordar vagamente a un hombre extraño con el que estaba anoche. ¿Había venido para salvarla? O, ¿era un demonio que lo estaba persiguiendo?
El amor es ciego. Lucinda renunció a su acomodada vida por un hombre. Se casó con él y se ocupó de todo durante tres largos años. Un día se le cayeron las escamas de los ojos. Se dio cuenta de que todos sus esfuerzos habían sido en vano. Su marido, Nathaniel, siempre la trataba como a una mierda, porque su amor ya pertenecía a otra mujer. Se dijo a sí misma: "¡Ya basta! He terminado de malgastar mi tiempo con un hombre desagradecido". El corazón de Lucinda se rompió en pedazos, pero de todos modos, reunió el valor para pedir el divorcio. La noticia causó un gran revuelo en Internet. ¿Una joven rica que acababa de divorciarse de su marido? ¡La mujer soñada! Innumerables directores ejecutivos y jóvenes apuestos acudieron a ella como abejas a la miel. Nathaniel no aguantó más. Dio una rueda de prensa y suplicó con los ojos llorosos: "Te quiero, Lucinda. No puedo vivir sin ti. Por favor, vuelve a mí". ¿Le dará Lucinda una segunda oportunidad? Siga leyendo para descubrirlo.
Durante dos años, Bryan solo vio a Eileen como asistente. Ella necesitaba dinero para el tratamiento de su madre, y él pensó que ella nunca se iría por eso. A él le pareció justo ofrecerle ayuda económica a cambio de sexo. Sin embargo, Bryan no esperaba enamorarse de ella. Eileen se enfrentó a él: "¿Amas a otra persona y siempre te acuestas conmigo? Eres despreciable". En cuanto ella firmó los papeles del divorcio, él se dio cuenta de que era la misteriosa esposa con la que se había casado seis años atrás. Decidido a recuperarla, Bryan la colmó de afecto. Cuando otros se burlaban de sus orígenes, él le dio toda su riqueza, feliz de ser el marido que la apoyaba. Eileen, que ahora era una célebre CEO, lo tenía todo, pero Bryan se encontró perdido en otro torbellino...
Ella se casó en secreto con una superestrella; sin embargo, su estado civil se mantuvo en conocimiento público. Ella lo amaba como a un perro, tan leal, tan sin vergüenza, pero él la alejaba constantemente solo por su egoísta razón de tomar venganza contra su madre. Después de su divorcio, ella accidentalmente se acostó con un atractivo desconocido cuyos ojos azules exudaban un atractivo sexual extremo, atrayéndola a una inevitable atracción fatal. Él era tan tranquilo y gentil, prometiéndole la felicidad eterna. "¿Ms. Cathryn Riley, se casará conmigo?" Su expresión era seria y sincera. Los dedos delgados del hombre sostenían una caja redonda de terciopelo rojo muy delicada y hermosa; dentro había un anillo de diamante exquisito. Asustada emocionalmente, ella le respondió, "He sido divorciada una vez. Espero que no me haga divorciar por segunda vez de nuevo." Keith sonrió y respondió suavemente, "Mi mundo nunca se ha centrado en nadie. Pero en los días venideros, mi mundo se centra en ti". Ella estaba tan conmovida que no pudo evitar llorar lágrimas de felicidad. Estar con él le trajo una alegría eterna y su promesa eterna reemplazó su sufrimiento por el matrimonio fracasado.
Madisyn se quedó de piedra al descubrir que no era hija biológica de sus padres. Luego la verdadera hija de esa familia le tendió una trampa, haciendo que la echaran de casa y se convirtiera en el hazmerreír de todos. Creyendo que era hija de campesinos, Madisyn se sorprendió al descubrir que su verdadero padre era el hombre más rico de la ciudad y que sus hermanos eran figuras de renombre en sus respectivos campos. Todos la colmaron de amor, solo para enterarse de que Madisyn tenía un próspero negocio propio. "¡Deja de molestarme!", dijo su exnovio. "Mi corazón solo pertenece a Jenna". "¿Quién te crees que eres? ¿Mi mujer siente algo por ti?", reclamó un misterioso magnate.
Cheryl, una huérfana ordinaria, logró casarse con el hombre más poderoso de la ciudad. Era perfecto en todos los sentidos, excepto en una cosa: no le gustaba ella. Tres años después de su matrimonio, finalmente quedó embarazada, en el mismo día en que su esposo le entregó los papeles de divorcio. Parecía que se había enamorado de otra mujer, y por alguna razón que ella desconocía, él creía que ella también se había encaprichado de otro hombre. Justo cuando ella pensaba que su relación estaba llegando a su fin, él no quería que se fuera. La mujer ya estaba dispuesta a renunciar, pero él le confesó su amor. ¿Qué iba a hacer Cheryl en esta maraña del amor y del odio, mientras estaba embarazada?