Leer Siempre mía Novela Completa Gratis en línea | Reseña del libro

En 'Siempre mía' de Caro Yimes, Joseph comete un error al contratar a Lexy como su secretaria, una joven inexperta que, sin saberlo, provoca en él emociones intensas con sus torpes acciones y palabras incoherentes.

Sinopsis del libro 'Siempre mía '

Pobre Joseph, alguien debió advertirle que se estaba equivocando al contratar a Lexy como su nueva secretaria, pero se 'emocionó' demasiado y la mesa le ayudó a ocultarlo.

La inexperta muchacha tiene un don que ni ella misma conoce: puede emocionar a su jefe con cada uno de sus torpes movimientos y mandarlo al baño para 'batir la mayonesa' cuando su lengua recita incoherencias.

'Ricas incoherencias', piensa Joseph, mientras alucina de pie en su cuarto de baño, pensando en su nueva secretaria, esa que va a sacudirle más que el mundo completo.

parte 1: la historia de Siempre mía

parte 2: personajes principales de Siempre mía

parte 3: el capítulo más popular de Siempre mía

parte 4: Donde Leer Siempre mía libro gratis

parte 1: la historia de Siempre mía

En Siempre mía de Caro Yimes, Joseph, un empresario con un carácter aparentemente firme, toma la decisión de contratar a Lexy como su nueva secretaria, sin imaginarse las consecuencias de esta elección. Lexy es una joven inexperta que, sin proponérselo, tiene el poder de despertar en su jefe emociones intensas e incontrolables. Sus torpes movimientos y sus palabras incoherentes logran alterar a Joseph de una manera que él no logra comprender ni contener.

A medida que pasan los días, Joseph se da cuenta de que Lexy ejerce sobre él una atracción tan poderosa que le resulta difícil concentrarse en su trabajo. Cada pequeño gesto de la joven provoca en él una lucha interna que lo lleva a cuestionar sus propios límites y deseos, sintiéndose cada vez más atrapado en esta conexión que amenaza con cambiar su vida de una forma inesperada.

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parte 2: personajes principales de Siempre mía

Joseph: Hombre, empresario y jefe de Lexy. Se siente profundamente atraído por su nueva secretaria de manera involuntaria. Los gestos y palabras torpes de Lexy despiertan en él emociones intensas, llevándolo a situaciones en las que debe lidiar con sus impulsos y deseos, a pesar de su aparente profesionalismo.

Lexy: Mujer joven e inexperta que trabaja como secretaria de Joseph. Sin darse cuenta, tiene un efecto encantador y perturbador sobre su jefe debido a su torpeza e inocencia. Aunque sus acciones son involuntarias, Lexy provoca en Joseph reacciones que alteran su rutina y lo hacen luchar con sus propios sentimientos.

parte 3: el capítulo más popular de Siempre mía

Siempre mía

Autor: Caro Yime

Siempre mía 39. Nuevos caminos

Tenían exactamente una hora para contestar cada pregunta de la evaluación y mientras el resto de los empleados y practicantes trabajó en ello, los grandes puestos de la empresa charlaron sobre lo bien que respondían los clientes antiguos de la empresa a los nuevos cambios que la misma estaba ejerciendo en cuanto a ofertas y descuentos.

Joseph estuvo ausente la mayor parte de la reunión y le costó mucho trabajo despegar los ojos de Lexy, a quien podía ver a través del cristal que los dividía y a quien anhelaba escuchar y besar sin aprensiones.

-¿Dudas de ella? -preguntó Juan Rosales, el gerente de la zona sur, con el que compartía una larga lista de experiencias positivas.

Joseph negó con la cabeza y se vio obligado a dejar de mirar a Lexy para centrarse en lo que estaba ocurriendo a su alrededor.

-Solo miraba lo concentrados que están... -mintió y se sintió fatal cuando entendió la poca credibilidad de sus palabras.

-Temen equivocarse -susurró Juan y se acercó al vidrio para detallar a los empleados, cada uno sumido en su propio examen-. Hay muchas preguntas capciosas y, al final, un par de respuestas propias. Nada de protocolo, ni política de riesgo, solo lo que ellos piensan.

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Siempre mía 66. Despertando deseos

Esa noche, después de limpiar y lavar la vajilla, se fueron a la cama y, mientras la joven se aplicaba cremas en el rostro y aceite en el cabello, le habló a Joseph de otro deseo en el que anhelaba participar.

-Quiero que dividamos los gastos de la boda -dijo valiente.

Joseph volteó a verla. Estaba impresionado.

-Pero...

-Quiero sentir que soy participe de esta relación en la que trabajamos día a día. -El hombre entrecerró sus ojos oscuros y la detalló con atención. Ella tenía razón-. No digo que me siento excluida, ni nada por el estilo, pero ahora, mi situación económica es buena y quiero...

-Está bien, mi amor -respondió él y le ofreció una linda sonrisa-. Vamos a dividir los gastos de la boda, pero sabes que quiero algo familiar.

-Me gusta esa idea -respondió ella y le lamió el cuello con deseo.

-No sé porque contigo soy tan fácil -gruñó y se lanzó sobre ella para succionarle la piel del cuello conforme sus manos nalguearon su culo perfecto.

Ella se movió suave bajo su cuerpo y acarició su espalda perfecta con las manos abiertas. Abrió bien las piernas para recibirlo en su centro y gimió entusiasmada cuando sus labios delinearon sus clavículas.

Para Josep, sentirla tan dispuesta, era lo mejor de todo, así que, se levantó de su posición y se quitó la sudadera, dispuesto a cerrar esos nuevos tratos con un poco de sexo.

Le quitó la ropa en un dos por tres. Ella se rio feliz y arqueó la espalda para él, mostrándole lo sensual que se sentía bajo su cuerpo.

Joseph se comió su coño como primera opción y abrió la boca cuando llegó al fondo de su húmedo y caliente centro, gozando de cada roce, de cada gemido que Lexy le regalaba delante de él, meneándose como nunca había hecho.

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Siempre mía 83. Epílogo: Avanzar juntos

La joven mujer corrió por el campo abierto arrastrando un largo trozo de tela rosa que debía acomodar alrededor de la terraza que envolvería la fiesta. Desde la muñeca tomó los elásticos de colores que su marido había comprado en una tienda de cotillón y comenzó a trabajar mientras cantó a todo pulmón.

Si hubiera tenido vecinos cerca, Lexy Antonieta Bouvier habría sido bajada del escenario imaginario en el que se subía cada vez que cantaba por las praderas de su propiedad, pero para su fortunio, su vecino más cercano vivía a cuatro minutos a pie desde el inicio de su cerca separativa.

-¡Voy a pedirte que no vuelvas más, siento que me dueles todavía aquí, adentro! -cantó y gritó a su propio ritmo, olvidándose de la cantante y del ritmo que se oía de fondo.

Aunque por algunos segundos creyó que estaba sola, se quedó callada y pasmada cuando se encontró con su padre, ese que la observaba desde el suelo mientras inflaba globos a un acelerado ritmo.

-Nunca cambias -siseó levantándole las cejas con gracia y continuó por unir un quinteto de globos brillantes con un chillón cordón amarillo, el color favorito de sus nietas.

Lexy levantó los hombros conforme soltó una carcajada que se quedó nublada por la música que la joven oía a todo volumen y que alegraba sus mañanas mientras terminaba de organizar el cumpleaños número siete de Rayün, ese que reunía a toda la familia y a todos los amigos de la pareja.

-Solo tú sabes bien quien soy y por eso es tuyo mi corazón -siguió cantando alegre y sacudió su cuerpo-. No creo que el mar algún día pierda el sabor a sal, no creo en mi todavía, no creo en el azar, solo creo en tu sonrisa azul, en tu mirada de cristal y en los besos que me das -rimó con gracia y se quedó quieta cuando Ayun la pateó fuerte.

Se concentró en sus pies que empujaban por más espacio en esa apretada concavidad que su delgadez le brindaba. Se acomodó la mano debajo del pecho, donde los pies de Ayun le presionaban las costillas y suspiró fatigada, intentando calmar la punzada de dolor que el niño el ocasionaba y se recordó mentalmente las pocas semanas que restaban para que el pequeño llegara.

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parte 4: Donde Leer Siempre mía libro gratis

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