img ¡Jefe, nos enamoramos!  /  Capítulo 9 Pena compartida | 100.00%
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Historia

Capítulo 9 Pena compartida

Palabras:1142    |    Actualizado en: 24/02/2023

a comp

rselo, ida por aquel encanto que le anuncia sin siquiera pensarlo, de manera súbdita, casi inasequible. Oliendo a cigarro y tequila, en medio de un bar en e

dos de la gente empezándose hacerse menos bullosa en ese momento, el olor del alcohol y

e madera y asiente-. Supongo que está con el señor Robert. Pero no se preocupe, sólo

no me has res

nte un momento, pasando la sensación que le ha causad

do! Y quiero que me dejes hacer esto por ti aunque sea una vez. No tendré la vida para pagarte to

én lo hace

os mismos tragos a la mesa que ya cono

bserva al tan hombre

as cuantas. No quiero al

están bien -Maya mira sobre su h

ra que los dos vuelvan a retomar la conversaci

os lados, señor D'

n realidad estaba de hecho con Robert y Anthony, ese primo mío que acaba de llegar. Estaba...-par

ía ocurrido, y no se siente capaz de preguntarle de e

a a reír-. No he visto que asist

u jefe también ríe y también toma su sorbo-. No es que los f

ios. La barra quedaba en todo el centro y se podía ver la circu

jefe la está observando. Ella s

viejo, ni s

cabas de

upuesto

de pronto, ha cambiado de parecer, como si hubiera recordado alg

nta...-murmura-. S

señor? -Maya

in tener reparo en ella. Y como s

ientas a

qué lo

ándome, pensando que de todos los hombres yo he sido al que le han dejado embarcado casi dentro

ida. Comiéndose y creyendo cada rumor, noticia de farándula o periódico que ya en esos dos días apareció con más frecuencia, siente que incluso es peor observarlo callar y meditar. Había dicho las

o trago más a su vas

lgo, señor

milia

l día de mañana habrá cosas por las que reír, por las que alegrarse, por las que amar. Y si hoy usted no está dispuesto a tenerlo, tómese su tiempo. Sé que muy...-tartamudea un poco, no le incómoda hablar de la separación de su jefe con su e

e no aparte la mirada. Al verla tan cerca con esos oj

o has

sanar, señor. Y sané. Porque la

rse y mirar hacia el frente, bebiendo, él le da un s

en eso. Háblame de

r las cosas, y en

n el Li

e eso no, Maya. Háblame de ti. Apenas sé qué ya eres una gr

ros y muerde la ace

iere ust

e su jefe

me quiere

ria entonc

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