mpre salían con choferes distintos y llegaban de diferentes formas a través de GPS. La propiedad de Javelly era tan grande, que bien podían caber cinco mansiones ahí. Podía lleg
ldas que iba a recibirlos y habían conseguido escapar. Los tres, presas del pánico, caminaron por todos lados hasta que, sin querer, llegaron a los lími-tes de la mansión Javelly. La casa estaba totalmente oscura, cubierta de un luto total, pero el profesor Ja-velly, al ver a los tres muchachos
asó? ¿Vieron al m
das a un hombre que había perdido un ojo por una operación de
có a la reina. - Ethan encendió un c
que yo no estuviera en
tal Devon nos exi-gió que lleg
nó sob
me acercaba a la rein
o! ¡Llévame a la bi
el odio que Javelly sentía por Dylan Serway y porqué los había rescata-do de su m
, mejo-rar sus vidas para que hicieran lo
mucho más de lo que nosotros podíamos esperar de la vida. Nos rescató de lo q
ro? Ella era mi hija. Acababa de morir
ce o quince años, de pelo negro hasta los hom-bres
¿Y por qué n
an Serway la
? – preguntó Wi
Edward era todo un partido. A mitad de la noche, las burbujas del champagne se le subieron y dejó que
emonios, debí haber tr
e-mos empezado una relación, Alanis? – Edwar
.. pero ya t
lle
o mi
ue yo te
co de lujo de Edward y Alanis se dejó llevar por el aire nocturno, las luces y la cálida mano
e ibas a lleva
iero esta
o un
pero mientras te
rway fue m
¿Q
ad de Johannesburgo en la Facultad de Medicin
a materia? – pregunt
re que provoca la formación de coágulos en pequeños vasos sanguíneos alrededor del cuerpo y siempre se presenta con moretones en la piel. Cualqui
o de esa enfermed
sí, mi hija era una rareza por tener los ojos de color violeta y por padecer púrp
que ver Dylan
nte y se le ocurrían muchas cosas. Sin embargo, un día vino H
una diferenc
. Por supuesto
Y l
ue se había enamorado de Serway, comenzó a tomar, cosa que le hizo muy mal
qué
ay, totalmente alcoholizada, con moretones por todos lados, señal de que había sido golpeada y, con la púrpura, aquello fue atroz. La autopsia no pudo revelar si habían sido los golpes o la púrpura lo que la mató... Lo peor fue que en la espalda tenía mar-c
encontra
yo sé que lo hizo. Ese maldito bas-tardo la mató. Me arrebató a
ldecir Dylan Serway? – Eth
Ala
antemente su nombre y se movía sobre ella. Pero de pronto,
e pasa,
te por hoy. Ll
.. ya no falta nad
n nadie... y n
date conmigo... no voy
tender que yo no puedo dormir con nadie... duerm
os cabellos de su fl
tú digas,