anco. Sus manos permanecieron inmóviles por un segundo antes de apretar un poco mis caderas. Hola señor. Mala Finley. Me sonrojé de nuevo como siempre lo hacía. Una vez más, murmuré un agradecimi

esito dejar de pe

forma inaudible cuando me di cuenta de que me había mordido hasta que mi uña comenzó a hincharse, y me dolía tocar cualquier cosa ya que no quedaba ninguna uña para morder. Azúcares, no otra vez. El apuesto hombre a mi lado agarró mi dedo, ale

ome ansiosamente en mi silla. ¿Soy una molestia para él? ¿Qué pasa si me avergüenzo? ¿Qué pasaría si me caigo y... Manos enormes y callosas se deslizaron entre mis dedos, descansando en mis palm

pulgar e índice. Jugando con tu dedo pequeño calloso, mis ojos estaban sumergidos en el dicho tatu

é con un puchero perplejo señal

lo, mis pestañas oscuras revoloteando ligeramente. ¿No se sentía cómodo hablando de eso? Su mano permaneció en su lugar mientras jugaba con ella, pero su otra mano se movió a m

amente una voz baja desde

ci della vostra presenza" (Me alegro de

r su rostro, para dar la ilusión de un hombre en llamas. Pestañas gruesas y oscuras enmarcaban sus hermosos rasgos faciales tallados en granito dorado y una piel pálida translúcida como la de una muñeca de porcelana que solo intensificaba esos brillan

o y caderas. Por el rabillo del ojo, pude distinguir la forma de la parte inferior de un tatuaje parcialmente visible en el costado de su cuello expuesto, lo que parecía ser un medio

n trajiste a

profunda de una manera que me hizo temblar. ¿Ojos oscuros y malévolos se encend

a parte posterior de mi cuello, girando mi cabeza ligeramente para encontrarme c

caderas para asegurarme de que todo estaba bien. Necesitaba controlarme. Este tipo no era él. Él era otro extraño. Respiré en un suave suspiro, tratando de calmar

tono de voz alto, la forma en que mi voz tiende a subir unas octava

cara, eres

que no solo hizo que me relajara visiblemente, sino qu

z de contener mi sonrisa.

uieres... o Lee... bueno, nadie me llama así, pero... ¡p

ieron un poco antes de ocultarlo

sti

ia de La Bell

ina brotó de sus labios, una sonrisa más amplia de lo que jamás había visto, lo

ocerte, Cupcake".

. Darhk?" Sus labios se fruncie

conversación silenciosa con la historia en sus ojos. Mi mirada nerviosa p

ustaría? ¿

nzó a salir a la superficie, y no pude e

? Mis hermanos