interesante: un bar subterráneo. Con excepción, tuve que quedarme a su lado todo el tiempo. El señor. Darhk sostuvo mi cuerpo suave, su agarre firme y posesivo mientras atrave
io que había entre nosotros. No dejó ninguna duda en la mente de nadie con quien estuve aq
o rígido se tensaba. Mi piel ardió bajo su toque letal desde donde me tocó, como una combustión explosiva que envolvi
mi mirada instintivamente, sintiendo qu
, ¿sabes?" Sus hermosos ojos oscuros sostuvieron mi rostro. Tragué saliva. La yuxtaposición de él
Me estremecí sin pecado. Respiraciones silenciosas y profundas rozaron el borde de mi ore
a, mis ojos se encontraron de nuevo con su mirada, dirigiéndole una suave sonrisa. Como un bosq
Darhk para poder hacerlo sonreír. La vida
i cintura y se posaron en mis caderas, acariciándolas suavemente como si me preguntara si el gesto e
ía haberla tomado. Escuché que puedes morir de hipo... h
to cuando me encuentro con los ojos oscu
casi tirando hacia arriba, pero su sonrisa casi existente desapareció cu
de la multitud sudorosa y emocionada. Un hombre joven dejó escapar un grito agudo, alzó los brazos en el aire y se ab
oner unas pocas pulgadas de mis perfectos abdominales mientras él me sostenía con sus manos. . en mis caderas Mis mejillas se sonrojaron. Estaba agradecido de haber logrado no emp
do sus dientes frontales en
ojos brillantes expresaron placer mientras recorrieron mi figura y se enga
ndo unos penetrantes ojos azules como los del Monte Everest, ojos que podían atravesar el hielo, invadieron mis recuerdos. T
ndo. Mis ojos se movieron alrededor salvajemente, buscando una ruta de escape. Cualquier lugar. En ningún lugar. No importaba. Tenía que alejar
sisto. Debo hacerlo. Sería simpl
ies de altura, el tipo era alto, pero aún así tenía que levantar la barbilla para mirar al Sr. oscuro Su cuerpo enorme y alto se elevaba sobre el joven mientras lo miraba, mirándolo fijamente con una mirada oscura y amenazadora que pod
crees que eres?" El joven preguntó con incredulidad
ras metía los pulgares en los bolsillos delanteros de sus pantalones. Gjnsb se ve delicioso. Por favor, ten mis bebés. "Hm,
en su postura por más de unos segundos antes de a
e su mano grande y callosa acariciando mis caderas, frotándolas suavemente par
sin saber qué hacer antes de volver a colocar mi camisa en su lugar, sus cálidas palmas recorriendo mis caderas
ejo
í hacia su destino: el bar. Casi tuve que saltar en el aire para alcanzar el taburete porque era demasiado alto. Y yo era bajo. Sorpresa, lo sé. Un pe