y de pasar unos días en una localidad francesa con su última conquista, en las hermos
Rob eran terribles y generalmente le complicaba
difusión que iba a promocionar un producto de su empresa, y sus
úmero de aspirantes, él mismo la había seleccionado. Era bonita
ojo clínico acertó en el blanco, la campaña fue un éxito y el product
ad y llevaban mucha dedicación e investigación. Tenía un ejército de personas a su car
hora le exigía a otros para que rindieran tanto como él lo hacía. Y la compañía iba viento en popa. Así qu
se rindió a sus caprichos muy pronto, como lo hacían todo
descansar y tomar el sol. Estaban apostados cerca de la pl
lo era un agregado que le había venido como anillo al dedo, en la vida. Solo era u
adera pesadilla. No le permitían tener una vida privada. Ni siquiera sabía por qué lo perseguían tanto, él no era un
ra solista, cuando hacía el intento de entonar dos o tres palabras juntas
creer al otro, que le agradaba una determinada persona, o alguna situación en particular, para
ran espectaculares, su agua de un color azul intenso, el sol y el calor en esa é
tos platillos. Habían visitado el museo de Historia Marítima, recorrido los boni
compartido varios momentos en la cubierta del yate, disfr
misa de algodón y su chica llevaba puesto un pequeño bikini, solo la parte de abajo, pues se e
etamente complaciente. Cynthia se había acercado, mientras Robert descansaba sobre una tumbona, y ella aprov
ído contigo - le ronroneó al oído, comenzando a repartir peque
odo un placer - le susurró mientras atraía su cab
u espalda y casi sin darse cuenta llevó las manos a su trasero y apretó su cuerpo tan cerca del suyo que pudo sentir la turgenc
ner a Cynthia donde estaba, le encantaba que las mujeres se rind
empre se presentaban porque actuaba primero y pensaba después. Esto le había complicado
ta - La idea de tener sexo contigo, justo aquí en este lugar, que parece bastante público, me pone duro, la expec
sonas. Estaba la tripulación a cargo del barco, y además, se encontraban cerca de
ella la idea también la puso aún más acalorada y ansios
abía estado de acuerdo con su idea. La boca de Robert reclamó la de ella con e
tos y los medios, y ella lo usaría para escalar en su carrera, él sería su trampolín para despegar, al fin.
doración que la hizo pensar que él realmente sentía algo por ella, él era un exce
para que hacerse ilusiones. Tomaría todo lo que este hombre estuviera dispuesto a ofrec
ientras lograba sus intenciones y sacaba la mayor cantidad de beneficios que le fueran posibles, disfrutaría del p
ntras eso ocurre, hay otros más oportunistas y vividores todavía, al asecho, pescando en río revuelto
mar, en una barcaza más pequeña, se encontraba un hombre con una cámara, apuntando su lent