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crema y arriba la base que cubre toda la piel tapando las manchas que pueda tener, aplico corrector de ojeras, con
on un poco pequeños y no creo que rellenen la parte delantera del vestido. Pero igual me atrevo a ponérmelo. Espero unos minutos hasta que noto que el cuerp
tan bonita en mi vida, mis ojos recorren desde los pies a la cabeza y no pue
seguir por los zapatos. No soy tan alta, por eso amo los zapatos de tac
abial, celular y las llaves. Me doy una última observación en el espejo del baño dándome cuenta mis labios no los he pintado.
causaría un infarto a mis padres. Tomo una bocanada de aire para tener fuerzas y salir sin ningún inconveniente, ojalá no hagan tantas
no darme un golpazo en las escaleras, aún es temprano. Escucho el sonido de la televisión que proviene de la sala, las luces
– siempre tan hala
n beso – voy a bailar con
levanta para darme un beso en
le doy un par de
a porque si no me haría una radiografía completa. Ella es más protect
s. En cambio, mamá estaba furiosa y peor cuando supo que el padre del niño la abandono con el tiempo se le paso, ahora ama a
jor familia que la que me ha tocado. El celular sonando
ina? – pregunta y oigo
una pausa porque una voz la interrumpe –
en, voy
ó ser de un hombre cuando le conteste rogando que se apure
porque estaba de espaldas hacia la acera. Rápido giro caminado hasta el vehícu
ndo clemencia que no me juegue una mala pasada. Be baja la
ápido –
i amiga hay un hombre en el as
la impresión de s
lto y parece alto. Su piel es color canela clara resaltando sus pestañas largas, nariz no tan pequeña, labios gruesos y algunos lunares en su ro
do en el asiento – él es Emanuel, son mis amigos – le to
cabello es castaño oscuro con rastra atada en una cola, ojos negros lo cual los vi cuando hizo
r amiga – Be está muy ale
ice Nicolás con
do con quien iba a ir. Quiero volver a mi
al ¡Por favor! Y
en estos momentos mi cara es de pocos amigos. Respi
ucho ¿no
ensamientos que trato de disuadir para que no ll
comer – habla Emanuel – a
edo articular ni una sola palabra. Él se da cuenta mi
n esperando en la discoteca – Be s
oche, seguro lo va a ser. Ya no sé si
mite una palabra o m
a a latir a ritmo agitado y las manos me sudan como nunca. Nicolás
s del incidente en el bar quede en ridículo y ah
amente enamorada de él, pero
os de punta, no me lo vuelv
no dudo que lo sean. Me siento como sapo de otro pozo, un bicho raro e invisible para l
, las luces que prenden y apagan le dan un toque casi navideño. Bajamos, hay muchas personas esperando por entrar, Be me quiere sacar lo que
coteca abarca una cuad
iste ese kit mono
arían se ven así – y le m
diosa! Vas a lleva
pa
nto mucho calor, Be mira a todos lados buscando
e? – se come las uñas
¿qué quiero ver
te comes las uñas lo
aga – sacude sus manos para relaj
tido la pata hasta el fondo cuando revo
– yo miró el piso – no t
cuando quiere algo. Unas carcajadas hacen que nos giremos a ver y me salvan
n Be. Es una chica llena de sorpresas, a ninguno
sta maravillosa noche! – él que parecía
ma forma. La ansiedad me carcome por dentro, necesito verlo solo un instante para calmar a este tonto corazón. Doy vuelta completa sin tem
azón se hace pequ
l no son nada, ni siquier
lograrlo, aunque viendo seguido su rostro y esos ojos que matan no
e la figura de Emanuel, que me tapa completamente. No he prestado atención de que hablan, pero
lama, al ver de quien se trata automáticamente la deja entrar. Los chicos quedan afirmados al lado del au
an la bienvenida hace que me cueste adaptarme a la nueva visión un tanto perturbadora. Be me pasa una pulsera negra con letras blanca "VIP", es