tulo

lo que puede hacer que en tu rost

.

e cristalizan mis ojos. El fuerte grito que deja salir mi padre me hace levan

evaba el dedo índice a la cabeza. - ¡Le dijiste que irías a buscarla

nte de la mujer que me dio la vida y que al parecer no me quiere, desde aquí noto el

respondió indiferente dándole la espalda para volver a fijar sus ojos en

que le dio a la puerta para subir las escaleras llegando hacia mi habitación. la puerta sonó con tres go

dijo besando mi cabeza - iré a

ue se vaya. Yo volví a la cama recosta

entos en mi hombro para luego abrir los ojos dejando ve

senté en la cama esperando a

s - ella misma le corta aun yo teniendo su celular. La miro aun más confun

menos de su parte. Me quedé ahí mirando atenta a mi celular por cualq

me, incluso más grande que la mía, las paredes tienen un color suave que se ilumina con la luz que entra de la enorme ventana que cubre más o menos una pared completa. Era la habitación m

n perfecto orden frente a mí para poder comenzar a crear. La músi

e del pasto a lo lejos recubierto con hermosas flores de distintos colores me traen a la cabeza la he

pinceles, espátulas y brochas para lograr el perfecto m

, bueno, a simple vista se nota que no es el páramo que me había imaginado a un comienzo. Ahora todo era oscuro, oscuro en una tormenta abrazadora que traía rayos iluminando el paisaje al fondo, era precioso, p

uzó mis labios al darme cuenta que en mi cabeza estaba ese chico, Ch

detuvo tras la llamada entrante. Lo tomé dándome cuenta de que

- dije

al instante me hizo volver a mirar

dida y a la vez mostrando una media sonrisa qu

la me dio tu número - me respondió, podía notar su sonrisa dive

e, porque la verdad no me gustaba como me

ntonces? ¿Bonita? - preguntó,

mi nombre - como m

a - responde - tu no

caminar hacia mi lugar de trabajo d

stes o algo parecido? - le pregunté

, bonita? - rodee los ojos al

respondo - ¿pue

ela

acer un bosque con flores y hadas pequeñas, quise hacerlo, enserio pero l

iré el celular para ver si me había cortado pero no, aun la llamada seguía. Quizás fue mu

ahí? - pregunté

dió - ¿Dijiste una torment

ortarte y enviarte la foto

daba vergüenza hablarle y decirle que en vez de pensar