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Historia

Capítulo 4

Palabras:1517    |    Actualizado en: Hoy, a las 10:57

ista de Al

e. Mi mente luchaba por procesar el veneno inesperado, la hostilidad cruda enmascarada por su anterior

cruzados, una sonrisa de suficienc

es tontos cambiarían algo? -se burló, su voz g

s, las uñas clavándose en mis palmas. La humillación, la injusticia, amenazaban con abrum

-repliqué, mi voz temblando lig

escalofriante y condescendiente en sus ojos. Se in

e te has convertido, cómo necesitaba alejarte para que finalmente "maduraras". -

sus mensajes, un brillo triunfante en sus ojos. No quería ver, pero no podía apartar la mirada. La pantalla brillaba con una conversación, un flujo de textos e

o solo días después de mi llamada llorosa y bo

ta farsa nuestra, Cris, está funcionando. F

ner unido mi corazón roto. El mundo giraba, pintando el rostro engreído de Cris en colores grotescos y arremolinados. No era solo indiferencia;

tal, rasgó los últimos v

a niña que necesita encontrar su propio camino. Eres

ificado, no por amor, sino por una estrategia insensible para deshacerse de mí. La había usado a ella, nos había usado a nosotros, para alejarme. El dol

suavizó su voz, sus ojos l

culizando su felicidad. Necesitas dejarlo ir. Ve a buscar tu propia vida, lejos de aquí.

Solo pude asentir, un acuerdo silencioso y hueco.

u sonrisa era fácil, su conversación atractiva. Levantó la vista cuando me

tes mejor? Te ve

acababa de darme? ¿O era esta otra capa de su elaborado engaño? Mi mente corría, tratando de descifrar sus intenciones. ¿Estaba trat

alabras se atascaron en mi garganta. ¿Cuál era el punto? Su mundo cuidadosamente construido

icardo. Solo u

de Ricardo, un testimonio austero e innegable del triunfo de Cris. Era una bofetada, una humillación pública y u

adiante, sus

orable? -arrulló, su mirada recorriéndome con una inocencia calculada-. Me sen

do su café, sim

e Cris es importante.

ida fresca. Apoyaba su visión, su felicidad, su vida.

ión fría y dura. Encontré la mirada de Cris, un

oz firme, casi conversacional-. Muy... aud

esa en sus ojos. Ricardo, sin embargo, asintió,

nte estás aprendiend

trajo calor. Me estremecí, apartando mi mano casi imperceptiblemente, co

e, mi voz aún ligera-

gida, dejándolos en su

un ceño perple

-comentó, un toque de

ombros, una leve sonris

ndo. Justo c

entes finalmente escapando, empapando la lujosa alfombra. Mi pecho se agitaba con sollozos silenciosos, cada uno un testimonio de la profunda trai

a, he recibido noticias del Tec. Tu solicitud parece muy prometedora. Les gustaría programar una entrevista la p

surraba con reverencia en los círculos académicos. Un brillante y enigmático estudiante de doctorado, reconocido por su trabajo innovador en física te

a, con aspecto serio e intenso, sus ojos oscuros penetrantes. No pude evit

su mano. Mi teléfono, que todavía mostraba la foto del Dr. Garza, se deslizó bajo mi almohada e

suave-. La infusión especial de Cris. Ayuda con el

n especial" de Cris. Probablemente estaba mezcla

mé el vaso, el líquido tibio contra mis

rvó, sus ojos entrecerrándose lig

rada, agarr

entregar pronto. -Intenté sonar casual, indiferente, pero la

ada fija en la almohada donde

aguda, cortando la delgada capa de mi calma. La pre

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