Instalar App
Historia

Capítulo 3

Palabras:1152    |    Actualizado en: 18/12/2025

o las brasas moribundas del atardecer. Este ya no era mi hogar; era un museo de grandeza robada, un monumento

esurado a saludarme, a ofrecer ayuda. Ahora, me trataban como a un fantasma, un espectro no deseado que rondaba las lujosas vidas de sus nuevos empleadores. Una joven sirvienta, no mayor que yo cuando heredé

plia pero artificial. Karla estaba a su lado, su brazo en

demasiado alegre. Gesticuló vagamente hacia el opulento entorn

inte

cuperarte sin demasiado alboroto. -Sus ojos brillaron con falsa preocupación-. Te hemos p

cuando yo era niña. Un lugar para cosas olvidadas. Otra púa deliberada. Georgina Madrazo, la sombra de Karla, salió de

Realmente necesitas un ambiente tranquilo. ¿Recuerdas cómo eras antes, Cristina?

e del brazo, un gesto que se sintió

stés segura. Y bien. -Apretó mi brazo, sus dedos clavándose en mi carne-. Sabes, los médicos dije

mi rostro inexpresi

umisión pareció complacerlos. El agarre de Elías en mi brazo se aflojó ligeramente

Ahora, ¿por qué no te instalas? Tendremos una pequeña reunión más tarde, nada demasiado

ovimientos lento

uelo. Me di la vuelta para irme, pero Elías se

me recorrió, pero mantuve mi rostro impasible. Su toque era una violación, un recordatorio de lo que una vez fingió sentir. Se inclinó más cerca, su aliento ca

acercarme más, su mano deslizándose por mi espalda. Fue entonces cuando sus dedos rozaron el tejid

e deseo se desvaneció, reemplazado por una expresión de pura

o? -ahogó, su voz

ueña chispa de triunfo se encendió dentro de mí. Estaba asq

ceso, dio un paso adelante, con e

pasa,

apartando la mirada de

amientos experimentales. La ha dejado... cambiada. -Se estremeció

nta al drama, gritó d

l catering necesitan tu aprobaci

lanzó una última mirada despectiva, luego se d

itó, su voz recuperando

a trazar patrones en mi piel desnuda, susurrando promesas de un para siempre. Mentiras. Todo. Siempre le había repelido cualquier cosa meno

s y Karla habían jugado un juego peligroso, uno que me había costado cuatro años de mi vida, el legado de mi familia y casi mi alma.

celular d

ra la fase uno. El objet

vibró casi

ido. ¿D

Quiero que el mundo lo vea por lo que es. Y

de estar, seguida de la risa profunda de Elías. So

en el mensaje de Damián

ojos, imaginando el rostro de Elías, contorsionado p

e todos sepan que fui yo. Que

rándose de mí. ¿Querían un espectáculo? Les daría uno

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY