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a el exclusivo hotel de montaña, mi
Me abandonó para salvarla, repitiendo la traición que e
tré no solo con él, sino con mis padres. No les importaba mi vid
en los ojos, me cul
por tu culp
da? En ese momento, la farsa de mi vida, el compromiso
factor secreto de toda la vida. Ahora, con su apoyo, no solo fundaré mi propio despacho de arquitectura
ítu
a Bar
Arrodillada en el suelo, vi cómo Éric extendía la mano, no hacia
a, mi decisión era clara, brutal y definitiva: Éric debía
s llamas lamían las paredes, pintando sombras danzantes sobre el rostro
! ¡Por
vieja herida que se abría de nuevo. Él dudó, sus ojos azules se fijaron en l
d que siempre lo había cautivado. La misma fragilidad que
ya no
pasado, de una vida anterior que había terminado en agonía y arrepentimiento. Un susur
ado con una ceguera que me llevó a la perdición, a sacrificar todo por un hombre que nunc
presidencial del resort "Pico del Sol", un lugar de lujo que ahora era una trampa mo
sesperación en el aire. Éric, un arquitecto con un talento innegable, era el más tranquilo de l
encontrar el camino a través del caos. Y, en este momento, esa hab
las sábanas para bajar?" pregunt
es posible. Pero solo puedo llevar a uno a la vez
jos, antes llenos de culpa, ahora reflejaban una decisión inminente. Sabía
No por el abandono, sino por la farsa. Por la vida que hab
no me amara. No era mi culpa que mi fa
es, era más hiri
sorprendentemente fir
sus ojos. Él esperaba que yo luchara, que sup
a no era
alieron de mis labios con una frialdad que me sorp
?" preguntó, la inc
raya con un gesto que no admitía réplica
do me habría obligado a luchar por la atención de un hombre que no me quería. Pero ahora, con los ecos de aquella v
za. Bajó la mirada, incapaz de sostenerme la vista. Soraya, con sus ojos llenos d
ágil por fuera, pero con una voluntad de acero cuando se trata
aya, su voz temblorosa. "Siemp
cable grabada en su rostro. Se volvió hacia Soraya, sus man
jo Eric, evitando mi mirada.
esa que ya había escuchado antes, en otra vida,
lizarse por el balcón. Ella lo abrazó con fuerza, susu
dose consigo la única brizna de esperanza que quedaba. Su silueta desapareció en l
i garganta. "Volveré por ti", había dicho. Esas palabras, tan llenas de
ído esas promesas. Había esper
io el infierno. Un hombre que, en un momento crucial, me abandonó por otra. No en un inc
aya, se mostraba frágil e inocente. Me prometió que vendría, que me apoyaría. Pero nunca llegó. Perdí a
, no había arrepentimiento en sus ojos, solo una fría indiferencia. Me acusó de ser la
desprovista de emoción. "Siem
nuestro hijo fue una formalidad, una muestra de decoro social. Me ofreció dinero, u
Ximena", me advirtió. "Debemos seguir con n
n, en la fusión empresarial que nuestro matrimonio representaba. La ironía era brutal: en
las cosas serí
ba con Soraya, sabía que no volvería. No por mí, al menos. Su amor, su lealtad, siempre habían
una maestra en el arte de la manipulación. Su vulnerabilidad era su
profundo y codependiente. Un amor que mi presencia
da era una transacción, mi matrimonio, una fusión. Pero ahora, con el fuego lamie
salvaría a mí misma. No necesitaba su promesa vacía

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