ron visiblemente, como si se hubiera quitado un gran peso de encima. La actuación había term
oz cortante-. Si no l
ba de tomar, pero mi cara ahora era una mancha borrosa deliberada, un garabato irreconocible junto a su perfil perfectamente comp
mis labios. Era tan transparen
lular de la mesita de noche. Sus dedos volaron por
egunté, mi voz apenas un
pero estaba demasiado débil, demasiado aturdida para
ficiencia-. Me disculpé por ti. Y le dije que le prepararía su
hí: 'Anahí, lamento mucho el malentendido. Espero que te sientas mejor
uesta de Anahí: '¡Ay, Clarisa! ¡Qué linda eres!
internos, todo a través de mi teléfono. Los observé, dos extraños conversando, como si yo ni siquiera estuviera en la habitación, com
estuviera débil, todavía sangrando, todavía recuperándome del legrado. Mi cuerpo dolía, un dolor sordo y
en la habitación,
tos. Pero la señorita Joyce todavía está bastante
a despidió
ó al mostrador, ya firmando los papeles-. Honestamente, el costo
hojeando
nor el mes pasado y fue una fracción de esto. -Sacudió la cab
do. Se me cortó la respiración. Lo miré fijamente, mi coraz
temblaba ligeramente. Saq
o -dije, m
me miró con compasión. Luego se volvió hacia Alej
e someterse a un procedimiento médico i
dro se contrajo en
ómo cuidar a mi prometida? ¡No sea enfermera, forzando una sonri
del brazo, su agar
icamente arrastrándome
dado! -gritó la enfermera detrás de mí
pasillo estéril, el agarre d
rtado cerca de los elevadores-. ¿Ahora te quejas
n los ojos
uejando. Solo e
e se int
ena sobre cómo te "obligué" a hacer esto? -Sus ojos s
ada, Alejandr
ñida de una calma inquietante, una advertencia-. Porque yo soy el que h
rpo pesado por
stoy enojada. -La me
aneció sombrío
vuelta y se alejó
elatina. Mi abdomen palpitaba con cada paso. Alejandro no mir
ra con el motor encendido. Se subió, el motor rugió. Yo casi lle
udió hacia adelante. Mi mano resbaló. Perdí el
tra el pavimento. Un dolor agudo explotó d
mis oídos, escuché su
amor de Dios. ¿Siemp

GOOGLE PLAY