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agón era el Patrón que prome
rata como a una sirvienta mientras pasea
e su propio bebé para incrimi
, gritando que yo era un monst
os, y dijo: "Usas tu voz para
ias que me sujetar
uja de plata y un
personal y los hués
pun
r el s
la obe
r la F
e me hab
a, los muros que bloqueaban su me
escapé y construí una
a de mi reja, llorando, supli
o todo, Ele
lancas en mis labios y
arreglar es
s devolverme los ú
ítu
Villar
pies, aferrando los papeles que reducirían su imperio a ceniz
lia de la Ciudad de México, un hombre cuya sola sombra
memoria donde solía estar mi nombre. Y yo no soy más que el d
el El Lirio Dora
erraba a las pesadas cortinas de terciopelo. Este hotel era una fachada para la operación de lavado de
el lujoso sofá de cuer
para ocultar las fundas de sus armas en las costillas, su cabello oscuro
taba posada s
nea de su mandíbula con una uña perfectamente manicurada. Era una exhibición públic
no pasea a su amant
ecordaba que yo
una obligación contractual forzada
hacia
o de mármol, un ritmo como un reloj
susurrando algo al oído de Carla que la hi
ré la g
on en los míos. No había re
res, Elena
solía erizarme la piel. Ahora
í la c
para la transferenc
o en el espejo durante mil mañanas. Era el
ó la carpeta sin move
la
vanidosos de Carla o un contrato de proveedores para la cocina del hotel
eaban efectivo a la Familia de la Ciudad de México.
La tinta fluyó n
orazón golpeaba contra mis costillas. Estaba robando mi li
ndo la carpeta sobr
ó con
Arréglalo. Carla merece lavanda
sonrió
oso -arrulló-. Cons
ta. Mi mano temb
edo meñique rozó el dor
ue violenta e
si yo fuera ácido. Apa
de la mesa de mármol. El hueso encontr
por mi brazo, c
toques
ctante de la mesa y se frotó
ás s
ó suspendida en
rdos me a
alcanzándolo, llorando de alivio. Él mirándome con ojos vacíos y
el ala de invitados mientras él traía mujeres a c
ca palpitante
ento -
Apégate al gui
etuvo. Mir
retón formándose en mi piel pálida, y frunció el ceño. Alg
e molestab
ra procesarlo, Car
n vivo el unboxing d
a cámara
a los fa
Dante se endu
ó-. Carga sus bolsas.
é fija
-dije suavemente-.
e. Se elevaba sobre
tranquila-. Eres una carga. Un impuesto que pago a Mon
la es
ro de mí
ptura silenciosa. El hilo de esperanza al que me ha
jó su teléfon
lado buen
ncha espalda de Dante. Miré
é el t
no la
lé el dispositiv
nido resonó como un dispa
tante. Su mano fue a su
e in
stá embaraz
rraron de mi garganta
ara conseguir el anillo! ¡Está jugando c
se c
e su arma. Sus ojos se
una mano a la cabeza, haciendo una mueca como si
Realmente
os se se
ita? -s
través de la dista
me dio en nuestr
no sonab
a historia

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