Carlos era un gruñido bajo
cerca, su somb
ando, Abigail? ¿Crees
s clavándose en mi carne, y m
as débiles por el m
o de jade destrozado de nuevo,
regalo d
zón se
alando con un dedo tembloroso a los
, pero tenía una u
ego a mí, un ceño fruncido d
l. No seas tan dramática. El perro de Hailey e
i voz quebrándose-. ¡Era de mi padre
el indiferencia er
le importó nada que rea
n silencio, dio un paso adelante, una
dría haberla arrastrado debajo de la cama cu
laban con pla
rada, un fuego encen
utando esto. Cada
de mi cuerpo dolorido y mi vientre
zón se
polvo, yacían los restos
olido hasta convertirse en po
utural esc
nubló con lág
o volando, conectando con la mejilla
hizo eco en la ha
de genuina conmoción en su rostro, antes d
¡Me pegó!
a por una furia pura y sin filtros-. ¡Asesinaste a mis bebés! ¡Mat
la velocidad de un r
hacia atrá
fícil de manejar, y me estrellé contra el suelo, un
nte para cubrir mi vientre, pr
rse, acunándola como si
mor? -murmuró, aca
ada, esparcida en el su
¡¿Cómo te atreves a ponerle una mano encima a
aba cargad
salvaje! ¡Estás
a, un brillo os
a, sin agua hasta que te disculpes con Hailey y caves esa tumba. Y por si acaso, te
sumió la habitación en una os
ahogada con terror renovado-. ¡No puedes!
go, Abigail. Cuando estés lista para suplicar, cuando estés lista para aceptar a Haile
la puerta, luego su
y escalofriante, fue el último so
llevado m
nte sola. Atrapada
onaban hacia aden
ta, jadeando por a
mblaba incon
bil y desesperado,
luego se diso
ue el sabor salado de

GOOGLE PLAY