img Justicia Impartida por Mi Verdadero Amor  /  Capítulo 1 | 10.00%
Instalar App
Historia
Justicia Impartida por Mi Verdadero Amor

Justicia Impartida por Mi Verdadero Amor

Autor: Gavin
img img img

Capítulo 1

Palabras:2565    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:53

as, la escritora fantasma de su éxito. Lo sacrifiqué todo por él, solo para ser des

de las cenizas y final

ó. Vio a mi hija de cinco años, Mía, y una obsesión aterradora se encend

stró, atrayéndome a una bodega aban

eres volver a ve

n hospital mientras perdía a nuestro último hi

nuestra "familia" de nuevo, a

tió un er

n averiguar quién

ítu

siete años, mi vida fue un eco distorsionado de esa creencia, estirada hasta el límite por las ambiciones de Ethan Rivas. Yo

eguir a Ethan como una sombra, siempre lista para escucharlo, ofrecer una sugerencia o simplemente estar ahí. Veían al Ethan público: el carismático y brillante fundador de

al verdad

ecreto era un testimonio de nuestro vínculo único e inquebrantable, una confianza sagrada que nos distinguía del mundo superficial de la exhibición pública. Me dijo que nuestro

arquitecta de sus primeras campañas, la escritora fantasma de sus elocuentes discursos, la fuerza silenciosa detrás de su ascenso meteórico. Mientra

cargada de nostalgia y un toque de sorpr

ndo mi sencillo vestido negro y mis modestos aretes de perlas. Sabía lo que estaba buscando. El brillo.

, dije, mi voz más tranq

recuperarse rápidamente. "Quiero decir, ¡sigues guap

sa era una forma de decirlo. Rota hab

e una bandeja que pasaba. Las burbujas me hicieron cosquillas e

rro conspirador. "Está aquí, ¿sabes? Sigue soltero, según he oído. Ustede

. Sigue soltero. La ironía er

conversación. "Una empresa multimillonaria. Acaba de comprar esa mansión en

gué. Recuperar a mi hombre. No tenían ni idea. Nunca

e la entrada. Las conversaciones se apagaron, reemp

je oscuro, impecablemente cortado, que se ajustaba a sus anchos hombros, su cabello oscuro ingeniosamente despeinado. Era más alto, más corpulento, má

segundo. Su sonrisa vaciló. Sus ojos, una vez tan familiares, ahora tenían un d

el Mar Rojo. Se me hizo un nudo en la garganta. No se suponía que esto fuera así. Había

envió escalofríos por la espalda, no de placer, sino de u

ente yendo a mi pecho. "No", advertí, mi voz

ndíbula. Su fachada perfectamente compuesta se agrietó, so

e estrelló contra el suelo, esparciendo líquido dorado y fragmentos de cris

rtamudeó la joven mesera, comenzando

la fugaz herida. "Sigues siendo tan dramática, Alina", se burló, su voz apenas audible por

s dientes apretados. Di un paso deliberado hacia atrás, poniendo distancia entre n

, sus ojos eran pozos oscuros de algo ilegible. Pareció encogerse, solo infinitesimalmente, ba

licante. "Se está haciendo tarde. Y parece que va a llover". Señaló vagamente h

recordó todas las veces que había usado pretextos endebles similares para man

estido probablemente pegado a mí, no era atractiva. Pero la

e rotundamente. "P

me guardas rencor por el acuerdo? Podemos discutirlo. Todavía podría

e unos míseros pesos podían compensar el dolor de cinco abortos forzados? ¿Por las innumerables noches que lloré ha

alpicado el dobladillo cuando cayó la bandeja. Una molestia menor,

fuera sobre él. Recordé los autos perfectamente pulidos que solía conducir, un modelo diferente cada año, com

nes ahora, ¿recuerdas?", forcé una sonrisa que

ada. "Alina", dijo, su voz teñida de una extraña mezcla de preo

ulce, casi infantil,

golpe. No, no podía s

da sobre sus hombros. Llevaba un elegante vestido de negocios ajustado en un vibrante azul zafiro, acentuando su figura. Sus tacones resonaban con confian

la sala. "¿Quién es ella?". "¿No

dulce, la risita aguda, la forma en que se movía con una gracia casi deliberada. Lo re

tarla. Mi estómago rugía, una protesta patética. No había comido bien en todo el día, de

gerado que me crispó los nervios. Se apresuró hacia adelante, agarrando mi brazo. Su t

labios. "No esperaba verte aquí, Alina. Pensé que... habías seguido adel

mi brazo de su agarre. "Lo hice", d

ro de clase entrometido, intervino

o, acercándola. Su sonrisa regresó, amplia y radiante. "Todos", anunció,

tida. Finalmente lo estaba haciendo público. La mujer que había elegido sobre mí, la mujer

os conocidos. Mi corazón, que pensé que se había convertido en piedra hacía mucho tiempo, sintió una nueva y agonizante grieta. Todos mis sacrifici

os rodearon a Ethan y Jimena, ofreciendo sus buenos deseos, sus rostros radiantes. Jimena rio tontamente, apretándose contra Etha

uy emocionados. Tendremos una boda pequeña e íntima muy pronto, solo con familiares y amigos ce

éxito reflejado de Ethan. Contaba historias de su romance vertiginoso, su visión compartida, su química

sa triunfante en su rostro. "Sabes, Alina", dijo, su voz bajando a un susurro teatral, pero lo suficientemente alto como pa

pán, mi garganta en carne viva. El mundo pareció inc

a. Conocían mi historia con Ethan, o al menos, la versión pública. La

necesidad de ser tímida. Fue hace mucho tiempo, ¿verdad? ¡Y míranos ahora!". Hizo

o. "¡Oh, Jimena, no seas tonta! Alina siempre fue un

go se retiró rápidamente al lado de Ethan. "De todos modos, Alina, estoy segura de que estás encantada por nosotro

ués de siete años de mi vida, mi carrera, mi cuerpo. Después de ser s

vista, mis ojos clavándose en los de Ethan. Su rostro era una máscara de plácida indiferencia,

ción, ¿no es así?". Tomé un sorbo lento y deliberado de mi champán, saboreando las burbujas amargas. Mi mirada recorrió los rostros desconcertados de mis antiguos comp

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY