ista de Ab
No lo vi irse. Me di la vuelta y entré en mi oficina, el santuario donde había construido su reino. El
e un problema; analiza todo el campo de batalla. Identifica los activos, los pasi
Sandoval para Jefe de Gobierno. Mis archivos. Evité las credenciales de acceso limitado de Hernán con una contras
s de tres millones de pesos en donaciones corporativas ilegales a través de ella. Y la firman
transacción, cada transferencia bancaria, cada factura falsificada. Estaba construyendo un caso, no un
ces lo
e la empresa fantasma a esta cuenta. Pequeñas cantidades al principio, luego más grandes. Un total de un millón de pesos. Y luego, un borrador de un contrato. Un con
a Villanueva. El contrato estaba fecha
segundo en que asegurara la Jefatura de Gobierno, arrojándole algo de dinero para que guardara silencio y dejándola enfrentar las po
d de Hernán no era solo su ego; era su creencia de que todos eran tan desechables como él. Veía a las perso
un mensaje de texto d
ed Abril
o, luego escribí u
Está en problemas y me dio tu número.
? ¿Era una trampa? ¿Una súplica desesperada? ¿O He
al MP,' escribí. 'L
para ella. Ni siquiera quieren hablar conmigo. Me dijeron que me
a para ser el chivo expiatorio designado. Hernán probablemente le estaba diciendo me
había enviado a su hermano. A la enemiga. Porque en el fondo, sabía quién t
mi opor
ntermediario. Tení
o su nombre en un documento legal que conlleva una sentencia de hasta cinco años en un penal fede
el peso de eso se asimilara.
espués de las elecciones. Si quiere verlas, dile que esté
oné e
or puro e inalterado. Kenia pensaba que estaba en un romance. Estaba a punto
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