img La esposa que él llamaba niñera  /  Capítulo 2 | 18.18%
Instalar App
Historia

Capítulo 2

Palabras:1101    |    Actualizado en: 17/10/2025

a Gar

o que un proyecto se había alargado. Me entregó una pequeña caja de terciopelo. Dentro había una delicada p

una tarea rutinaria que yo manejaba para las finanzas de la casa. Vi el cargo de Berger Joyeros.

al respecto, lo des

uavidad-. Su cumpleaños es el próxi

nfiada, había creído cada una de

na Valdés, captando la estéril luz fluorescente del pasillo de la esc

conectando puntos que

cuando la anunciaron como la nueva maestra de arte de Beni. Pensé que era solo curiosidad profesional. Aho

un escritorio. El pie de foto: "Él sabe que soy alérgica a todo

polen era severa, potencialmente mortal. Javier lo sabía mejor que nadie. Se había sentado junto a mi cama de hospital durante horas después

en su coche. "¡Atrapada en el tráfico, pero ansiosa por

ono. "Oye, amor. Voy a llegar súper tarde hoy. Una entrega import

s horas después con un montón de llamadas de la escuela. Beni había estado sentado en las escaleras, compl

ra, Javier había agarrado el vo

e que estaba ocupado! Tienes que ser más responsa

ante días, sintiéndome como una fracasada. Yo era la mamá que se quedab

Estaba en una cita con ella. Había dejado que nuestro hijo se sentara solo en el frío para

ró, reemplazado por una furia tan pura y fría que agudizó m

Valdés, ya no viendo a una chica nerviosa sino a una conspiradora. El suéter barato

endo -dije,

manchada de lágrimas, ahora se endureció. El acto de víc

dió que lo hiciera! ¡E

gunta sino un hecho-. El mismo día que me dio una pulsera que costab

enfermizo. Su boca se abrió y se cerró como un pez, pero no sal

grupal, en persona no era nada. Una chica débil y sin ima

r una palabra más. Ha

el pasillo. Mis tacones resonaron decididamente en el li

resco de la mañana, saqué mi teléfono. No llamé

na que podía darme no

je, cuand

mobiliario más despiadado y poderoso de la Ciuda

nas diferent

uda -dije, mi v

el verano pasado. Una familia perfecta. Una mentira perfecta. Mi dedo se detuvo sobre ella por un segu

e dije a mi padre-. Ja

o al otro lado de la línea. Luego,

n qu

piración pro

te de primero de prim

este más pesado

fue una sentencia de muerte-. Cuéntam

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY