iesta de compromiso cuando llamó el ho
por negocios. Pero me contestó mi llamada desesperada desde una pis
tal, me enteré de que fue el Dóberman sin vacunar de Sofía el que había atacado a mi madre diabétic
tá histérica. Se siente fatal
telesquí. La siguiente llamada que recibí fue del doctor,
vacaciones románticas con la mujer cuyo perro la mató. La rabia
llamada que no había hecho en quince años. A mi padre, de quien estaba distanciada, un ho
casa",
n. Desmantelaría mi vida aquí y desaparecería tan co
ítu
"Ria" Ro
una mordedura de perro, dijeron. Una hora después, la risa de mi prometido resonaba desd
cortando los tallos de un nuevo ramo, el crujido fresco de lo verde bajo las tijeras era un sonido rítmico y satisfactorio en el silencio. Todo e
mero desconocido parpadeaba en la pantalla. Me sequ
uen
ssi?", preguntó una vo
soy
l Hospital Ángeles. Hubo un i
on de las manos, cayendo r
elo se formó
Qué pasó?", exigí,
n la pierna. Una mordedura de perro. Nec
elocidad. ¿Una mordedura de perro? Mi madre les tenía pánico a los perros. No s
fue llamar a Salvador. Él era mi roca, mi protector, el hombre que sería el pró
azo, con el sonido del v
Todo bie
tropelladamente en un torrente de pánico. "Es
stales rotos, resonó débilmente por la línea. S
condescendiente que usaba cuando yo me ponía 'emocional
usaban hospitales públicos. Tenían sus propias instalaciones, discretas y eficientes, para manejar los
e quejó, con una nota de irritación en
Voy para
a consultando a alguien más. "Sofía dice que no podemos c
rey. Un viaje rápido de dos días para asegurar una nueva línea de dis
o un susurro. "¿
Sofía me convenció de tomar un descanso. Nos lo
entó en mi pecho. Estaba esquiando. Con el
palabras, esperando que de alguna maner
e aquí, Ria? No puedo detener una tormenta de nieve, ¿o sí?". Su ló
nada.
a mi chofer. Él te llevará. Mantenme informado. Sofía me est
, dejando solo el sonido de
ba allí. Por sup
por la lluvia. Encontré a mi madre en una habitación privad
on los ojos cansados. "La he
ó? ¿Qué p
r que estaba con ella, su madre asustó al perro. Un D
e escapó de los pulmones en un único y s
tor, en voz baja. "Nos preocupa una infección,
diabética". Las palabras
sas significativamente. Tendremos que vigilar
adrado a un mesero en una de las fiestas de Sofía el año pasado. Sofía se había reído, di
en la mía. Estaba pálida, su respiración era superf
"Fue un accidente. Cés
staba protegiendo. P
con un mensaje de
el perro de Sofía. No estaba vacunado. Mamá e
, desaparecieron y volviero
histérica. Se siente fatal. Cálmala por
abia lenta y ardiente creciendo en m
espo
adre. Su fiebre se disparó. Los doctores comenzaron a hablar de shock sé
z tengan que amputarle la pierna.`
resp
ra. Era una selfie de ella y Sal en un telesquí, sus rostros sonrojados, sonriendo a la cámara. Él le estab
do en algo frío y sólido, un bloque de
s 3:17 a.m. Su corazón se había
abía
el mundo que me había amado in
futuro Don de la Familia más poderosa
alir, la luz gris de la mañana se sentía como un insulto. No conduje de vuelta al departamento q
imera llamada no fue a Salvador. Fue a un número que no había marcado en quince años. El número de m
brazo, su voz pastosa p
abras rompiéndose en mi garga
uego una respiración profunda y entrecortada.
olidificándose en algo inquebrantable
de una emoción que no pude identifi
é la l
Una vendetta. No de sangre, sino de aniquilación. Desmantelaría mi vida aquí, pieza por pieza. Desaparecería del mundo de Salvad