no de sus gestos y sonrisas llevaba un matiz de encanto. Esto cautivaba a lo
se mezclaba fácilmente con los hombres,
cía bastante h
ton, salud
lenar su copa." "Señor Asto
rian fue bien reci
o cliente de Rogelio, rozó su mano y co
esbozó una sonrisa. "Señor Rile
con tacto, se giró sobre
observaba de cerca, su sile
gera y grácil, su risa melodio
otalmente fuera de las e
da, con el rostro pálido. La había imaginado complet
La había subesti
a con fuerza y la est
la atención de
ya," comentó
. ¿Puedo proponer un brindis por usted, señor Bailey?" Inclinándose para servir el vino, el escote de su vestid
innombrable surgió desd
sabilizarla. ¡Fue él quien l
te me has impresionado." "Señor Bailey, simplemente sigo sus instrucciones. Estoy decidida
do una ceja ligeramente. "Deberías aguantar hasta e
olo trago. Unas gotas resbalaron por sus la
ella. Su garganta ardía, ahogando sus sentido
había vuelto bastante s
on frialdad. Esta mujer er
ermitiría que sus en
aso a un lado, su visión se nub
nsumir varias copas consecutivas le pasó
o podía permit
baleó y perdió el equilibrio,
sentado a su lado, extendió la mano para agarrar su cintura, come
rovocó risas en
l menos doscientas libras, su ap
" respondió Marian. "Simple
atrapada por el agarre de Jayson, su ins
Quédate aquí. Vamos.
lla entera de vino, sus oj
"Lo siento, señor Aston. No puedo beber
u estómago, luchaba por co
un baño y aliviarse de su
sito usar el baño," balbuceó Marian, intentando calmarlo. "Prometo que beberé con usted cuando reg
volvió severo, su des
"¡Basta de excusas!" Jayson estalló. "No eres una persona tan importante. ¿No es tu o
boca de Marian mientras usaba su otra m
ió, intentando
escapar del agarre de un h
otella y la estrelló con
la
o agudo
como golpeó la frente de Jayson,
ociferó. "¿Te atreves a g
s de Marian era
zación la golpeó con claridad:
ender a sus clientes, pero acab
Chapman podría salvarse, su pr
ra golpearla en el rostro. La amenazó
la sensación de la brisa rozando suavemente lo
mbarg
a a ella, una voz fría intervin
o de Jayson se detuvo en el aire, su confia
nte indisciplinada. Permítame darle una lección, p
ostó en su silla y cuestionó, "¿Quieres
cio, salpicada de jad
ven mujer... ¿era
, Marian miró a Rogelio
dentidad tan casualmente
comiable llevar a su espos
antables, mientras se dirigía a ella. "Cari
sombro recorrió
ereses de la señora Baile
ró de las comisuras de
dominado el arte de el
rajo hacia su abrazo. En un movimiento suave, se quitó la chaqueta de su
evitar que alguien
era la oportunidad
"¿Con qué mano la tocaste hace un momento?" La v
yson vaciló bajo
perder ambas manos." "¡Señor Bailey! No tenía idea de que ella era la señora Bailey. Mi error. Estoy en
tarde," decl
hombros de Marian y la c
e ellos, los gritos desesperados d
areció en la esp
ería d
gnificativa del vino con agua, pero aún había consumido algo. Su
uencias podrían ser terribles. Un miedo insoportable