acaron, mi piel estaba en carne viva e inflamada; casi tuvieron que arrastrarme, con mi cuerpo húmedo y te
e mis huesos punzando con un dolor que parecía haber
menzó a gestarse; sabía que pronto iba a morir,
e fueron tomadas antes de caer en coma, una flor prensada que Caleb me regaló en nuestra pr
ruyeron. Llevé la pequeña caja llena de recuerdos a la chimenea en la biblioteca principal, una habi
stro sonriente en cenizas; el fuego consumió mi pasado, mi amor, tod
ó el crujido de la fogata. Hailie estaba de pie en la puerta, con
ando cómo ardía en llamas
licia. "¿Otra vez intentando llamar la atención? ¡Eres patética! Qu
asas se esparcieran sobre la costosa alfombra persa; una pequeña llama fue sufic
alto y tomé una manta para
uñas profundamente en mi piel. "¡Déjalo arder! ¡Qu
ya demasiado débiles, se paralizaron; no pude evitar tose
e jadeos mientras mi
ta todo lo que quieras! ¡Nadie te ayudará! Solo pensarán que es
y Fitzgerald irrumpi
orría hacia ella, ignorando las llamas y
hacia sus brazos. "¡Ericka... intentó matar
lió de mi garganta fue una tos sibilante; al fina
avesó con unos ojos glaciales y gruñó: "Nunca apre
labras se sintió co
do en la puerta. "Llévenla al sauna y pongan todo a la máxima t
a rastras de la habitación llena de humo; estaba dema
puerta se cerró de golpe, y segundos después, escuché el
ándome el aire de los pulmones; sudor corría por toda mi
ez que gritaba con una voz ronca: "¡Por
arse, no recibí n
asta el punto de sentir c
en esta misma casa, las barbacoas familiares que comparti
r estas personas, entreg
r de esta manera? ¿Qué transform
ni siquiera podía gritar; me deslicé por la
rdía la consciencia, la p
su silueta iluminada por
, preguntó con una mezcla
. "Es hora de enfriarte", dijo con una sonrisa mal
elada entró en contacto con mi piel ardiente; mi cuerp