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Historia

Capítulo 5

Palabras:1224    |    Actualizado en: 22/08/2025

n al asiento trasero de la camioneta, la puerta cerrándose con un sonido de finalidad. Camilo estaba

Había esperado que él gritara, que exigiera una explicación de por qué in

ada. No d

na lluvia fría comenzaba a caer. Su ropa seguía siendo la misma de la fiesta, ahora arrugada y manchada. Le dolía el cuerpo. El aperitivo de mariscos

o retrovisor. No se dirigían a la finca familiar. Alana observó cómo las calles familiares daba

e e imponente. El mausoleo de la familia Garza

la de papeles voló desde el asiento delantero, golpeándola

ilo, su voz desprov

. La agarró del brazo y la arrastró bajo la lluvia torrencial, obligán

o nauseabundo y una nueva ola de dolor le recorrió las piernas. La

re ella como un verdugo. La lluvia le pegaba el

a sus pies. Eran impresiones de sitios web de ch

enda era finalista para una prestigiosa beca para estudiar en Londre

ostro a centímet

. Está en terapia intensiv

o drama perfectam

agullado-. Vuelves así, pareciendo que saliste arrastrándote de una alcantarilla, ¿y crees que

Estaba usando su trauma, lo mismo que había sobrevivid

os helados. El dolor de los látigos y las cadenas en el complejo era un

, su voz temblando-. ¿Prue

. Su mano se disparó, sus de

isión-. La dirección IP de donde vinieron las publicaciones fue rastreada hasta l

sesperada y ahogada atrapada en su

, empujándola de nu

rodillarás aquí y te arrepentirás ante tus padres por la desgracia en que

ejó sin mirar atrás, dej

ro. Intentó levantarse, decirle que revisara su teléfono, que revis

algo tan malvado"

ría la verdad. Quería una excusa para c

us piernas... sus rodillas estaba

entinelas silenciosos de su miseria. El frío se le metió en los huesos. El viento era un azote constante contra

noche, finalme

s se acercó, su

ha despertado -dij

bsolutamente absurdo. No había hecho ni una sola de las cosas de las q

oltó un grito primario de dolor, sus lágrimas perdidas en la lluvia inte

o a un hospital, sino al cuarto de tr

cuchó sus voces a través de la puerta. Andrés, su propio hermano, hablando con su abogado sobre transferir la mayo

aron con tanto esfuerzo para apaciguar a l

nillo matriarcal de la familia Suárez, el que su madre había usado, el que estaba dest

ura, encerrada mientras ellos colmaban a su to

hacía mucho tiempo. Solo queda

conocimiento por completo, escuchó el c

la colonia que Camilo siempre us

e algo que podría haber sido culpa.

varé al

erzas para abrir los oj

ró, su voz un graznido s

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